Por qué Cada pequeña cosa que descubriste sobre La Fe De La Mujer Cananea no es preciso y lo que tienes que saber

la fe de la mujer cananea

—Atiende a esa mujer, ya que viene chillando tras nosotros. ¿Es mi fe la primera actitud que define mi relación personal con Dios? O mucho más bien, ¿la fe es el último recurso, cuando ya no cabe ninguna otra promesa? A Dios le gusta que mi relación frecuente, día a día, personal con Él se de siempre y en todo instante en el campo de la fe. Dios quiere que me fíe de Él, que tenga la bastante seguridad para solicitarle cosas de niño, que jamás ponga en duda su amor y su poder.

Eso enseña la conducta de los cananeos ante el pueblo judío (que eran monoteístas y practicaban la pureza y la santidad) que claramente iban en oposición a todas y cada una de las opiniones de los cananeos. Por otra parte quizás asimismo se enseña la actitud de los acólitos y aun la respuesta de Jesús a la mujer cananea. (más allá de que ÉL conocía el corazón de ella).

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Mateo muestra este episodio inmediatamente después de una discusión que Jesús tuvo con los redactes y fariseos, con relación a los alimentos puros e impuros. La salvación de Dios que vino a sugerir Jesús para todos y cada uno de los pueblos, es una salvación universal. Ya en las cartas del apóstol Pablo nos ofrecemos cuenta de la preocupación del apóstol por llevar a cabo llegar esta salvación a los gentiles o paganos, o sea a los no cristianos, a esos que aún ignoran a Jesús y su mensaje. Evangelizar a los paganos fue asimismo la preocupación de las primeras comunidades cristianas. En el presente relato, nos muestra a una mujer cananea que busca hallarse con Jesús.

Quizás este es el único ejemplo que contamos en el Evangelio de alguien que hace alterar la cabeza de Jesús. El muere estimar excluir a la mujer de su misión por visto que era una cananea, y no “una oveja perdida de la vivienda de Israel”. Pero ella es persistente y creativa en su contestación, utilizando cada gota de su talento. Y subyace su enorme fe, y es lo que Jesús siempre y en todo instante recompensa en el momento en que se le solicita que sane.

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“No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros”. “¡Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi hija tiene un demonio muy malo”. En el Evangelio de San Mateo (15,21-28) observamos como Jesús obró un maravilloso milagro a una mujer cananea que le insistía en que le ayudara.

• Cuanto mucho más era reprendida con mucho más intensidad pedía.
• Ella conoce el poder y la clemencia de ese hombre.

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Tal como la fe de esta mujer alcanzó un milagro tu fe en Dios logrará milagros para tus hijos y para todos los de tu casa. Que Dios nos conceda sobrepasar a la mujer cananea en nuestra fe y amor por nuestros hijos producto de que nuestro amor por Jesús y nuestra fe en El superen cualquier otra cosa que haya en nuestras vidas. Más allá de que Jesús no le respondió palabra en el instante en que ella suplicaba, y que los acólitos de Jesús le aseveraban que la despidiese, la mujer cananea siguió clamando con fe. Ella sabía de lo que Jesús podía realizar , tenía fe, convicción que algo podía llevar a cabo por su súplica.

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A Dios se le vence con la fe, no con el orgullo. De Dios se consigue todo no con el racionalismo, sino con la confianza. En Dios siempre y en todo momento encuentra uno acogida en el momento en que se le acerca con humildad, no con vehículo-suficiencia. Por este motivo, estos ejercicios nos dan la posibilidad de revisar nuestra fe. El día de hoy contamos considerablemente más de lo que ella tuvo, por ende ¿no ha de ser nuestra fe mucho mayor que la suya?

Tenemos la posibilidad de sospechar que esta fe no era el producto de una tendencia natural, sino más bien el resultado de la gracia común de Dios, que dejó el acercamiento de esta mujer con su amado Hijo. Por el relato no podemos decir si esta mujer se convirtió. Solo que Jesús alabó su fe y por ella logró que su hija fuera librada del demonio, pero no sabemos si su fe era verdadera fe para la salvación. Se nos comunica que la mujer insistió, a pesar de ser rechazada su solicitud repetidamente y que en el final Jesús accedió a concederle lo que le pedía.

Es de esta manera como medra y se hace más fuerte nuestra fe, del mismo modo que lo hacen nuestros músculos en el momento en que hacemos ejercicios. De esta manera, en ocasiones Dios no responde de inmediato a nuestras frases. Cada día Dios manifestaba su lealtad y poder cuidando de su siervo Elías, de la viuda y de su hijo. Entonces todos y cada uno de los días sucedía un milagro de provisión.

En el tiempo de Jesús la palabra «perro» era un término común para expresar desprecio o injuriar a otra persona. En particular, los judíos llamaban «perros» a los samaritanos y a los extranjeros. Esto no piensa que la mujer se había transformado al judaísmo, sino–dada la cercanía a Galilea–conocía la esperanza de la llegada del Mesías de Israel. Al arrimarse a Jesús, esta mujer se encontraba cometiendo un acto impropio para la multitud de su temporada. En el planeta viejo–como en múltiples etnias islámicas el día de hoy–se le prohibía a la mujer charlar públicamente. hay que abrir el corazón para recibir su amor que purifica nuestro pasado, llena de sentido nuestro presente, e alumbra nuestro futuro con la luz de la promesa.

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