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jose hijo de jacob
Todo lo opuesto de esos que caminan en integridad y ven la mano de Dios, por el hecho de que de sus corazones emite el cariño de Dios, el perdón, la justicia y la clemencia. Rubén les recuerda la observación que les logró a todos antes de tratar mal a José, y sabe que todo lo que les pasa es consecuencia de esto. 33Por tanto, provéase ahora mismo Faraón de un varón sensato y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.
Confesaron a su padre el engaño y la crueldad que a lo largo de muchos años habían amargado la vida de él y la de ellos. Jacob no los había creído capaces de tan vil pecado, pero vio que todo había sido dirigido para bien, y excusó y bendijo a sus descarriados hijos. “Casi todos los pertenecientes de la Iglesia son descendientes literales de Jacob, quien dio bendiciones patriarcales a sus doce hijos, prediciendo lo que les sucedería tanto a ellos como a su posteridad. (Génesis 49; Enseñanzas, págs. .) Como herederos de las bendiciones de Jacob, es privilegio de sus descendientes recibir sus bendiciones patriarcales y, a través de la fe, ser bendecidos del mismo modo que los viejos. En el momento en que retornaron a Canaán, los hermanos quedaron abatidos al ver en sus alforjas el dinero que habían comprado, y temieron que los egipcios tengan la posibilidad de emplear esta situación para transformarlos en esclavos y despojarlos de sus bienes.
José Se Rencuentra Con Sus Hermanos
Todos consumieron y han tomado alegremente; en especial Benjamín, que recibió considerablemente más y mejor comida que sus hermanos. José fue el undécimo hijo de los 12 que tuvo Jacob y fue a su vez ancestro de Efraín y Manasés. Jacob lo amaba más que sus otros hijos y esto causó la envidia de sus hermanos. José tenía por su parte sueños en los que aparecía alzado sobre estos y prediciendo lo que iba a suceder más adelante. Por ser el preferido y quien Jacob deseaba que fuese su sustituto, el tercer patriarca hebreo le realizó una túnica de colores que lo distinguía, hecho que enfureció aún mucho más a sus hermanos, quienes buscaron entonces una ocasión para vengarse. A lo largo de los años en que José había estado separado de sus hermanos, estos hijos de Jacob habían cambiado de carácter.
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Génesis 37
Pero el verdadero carácter de José resplandeció, aun en la obscuridad del calabozo. Sostuvo firmes su fe y su paciencia; los años de su leal servicio habían sido compensados de la manera más sin corazón; sin embargo, esto no lo transformó en una persona sombría ni desconfiada. Tenía la paz que emana de una inocencia consciente, y confió su caso a Dios. José sabía verdaderamente bien cuál sería el resultado de su resistencia.
En la situacion de esta tribu, no obstante, su lealtad a Jehová, en el momento en que las otras tribus apostataron, mereció que fuera alejada para el servicio sagrado del santuario, y de esa forma la maldición se convirtió en bendición. En el instante en que se realizó el censo de Israel antes de su entrada a Canaán, la tribu de Simeón resultó la mucho más pequeña. Al establecerse en Canaán, esta tribu recibió tan únicamente una pequeña porción de la parte de Judá, y las familias que después se hicieron capaces formaron diferentes colonias, y se establecieron fuera de las fronteras de la tierra santa. A la última entrevista con su padre, José llevó consigo a Efraín y Manasés. Estos jóvenes estaban unidos por la parte de su madre a la orden mucho más alta del sacerdocio egipcio; y si ellos escogieran sumarse a los egipcios, la posición de su padre les abriría el sendero a la opulencia y la distinción.
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Nunca había visto unos animales tan lamentables en toda la tierra de Egipto. Con nosotros, en la prisión, había un joven hebreo, que era esclavo del capitán de la almacena. Nosotros le contamos nuestros sueños, y él nos explicó el concepto de cada sueño.
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Vendrían siete años de mucha abundancia a Egipto, pero a estos les seguirían siete años de escasez y apetito. Serían de semejante intensidad que la multitud ni siquiera se acordaría de toda la abundancia anterior. El faraón se levantó preocupado y envió a llamar a todos los magos y sabios de Egipto, pero ninguno logró interpretar sus sueños.
Mi señor, yo le garanticé a mi padre que me haría cargo del jóven. Le dije que, si no lo llevaba de regreso, yo cargaría con la culpa para siempre. »Entonces regresamos a la casa de su siervo, nuestro padre, y le dijimos lo que usted nos había dicho. —Por favor, mi señor, deje que su siervo le hable solo unas expresiones. Le suplico que no se enfurezca conmigo, pese a ser usted tan poderoso como el faraón mismo.
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Pero la sequía y escasez continuó y para no fallecer todos de hambre, debieron regresar a Egipto en esta ocasión con Benjamín. José se alegró de ver a su hermano menor tras mucho tiempo, ordenó que los hicieran pasar al comedor donde los acomodó de mayor a menor. Cuando ellos observaron la forma en que estaban organizados se sorprendieron.
Al llegar a Egipto, José fue vendido a Potifar, jefe de la guardia real, a cuyo servicio continuó durante diez años. Su alma se conmovió y tomó la resolución de ser fiel a Dios y de accionar en cualquier circunstancia como convenía a un súbdito del Rey de los cielos. Serviría al Señor con corazón íntegro; afrontaría con toda fortaleza las pruebas que le deparara su suerte, y cumpliría todo deber con fidelidad. La experiencia de ese día fue el punto definitivo en la vida de José. Ahora, todas estas lecciones preciosas se presentaron vivamente frente él. Pero, en la providencia de Dios, aun esto debía ser una bendición para él.
