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Pasmante Detalles sobre Jose En La Biblia al descubierto

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jose en la biblia

La clemencia de Dios se impuso frente a la justiciahumana. Muchas veces, y quizás en la mayor de las ocasiones la justicia humana es injusta. La justicia al cargo de hombres injustos y corruptos ha llenado a los pueblos de un caos total.

  • Viajaron con corazón regocijado, y en el momento en que llegaron a Beerseba el patriarca ofreció sacrificios de agradecimiento, y también rogó al Señor que les otorgara una garantía de que iría con ellos.
  • Este retrocedió frente a la idea de formar parte en el homicidio de su hermano, y propuso lanzarlo vivo a una cisterna y dejarlo allí a fin de que muriera, con la segrega intención de librarlo y devolverlo a su padre.

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La Crónica De José Y Los Sueños

Los jóvenes estaban aterrorizados por lo que habían hecho; y no obstante, ahuyentados por los reproches que les haría su padre, proseguían escondiendo en sus corazones el saber de su culpa, que aun a ellos mismos les parecía colosal. Tras matar un cabrito, tiñeron con su sangre la ropa de José, y la llevaron a su padre, diciéndole que la habían encontrado en el campo, y que temían que fuera la de su hermano. Cuando vio a los mercaderes, José comprendió la horrible verdad. Resultar esclavo era una suerte mucho más preocupante que exactamente la misma muerte.

Sin embargo, este suceso no redujo la culpa de sus hermanos. Fue la envidia la que impulsó a los hermanos de José a venderlo como ciervo. Y en el momento en que fue llevado a Egipto, se vanagloriaron de que no serían molestados con sus sueños y de que habían eliminado toda oportunidad de que estos se cumpliesen. Pero su seguir fue contrarrestado por Dios y él lo logró ser útil para cumplir exactamente el mismo hecho que intentaban eludir.

Luego del deceso de su padre, mandó a embalsamar su cuerpo y lo enterró con colosal pompa en la Gruta de Makpelá (50,1-14). También disipó los temores de sus hermanos, quienes temían que ahora mismo se vengaría de ellos por el previo castigo. Murió a la edad de ciento diez años, y su cuerpo fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto (50,15-25).

Él no podía saber su concepto, pero proseguían turbándole. Los magos y los sabios de su reino no lograron interpretarlos. La perplejidad y congoja del rey aumentaban, y el terror se esparcía por su palacio. La promesa que se había encendido en su corazón se desvaneció poco a poco, y a todas y cada una de las otras preocupaciones se agregó el amargo aguijón de la ingratitud. Poco a poco José ganó la seguridad del carcelero, y se le confió por fin el cuidado de todos los presos. Fue el trabajo que ejecutó en la prisión, la integridad de su crónica diaria, y su solidaridad con los que estaban en dificultad y congoja, lo que le abrió paso hacia la prosperidad y los honores futuros.

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Como José era entre los hermanos menores, su padre pasaba considerablemente más tiempo con él, con lo que se transformó en alguien muy particular para él. Entonces Jacob mandó a realizar una túnica especial para José. (En esa temporada no tenían chaquetas, así que esta era una chaqueta muy particular). Era muy hermosa y tenía todos y cada uno de los colores que te logres imaginar. Su padre tiene por nombre Jacob y vivieron en Canaán, de donde era su abuelo.

Pero, al analizara cuál es nuestro papel que se nos dio por el Dios del cielo, no será ninguna tentación, todo acoso va a ser superado por la existencia de Dios en nuestras vida. El era conciente de que era un ciervo, consecuentemente no podía anhelar acompañarse de una mujer por lo menos que su amo se lo dejara. No gozaba de una independencia total sino su libertad dependía de su amo que lo había comprado.

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El joven entró en contacto con individuos de alta situación y de sabiduría, y adquirió entendimientos de las ciencias, los lenguajes y los negocios; educación que se requiere para quien sería después presidente de Egipto. Sin embargo, José preservó su facilidad y lealtad a Dios. Las situaciones y la seducción del vicio lo rodeaban por todos lados, pero él permaneció como quien no veía ni oía.

Esta mala intención aumentó en el instante en que él, de manera un poco imprudente, les relató 2 sueños que había tenido y que de alguna manera sugerían su excelencia futura y la servidumbre de ellos para con él. Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto a Jacob y a su pueblo, puesto que deseaba regalarles tierras de cultivo como agradecimiento por cuanto José había realizado por los egipcios. Los hermanos de José volvieron a Canaán, cargados de regalos de Egipto, y le contaron todo a Jacob; este, lleno de alegría, partió con toda su familia rumbo a Egipto. José le solicitó que se quedara a vivir sus últimos años con él y también que se quedase su pueblo. Él aceptó, a condición de que los restos mortales fuesen llevados de nuevo en el momento en que el pueblo retornase a Canaán.

Todos los tormentos que le habían hecho padecer pasaron frente ellos. José se planteaba conseguir de ellos un reconocimiento de su pecado. Jamás había pretendido tener el poder de acertar, pero quería hacerles creer que podía leer los misterios de su crónica. Suponiendo todavía que José no comprendía su lengua, los hermanos hablaron libremente entre ellos; tal es así que le brindaron buena oportunidad de comprender sus reales sentimientos. En el momento en que todos estaban sentados, los hermanos se sorprendieron al ver que estaban preparados en orden exacto, de conformidad con sus edades. Al ser llevados al palacio del gobernador, los hermanos se alarmaron grandemente, temiendo que se los llamara a cuenta por el dinero encontrado en los sacos.

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