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salmo 27 biblia catolica

Enséñame, oh SEÑOR, tu camino, y guíame por senda llana gracias a mis contrincantes. Una cosa he esperado de Jehová, que procuraré; a fin de que logre habitar en la vivienda del SEÑOR todos y cada uno de los días de mi vida, para contemplar la belleza del SEÑOR y asimismo investigar en su templo. En el instante en que los despiadados, aun mis enemigos y mis contrincantes, vinieron sobre mí para comer mi carne, tropezaron y cayeron. Espera en el Señor; ser fuerte, y dejar thy el corazón toma valor; yea, espera thou para el Señor. El Salmo es un lamento y, en último caso, una declaración de creencia en la excelencia de Dios y seguridad en la protección que él da. Puede ser una secuela del salmo previo .

La alabanza expresada en este Salmo se basa en el poder constructor del Señor (v. 6) y en su amabilidad para con los pobres y oprimidos (vs. 7-9). Las causas para alabar a Dios están adelantados de una exhortación sapiencial y de una “bienaventuranza”. En la primera (v. 3), el salmista invita a los leales a no confiar en los poderosos, por visto que de ellos no puede venir la salvación; la segunda (v. 5) proclama la alegría de los que confían en el Señor. Un hombre perseguido violentamente (v. 3) se pone bajo la protección de Dios, a fin de que lo libre de sus perseguidores (v. 9). Para fundamentar su pedido, el salmista apela a las viejas intervenciones de Dios a favor de su Pueblo (v. 5).

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La parte de en tanto que a sus ángeles va a mandar sobre ti, que te guarden en todos tus caminos.El cuál es una manera de pedir a los ángeles que cuiden a la persona enferma o que no está de la mejor forma. Con lo que se comprende que la oración 91 o salmo 91 puede ser el perfecto para personas que padecen de un inconveniente médico. Este es un salmo de protección y considerado como entre los considerablemente más poderosos que hay.

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La solicitud está acompañada de una profesión de fe y de seguridad en el Señor, que es el “sostén” y el defensor de sus leales (v. 6). El salmista concluye con la promesa de sugerir un sacrificio de acción de gracias y de testimoniar públicamente la amabilidad del Señor (v. 8). Este Salmo -designado generalmente con el nombre de Miserere- es la súplica penitencial más especial. El salmista es siendo consciente de su profunda pobreza (v. 7) y experimenta la necesidad de una total transformación interior, para no dejarse arrastrar por su inclinación al pecado (v. 4).

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diez No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña; a las riquezas, cuando aumenten, no apeguéis el corazón. 9 Un soplo solamente los hijos de Adán, los hijos de hombre, una patraña; si subiesen a la balanza serían menos que un soplo todos juntos. 6 A los días del rey añade días, sus años, generación tras generación. 16 Yo, en cambio, voy a cantar tu fuerza, aclamaré tu amor por la mañana; en tanto que tú has sido para mí una ciudadela, un cobijo en el día de mi angustia.

¿De qué manera se ha creado el Salterio? Esta opinión tradicional es posible; para razonamientos en su favor vea Cornely, “Introductio Generalis in N. T. Libros”, I (París, 1894), 42. Salomón está en los títulos de los cánticos 72 y 127, probablemente por una razón afín. Ni la fraseología de los decretos de los concilios ni las opiniones de determinados Progenitores tienen el peso para determinar que David es el único constructor de todos los cánticos. Este enfrentamiento en relación a la autoría de los salmos va desde los Progenitores a los teólogos. La tradición judía es dudosa en lo que se refiere a los autores de los cánticos.

La seguridad y el gozo profundo que brotan de la intimidad con Dios, son los sentimientos predominantes en este Salmo. En este corto y precioso Salmo se establecen las condiciones necesarias para ser “huésped” del Señor, o sea, para entrar en el Santuario y formar parte del culto divino (v. 1). Entre las condiciones demandadas, no se cuenta ningún rito exterior, sino todas y cada una tienen un carácter de forma exclusiva moral. Esto pone en prueba que el verdadero culto es inseparable de la justicia y del amor hacia el prójimo (vs. 2-5). Cubierto de contrincantes que tratan de sacarle la confianza en Dios (v. 3), el salmista se pone totalmente bajo la protección divina.

24 Y Yahveh me devuelve según mi justicia, según la pureza de mis manos que tiene ante sus ojos. 3 Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo seguro de mis contrincantes. 2 Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio. 15 Mas yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen. 7 haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra refugio contra los que atacan.

Al tiempo, en Babilonia, 12 cantos fueron reunidos en un salterio que se titula “Asaf”. Al mismo tiempo, en Palestina, se compuso un libro de frases con 54 cánticos del “Mizmorim”, 16 cánticos “de David”, 4 de “Coré” y 1 “de Asaf”; este salterio llevó el nombre de “instructor de coro”. Las canciones de alabanza aleluyas o aleluyáticas fueron reunidas en un salterio para el servicio del templo en el periodo de tiempo heleno. Estos cánticos tienen halleluyah al comienzo [salmos 111, 112], o en el desenlace [cánticos 104, 105, 115, 117), o en los dos, al principio y en el final (Cantos 106, 113, 135, ). La Versión de los Setenta da un Allelouia asimismo al comienzo de los salmos 105, 107, 114, 116( ), 119, 136. Briggs incluye como Aleluyas todos estos salvo el 118 y el 119, “el primero da una canción macabea triunfal, el último la gran alabanza alfabética de la ley”.

4 El hará justicia a los humildes del pueblo, salvará a los hijos de los pobres, y aplastará al opresor. 10 Almacena tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los de recto corazón. 49 Por eso he de alabarte entre los pueblos, a tu nombre, Yahveh, salmodiaré. 5 Que yo en tu amor confío; en tu salvación mi corazón exulte.

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