Respuestas para Lucas 5 1-11 Paso a paso

lucas 5 1-11

¿Dónde se encuentra nuestra seguridad en el Espíritu, nuestra fe, nuestra perseverancia? Dios nos hace libres, capaces, iguales; pone a nuestro alcance todo lo preciso para encararnos a los inconvenientes y nos da el don de la palabra para atraer a nuestros hermanos al camino de la fe. Al fin y al cabo, a ser mejores personas y a trabajar por un mundo más justo y equitativo para todos. Nos suponemos mucho más sabios que absolutamente absolutamente nadie y pensamos que completamente nadie puede enseñarnos considerablemente más de lo que sabemos y más que nada, como pasó con Jesús, si es alguien que tiene menos estudios o forma parte a una familia mucho más humilde.

Aquae multae, populi multi, mare magnum totum saeculum . Se destaca en medio de estos el primero, el Magno, de cuya muerte gloriosa hemos festejado el centenario el 15 de noviembre pasado. Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un enorme mural hay pluralidad de colores y de matices; pero todos importan, incluso los que no destacan. En el gran designio de Dios, cada aspecto es esencial, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con facilidad su fe en lo diario de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad. Hay santurrones del cada día, los santos «ocultos», una suerte de «clase media de la santidad»… de la que todos tenemos la posibilidad de formar parte.

Lucas 5, 1

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Hay algo que falta en la fe si no se puede observar. Esto probó la determinación y la fe de los amigos del paralítico. Contaban con que Jesús sanaria a su amigo, ya que seguramente sería mucho más bien bien difícil para traerlo de vuelta a través del techo de bajándolo hacia abajo. Yendo al sacerdote asimismo asistió a traer el ex leproso en la sociedad. Jesús deseaba la sanidad de la patología del hombre para tener el mayor beneficio posible. Por estas razones, la lepra era considerada una imagen del pecado y de sus efectos.

Con ella se reproduce el título de doctor o de rabino. Con esto deseaba como es lógico apuntar Lucas que Jesús enseña con autoridad y poderosamente imperativa. De estas redes se sirvieron los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo. Sus cartas nos hablan aún desde lo profundo de su tiempo, Por esta predicación Roma se transformó del fallo a la verdad, del vicio a la virtud, y llegó a ser señora de los pueblos y maestra del mundo.

De hecho, esta carnada da honra a los peces, así como a Dios. La palabra de Dios es la palabra mucho mayor que existe. La palabra de Dios no es una cancioncita para manejar a clientes a fin de que adquieran un producto. La palabra de Dios es la realidad que busca reclamar la cabeza racional y ganar los aprecios auténticos de la persona.

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Pero antes de procurarlo de nuevo, advierte Simón, que sólo lo hacen por dado que fían de Él. Estos pescadores parecen estar haciendo una apuesta tal y como si estuvieran terminando la vida. Y sucede que son realistas, por el hecho de que no quedan ahora muchas fuerzas como para arriesgarse a un nuevo fracaso. 1 Sucedió, en tanto que, que mientras él estaba de pie junto al lago de Genesaret, el pueblo se fue agolpando cerca de él para oír la palabra de Dios. 2 En esto vio 2 barcas atracadas a la orilla del lago; ya que los pescadores habían 3 salido de ellas y estaban lavando las redes. Subió a una de estas barcas, que era de Simón, y le rogó que la apartara algo de la orilla; se sentó y enseñaba a las multitudes desde la barca.

Desde aquel instante unos fáciles pescadores de Galilea van a quedar transformados en discípulos y ayudantes del Profesor. «Por tu palabra, echaré las redes.» Prolongar las redes sobre la palabra de Jesucristo, es no atribuirse nada a sí mismo, sino atribuírselo todo a él; es vivir de conformidad con lo que cada uno de ellos predica. Es entonces que se cogen cantidad considerable de peces. Símbolo de esto es el gesto del llevar “a tierra las barcas” , que en nuestro pasaje describe el instante en el que los seguidores las sacan totalmente del agua y las dejan inutilizadas en tierra. Jesús llama a Pedro, el pescador, a ser pescador de hombres — Sana a un leproso — Excusa los errores y sana a un paralítico — Llama a Mateo — Los enfermos precisan un médico — El vino nuevo se debe de echar en odres nuevos. Este artículo se presta fabulosamente para un sermón narrativo, en el sentido de re-contarlo con constantes referencias al llamado que Jesucristo nos dirige hoy a nosotros.

• Asemeja esto una lícita explicación para abandonar.
• Lc 5,1-11 tiene dentro la llamada “vocación de Pedro”.

Y, sentado, enseñaba a la multitud desde la barca. Pero el Señor consuela a Pedro mostrándole que la captura de pescados quiere decir que va a ser pescador de hombres. “No temas”, él le asegura, no te amedrentes; cree considerablemente más bien y alégrate, ya que andas llamado a una pesca considerablemente más bien grande; otra barca y otras redes te van a ser dadas. Hasta esta época tu has cogido peces con tus redes, de ahora en adelante por la palabra pescarás hombres. Por la sana doctrina tu les atraerás al camino de la salvación, en tanto que tú has sido llamado al servicio de la predicación.

La constatación del rastreo plural en este cierre aclara por qué razón el relato había hablado previamente de todos y cada uno de los que estaban con él y especialmente de Jacobo y Juan. La fórmula dejándolo todo, le siguieron es típicamente lucana. Convierte al grupo de pescadores en seguidores y seguidores incondicionales de Jesús, que cambian su trabajo y su negocio por la educación y el servicio activo a Jesús y a su causa. • El cuarto evangelio, como podríamos aguardarlo, es bastante diferente. En su relato, Jesús no llama a los acólitos, que lo prosiguen por el testimonio de Juan el Bautista.

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Según cálculos humanos basados en una extendida experiencia de los pescadores, es inútil echar ahora mismo las redes. Si no se tomó nada a lo largo de la noche, que es el tiempo de la pesca, en este momento — por la mañana— se pescará mucho menos. La resolución y la vocación exigen fe, aunque no se comprenda, requieren «promesa contra toda promesa» . Así creyó y aguardó María, de este modo además Abraham 47.

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