La muerte de Juan

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Te hizo heredera, y ha guardado un hogar PARA TI en el cielo. La falta de adoración, que observamos en nuestro planeta de el día de hoy, se debe al poco conocimiento que la multitud tiene de Dios. O sea, el monte Gerizim, el centro de adoración de los samaritanos. En el momento en que oyó aquel que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a él y le suplicó que descendiese y sanase a su hijo, ya que estaba a puntito de fallecer. Y el que siega recibe asalario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra también bse regocije juntamente con el que siega.

Nuestra vida debe estar concentrada en nuestro Dios las 24 horas del día los 7 días de la semana. No podemos llevar a cabo a un lado nuestra parte humana en la adoración. No podemos venerar al Señor llenos de tristeza. Así mismo asimismo tenemos que reconocer la excelencia de nuestro Dios.

Comentarios En La Adoración En Espíritu Y En Verdad Juan 4:20

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El poder meditar, el poder querer, el gustar y saborear la comida, nuestros ojos.; todo lo contamos de Dios. Pero Dios tiene sus mejores de sí. Absolutamente nadie le ha dado su fuerza y poder. Poseemos a un Dios perfecto en su Ser y perfecciones. Y Él es nuestro Padre celestial.

“Adoración” es una palabra sublime, pero de manera recurrente maltratada. Examinaré en este pequeño estudio el parágrafo que contiene las expresiones de Jesús mismo acerca de la adoración. Posiblemente a la mujer samaritana realmente le interesaba entender si su adoración era correcta o no, pero es más viable que su reacción sea un intento de cambiar de tema. No negó las acusaciones de Jesús en el versículo 18, pero tampoco desea proseguir con la charla y también introduce un tema que parece disculpar en parte su pecado. Proseguimos con la conversación de Jesús con la mujer Samaritana. Jesús apunta al pecado de la mujer y su reacción es charlar de las diferencias entre el judaísmo y la religión de los samaritanos.

• Agua para una mujer que murió de sed en medio de un desierto de arena y piedra allí por 1841.

Pero la hora viene, y ahora es, en el momento en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y de verdad; por el hecho de que ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. Los genuinos adoradores deben venerar a Dios en espíritu y de verdad. Esta es una referencia no al Espíritu Beato sino más bien el espíritu humano. En verdad significa algo que es completamente cierto, dado a entender y descubierto a todos. Charla de nuestra sinceridad en la adoración que tiene por objeto el Dios Santurrón.

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Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará. Dios es Espíritu, y los que lo adoran tienen que hacerlo de una forma verdadero, con arreglo al Espíritu de Dios. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y de hecho es necesario que adoren.

Una vez cese la emoción – en el momento en que se marcha el instante – además nuestra adoración. Por otra parte, La verdad sin espíritu nos puede llevar a cierto género de legalismo, sin gozo y sin pasión. Por lo que, la adoración se convirtió en un tema del corazón , dirigido por la verdad, no la liturgia.

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Un genuino adorador está consciente de que Dios es su Señor, dueño de sus posesiones, de todas sus fuerzas y talentos, y de cada segundo de su tiempo. Por tanto, aun en los temas considerablemente más pequeños de la vida se esforzará por efectuar la intención de Dios, no su intención. Solo así tiene derecho de llamar “Señor” a Dios.

Cuanto más conocemos, mucho más profunda va a ser nuestra adoración. Cuanto más profunda nuestra adoración, Dios es mucho más glorificado. El espíritu sin la realidad transporta a una experiencia llana, sobre-emocional y contenta.

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Diríase que durante la Semana Santa se acercan más de 50,000 personas a los santuarios edificadas en exactamente el mismo desierto. Todas esas personas llegan a ofrendar a la difunta según la contestación a sus oraciones. Todos se llenan en ofrecer su adoración a la memoria de un individuo que según la iglesia católica ni se reconoce como un beato. Alcanza a ser un fuerte ejemplo de de qué forma la adoración puede hacerse de forma equivocada. Me agrada hacerme hacedor de la palabra de Dios. Esta lectura me enseño como venerar a Dios en espíritu y de verdad.

juan