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pedro camina sobre las aguas
Decidir salir de la barca para caminar sobre las aguas define un primer nivel de fe, al escogerla aun frente a la duda. Define además de esto como está nuestra seguridad en Dios. Jesús nos ofrece tres valiosas respuestas en las normas dadas a pedro.
Muchas veces nos paralizamos sin efectuar nada ante una situación por miedo al fracaso. Debemos estar conscientes que Cristo siempre y en todo momento y en todo instante está al lado de nosotros él no nos deja nunca y si caemos él nos levanta. En este sentido, le invitamos cordialmente a pasar a leer algunos versículos de fe que sostienen su seguridad en Dios.
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No obstante para poder conseguir ese nivel de madurez en la fe es requisito leer y escudriñar las escrituras. Pero aparte del conocimiento de Dios, es requisito rezar en todo instante, esto nos asistencia en nuestra comunión con el Padre. “¿Por qué razón dudaste de mí?” Pedro caminó hacia la barca con Jesús a su lado y se preguntó por qué razón se había asustado. Sabía que Jesús podía realizar cualquier cosa, daba la sensación de que tan rápido como apartó sus ojos de Jesús había comenzado a meditar en otras cosas y entonces empezó a hundirse. En el final del día y en el instante en que la multitud se se encontraba alejando, Jesús les ha dicho a los acólitos que fueran a encontrar su barca y que volvieran a la otra orilla del lago.
Jesús Pasea Sobre Las Aguas Y Salva A Pedro
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Jesús como Dios tiene autoridad que nosotros no tenemos, pero Él puede sugerir cosas a nosotros que nosotros no podemos recibir solos. Debe rezar y confiar en Él siempre y en todo momento sin dudar. Dios es todopoderoso y Él tiene el control de todo. Pedro le solicitó a Jesús que le diese el poder de caminar sobre el agua. Lo logró, pero entonces Pedro vaciló y comenzó a hundirse. Usted debe tener fe y no dudar que Dios tiene el control de todo.
pedro pasea sobre las aguas
En caso contrario, sabrían que, más que un acto de taumaturgia , como podría realizarlo un mago, lo que ocurrió allí fue producto del Amor de Dios. Si lo hubiesen comprendido, estarían ahogados del Amor de Dios, estarían siendo conscientes de la divinidad de Jesús, y no habrían sentido miedo cuando lo vieron caminar sobre las aguas. Aquí se hace más evidente que los acólitos no habían comprendido en tu integridad el verdadero concepto y alcance del milagro de la multiplicación de los panes.
La tentación todavía es precisamente la misma, intentar sostener a toda costa el dios ídolo que hemos pulido y alicatado durante 2 mil años. Las dificultades que atraviesan los apóstoles, son consecuencia del alejamiento de Jesús. Esto se puede observar mejor en el evangelio de Juan, que deja muy claro que fueron ellos los que decidieron irse sin esperar a Jesús. Se alejan malhumorados porque Jesús no aceptó las aclamaciones de la gente harta. En este relato tenemos la posibilidad de ver la visión acertada que de Jesús tenía aquella primera red social.
Tomada esta resolución comenzamos a caminar en un camino nuevo y verdadero hacia la vida eterna que es en Cristo Jesús. Si somos aún enclenques en el espíritu tenemos la posibilidad de correr el riesgo de ser presa simple de algún dardo del enemigo, como el miedo, la tentación o la ansiedad. Ya que el demonio siempre y en todo momento deseará que retrocedamos a nuestra antigua forma de vivir. Los discípulos se atemorizaron ya que pensaron que Jesús estaba lejos, considerablemente más él siempre y en todo momento y en todo instante estuvo al lado de ellos. Más allá de que eran hombres seguidores de Jesús, el que se apartara por un momento de ellos, los logró dudar y con esto tener miedo.
- De ahí que pasa que en el momento en que leemos estas líneas no lleguemos a traspasar su mensaje hasta el fondo.
- Mientras vivamos va a haber tormentas en nuestra vida (momentos bien difíciles).
El madurar en la fe como cristianos, nos deja ofrecer un paso adelante así como lo logró Pedro con en comparación con resto de los acólitos. Una fe madura nos deja a asumir riesgos, a sabiendas de que Jesús va juntamente con nosotros. ¿Si la situación se encrudece como el viento fuerte, nuestra fe es suficiente como para no desviar nuestra mirada de Jesús?. ¿Dejamos que el temor nos paralice como al resto de los acólitos?. No estoy segura de si en algún momento has tratado de caminar sobre el agua, pero es realmente difícil hacerlo.
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Con sus reacciones, con ocasiones como esta en que le solicita caminar sobre el agua, Simón Pedro nos lo acerca a Jesús, nos hace comprender sus sentimientos de amigo. Digo de amigo ya que esta escena es una escena de cooperación. Si no fuera por Simón Pedro, uno aseveraría que aventuras como esta de probar a caminar sobre el agua, no son cosa seria. Y en el momento en que Jesús le afirma «poca fe» se lo debe existir dicho con determinada ironía cariñosa. En este pedido, Pedro, por su lado, revela una enorme seguridad. Que nosotros sepamos, el evangelio de Juan, en el final, recomienda que Pedro «aprendió» a caminar sobre el agua, aunque no usara este poder para sí.
De ahí que después, evaluándolo, Jesús le afirmará «tuviste poca fe». Y asimismo instantaneamente lo va a tomar de la mano y serenará la tormenta, como había planeado. Cerca de la barca se levantaban olas inmensas. Entre el conjunto de hombres asustados, uno se puso de pie. En el momento en que se fue la multitud, Jesús se distanció solo.
