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parabola de la semilla
Comprendemos que el punto escencial de la parábola es sobre el simbolismo de la tierra que recibe la semilla y no sobre la semilla misma. Además nos aclara que la semilla representa la palabra. El sembrador es Dios que tan generosamente siembra las semillas del reino en todos y cada corazón, independientemente del género de tierra que tenga. Algo sorprendente sucede en la parábola que Jesucristo nos cuenta en el evangelio de Mateo 13,1-23. Me agradaría titularla “la parábola del sembrador derrochador”.
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Parabola De La Semilla
El enemigo es el Maligno, es Satanás”, de ahí que el Obispo de Córdoba recordó que “resulta preciso que desde nuestro lugar hagamos un esfuerzo por labrar la tierra, para que genere fruto”. Sostenernos como tierra buena no es labor de un día ni de 2; es desarrollo retardado y constante. Pero es un esfuerzo sostenido por nuestra seguridad en Dios.
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Escogen ser infecundos y no mudar su historia al plan de Dios. Una semilla no puede arraigar en un terreno pedregoso”. Fernández destaca que “esta tierra fecunda recibe la Palabra de Dios como un obsequio de lo prominente. No podríamos ofrecer frutos de vida eterna si no recibiéramos de lo sobresaliente la felicidad de Dios, que nos hace hijos en el Hijo, si no recibiéramos el Espíritu Santurrón, que nos hace fecundos.
Lectio Divina: 15º Domingo del Tiempo Ordinario (A)
Lectio
Domingo, 12 de Julio, 2020
La parábola de la semilla en tierra
Mateo 13,1-231. Oración inicial
La oración es, asimismo, disponibilidad para oír; es el instante propicio en el cuál se…https://t.co/nR40KfJ6Tz
— Wilfrido Mayrén (@PadreUVI) July 12, 2020
No estaba en la siembra y no estaba en la semilla – se encontraba en el \\\’suelo\\\’, el corazón del hombre. 38El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. Él le da a todos la oportunidad de rechazarlo y Su oferta de felicidad. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Y mientras que sembraba, parte de la semilla cayó al lado del sendero; y vinieron las aves y la consumieron.
parabola de la semilla
19Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y quita lo que fue sembrado en su corazón. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 4Y al tiempo que sembraba, una parte de la semilla cayó al costado del sendero; y vinieron las aves y la comieron. Discute ya que el árbol de mostaza no era considerado un árbol en la temporada de Jesús, sino una maleza invasiva. Si bien varias personas creían que no tenía valor, otros veían el valor de su fruto y sacaban beneficio de su cosecha. Hay bastante gente que no suponen que Dios sea real y importante en sus vidas, pero Él da las mayores bendiciones a esos que tienen fe.
Esa mínima semilla de mostaza solamente se puede advertir escondida entre los terrones de mugre y barro donde está plantada, y no obstante encierra en ella un potencial de abundancia. De forma similar, tenemos que buscar aun las señales mucho más mínimas del reino de Dios, confiados en que la plenitud de ese reino emergerá al tiempo que aguardamos y suponemos y estamos trabajando en este jardín que es nuestra tierra. En Marcos 4,30-32, Mateo 13,31-32, y Lucas 13,18-19, Jesús charla de modos sutilmente diferentes sobre la pequeña semilla de mostaza, la enorme planta que genera, y la protección que se da a los pájaros que hacen nido en sus ramas. En todos las ocasiones, da una imagen para detallar el reino de Dios . Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el que un hombre halla, y lo oculta nuevamente; y gozoso por esta razón va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Tiempo después retornábamos al campo para ver aparecer los primeros brotes verdes. Estos se transformaban en tallos y después aparecía el grano; las plantas seguían medrando hasta que estaban maduras. 43Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. 32el como a la verdad es la considerablemente más pequeña de todas y cada una de las semillas; pero cuando medró, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. 26Y cuando salió la yerba y dio fruto, entonces apareció asimismo la cizaña.
Y aquéllos a lo largo del sendero son los que han oído, pero después viene el demonio y arrebata la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Entre tanto que el pueblo de Dios esté en este mundo , habrá incrédulos entre ellos; pero no ha de ser pues el pueblo de Dios recibe incrédulos tal y como si fuesen creyentes, ignorando las creencias, o la conducta de creyentes profesantes. El agricultor sabio reconoce que la última respuesta para el problema de la cizaña entre el trigo únicamente vendría en el final de la cosecha. Esta la tierra representa el espacio fértil para la palabra; pero su tierra es bastante fértil, ya que también hace medrar todo tipo de cosas que ahogan a la palabra de Dios. Implícitamente, son las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezaslosque ahogan a la palabra.
Es impensable que los buenos labradores sean tan descuidados para desaprovechar las semillas en los caminos, en terrenos rocosos o en la parte del campo donde haya arbustos espinosos. Ningún agricultor con los pies en el suelo haría eso con las hermosas semillas. Y la que cayó entre los espinos, estos son los que han oído, y al seguir su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los bienestares de la vida, y su fruto no madura. Pero la en la tierra buena, estos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con perseverancia.
- La tierra está sufriendo regularmente una transformación abundante de acuerdo la creación de Dios crece y cambia.
- Su fe fue neutralizada por mala teología y mundanidad.
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Como en toda tierra de labranza, trabajo nunca falta, es tarea de siempre”. El Prelado resaltó que otra actitud es la de “acoger con alegría esa buena semilla, pero halla una tierra llena de piedras, con escasa profundidad y sin poder arraigar”. Son quienes comentan que no son creyentes “por dado que no quieren quitar de su historia algo que va contra la ley de Dios.