La realidad esconde sobre Lucas

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– El Hijo del Hombre vino a buscar y a socorrer lo que se había perdido. “Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a socorrer lo que se había perdido”. diez Pues el Hijo del hombre vino á buscar y á socorrer lo que se había perdido.

Ahora bien, este hombre reconociendo su necesidad de Dios corrió a ver a Jesús y como era pequeño de estatura decidió subirse a un árbol sicómoro para verle y es allí donde nuestro Señor le logró el llamado. El relato empieza mostrándonos a un pecador necesitado de la salvación que Jesús ofrecía. Su nombre era Zaqueo, y la Biblia afirma que era jefe de los publicanos. Los publicanos eran judíos que se dedicaban a cobrar los impuestos que los romanos habían impuesto sobre Israel, y este trabajo era muy menospreciado entre ellos. Esto convertía a un publicano en entre los peores pecadores en Israel, y Zaqueo no solo era uno de ellos, sino más bien el jefe. Sin embargo, en esta historia bíblica Zaqueo nos enseña la forma de de qué forma atender el llamamiento que Jesús nos hace.

A Jesús Y Zaqueo

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Nada le dice a Satanás y a sus fieles que perdieron como la adoración de Dios resonando en sus oídos. Satanás pierde pues en el momento en que el pueblo de Dios está realmente alabando, sus corazones y sus psiques están en Él, y no en el pecado, en sí mismos o en las dispesiones de Satanás. La iniciativa de un rey conquistador y victorioso entrando a la ciudad era muy conocida en aquel tiempo. Típicamente, un rey victorioso entraba a la ciudad escoltado por ciudadanos de su reino y su ejército. Mientras que entraba, se entonaban canciones en honor y aclamación para el conquistador quien llegaba con símbolos de su victoria y autoridad. Al final, entraba en el templo destacable de la región y ofrecía un sacrificio para honrar a los dioses y asociarse con ellos.

Jesús Vino A Buscar Y A Socorrer A Los Perdidos

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En la parábola de Jesús, el hombre noble no hizo nada para merecer este rechazo; fue solo ya que los conciudadanos tenían corazones llenos de odio. La próxima parábola es rica en alusiones históricas. Su confirmación por parte del emperador de roma era necesaria, pues el imperio de Herodes de todos modos formaba una parte del Imperio De roma. , Jesús dijo que era irrealizable para el hombre que tiene riquezas entrar en los cielos; pero es viable con Dios.

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La profecía de Zacarías vio al Mesías como el Príncipe de paz”. “En la vida cristiana no nos quedamos quietos. Usamos nuestros talentos y hacemos progresos o perdemos lo que tenemos”.

Un pecador transformado va a vivir una vida completamente diferente de su historia previo; y las expresiones de Zaqueo, “la mitad de mis bienes voy a dar a los pobres“, es una prueba indudable de que Zaqueo era una nueva criatura. Y va a dar a luz un hijo, y le vas a poner por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y socorrer a los que viven apartados de Dios. Ellos clamaban las considerables cosas que Dios había hecho en sus vidas.

El cariño que recibió de Jesús encendió un amor recíproco en él, por eso no fue un inconveniente limpiar su vida en unos pocos días y poner las cosas en el sitio acertado donde había dañado y se había aprovechado de otra gente. Aun dio la mitad de sus pertenencias a los pobres y pagó 4 ocasiones a los que había engañado. En la situacion de Zaqueo, esta convidación cayó en tierra fértil.

¡Qué asombrado y honrado se debe sentir Zaqueo! Jesús es habitual, y honra cualquier hogar que visite. Absolutamente absolutamente nadie, incluyendo a Zaqueo, sabe, pero Zaqueo responde “gozoso” . “Y intentaba ver á Jesús quién fuera; mas no podía á causa de la multitud, ya que era pequeño de estatura” (v. 3). Como el hombre ciego en capítulo 18, Zaqueo desesperadamente desea ver.

Además, como el hombre ciego, está con limite físicamente y, por eso, no puede ver. Por visto que tuve miedo de ti, que eres hombre robusto; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Aquí observamos una imagen de la compasión de Cristo hacia los pecadores, y Su poder para cambiar los corazones humanos.

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“¡Qué conjunción de expresiones hay aquí, ‘el Señor’ y ‘lo precisa’! Jesús, sin dejar de lado su soberanía, había tomado una naturaleza llena de necesidades; pero, estando necesitado, Él proseguía siendo el Señor y podía organizar a sus súbditos y requerir sus propiedades”. “El asno era el monte de un hombre de paz, un mercader o un sacerdote. Un rey podía montar un asno a veces, pero era considerablemente más probable que apareciese en un poderoso caballo de guerra.

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