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jose hijo de jacob
Al llegar a Egipto, la compañía se dirigió a la tierra de Gosén. Allí fue José en su carro oficial, acompañado de un séquito principesco. Olvidó el esplendor de su campo y la dignidad de su situación; un solo pensamiento llenaba su cabeza, un anhelo conmovía su corazón. En el momento en que percibió la llegada de los pasajeros, no pudo ya reprimir el amor cuyos anhelos había sofocado a lo largo de tan largos años. Brincó de su carro, y corrió a ofrecer la bienvenida a su padre. Al notar a sus hermanos inclinándose y saludándolo con reverencias, José recordó sus sueños, y las situaciones del pasado se presentaron vivamente frente él.
Las variadas situaciones que encaramos día a día están concebidas para probar nuestra lealtad, y deben capacitarnos para mayores responsabilidades. Una vida simple y pura había favorecido el avance vigoroso de las facultades tanto físicas como intelectuales. La comunión con Dios a través de sus proyectos y el estudio de las considerables verdades confiadas a los herederos de la fe habían elevado y ennoblecido su naturaleza espiritual al ampliar y fortalecer su cabeza como ningún otro estudio pudo haberlo hecho.
Historia De José (37 1
Aparte de esto, metió en las alforjas de sus hermanos el dinero que ellos habían comprado por el trigo. Éste, al ver que José sabía leer y manejaba los números (enseñado por su padre), le confió la administración de su casa y se transformó en la mano derecha de Potifar. En sus tiempos como ciervo trabajaba bastante y siempre y en todo momento confiando en Dios que cualquier día iba a regresarlo a sus tierras con sus padres y sus hermanos. Con el trabajo de ciervo José se transformó en un joven fornido, y la mujer de Potifar, que se quedaba en la casa cuando este salía, se fijó en él e procuró seducirle.
- Uno, Moisés, del estirpe de Leví hermano de José, salvado por una hija del Faraón, organizó y dirigió el regreso del pueblo judío a La Tierra Prometida.
Y Dios me envió enfrente de nosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida a través de una enorme liberación. Pues en estos un par de años hubo apetito en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los que no habrá ni siembra ni siega. Sucedió, puesto que, que cuando subimos a mi padre, tu siervo, le contamos las expresiones de mi señor.
¡El gobernador de Egipto era su hermano José, a quien por envidia habían querido asesinar, y a quien al fin habían vendido como ciervo! Todos y cada uno de los tormentos que le habían hecho sufrir pasaron ante ellos. Creyendo todavía que José no comprendía su lengua, los hermanos hablaron libremente entre ellos; de modo que le brindaron buena ocasión de entender sus reales sentimientos. En el momento en que todos estaban sentados, los hermanos se sorprendieron al ver que estaban preparados en orden exacto, de conformidad con sus edades. Según las leyes de casta, a los egipcios se les prohibía comer con gente de cualquier otra nación. A los hijos de Jacob, por ende, se les asignó una mesa separada, al paso que el gobernador, gracias a su alta jerarquía, comía solo, y los egipcios también comían en mesas aparte.
Otro tema esencial demandaba atención; los hijos de José tenían que ser formalmente recibidos entre los hijos de Israel. Jacob vio en sus hijos patentizas de un verdadero arrepentimiento. Vio a su familia cercada de todas y cada una de las condiciones necesarias para transformarse en una enorme nación; y su fe se afirmó en la segura promesa de su porvenir sitio en Canaán. Él mismo se encontraba cubierto de todas las muestras de amor y favor que el presidente de Egipto podía dispensar; y feliz en la compañía de su hijo por lo tanto tiempo perdido, descendió quieta y apaciblemente al sepulcro.
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Jacob mandó a José a buscar a sus hermanos a conocer si no les había sucedido nada y a llevarles comida. Resulta que los 10 hermanos mayores que José tenían muchos celos de José, por visto que José le decía a su papá las cosas malas que hacían los hermanos mayores. Entonces, ¿era o no José el señor rico no egipcio que habitaba esa casa de Avaris y cuya escultura vestía una túnica de colores? Tal vez fuera “otro” asiático migrado a Egipto, ya que hubo una incesante llegada de gentes del desierto atraídas por la fertilidad del valle del Nilo y la riqueza de una civilización superior.
Tras vivir en Egipto por tres años, José tiene 2 sueños socorrieres. En el otro se le dice que vaya a radicarse en Nazaret, el pueblo de María. 6Pero los hijos que has engendrado tras ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad. 5Ahora ya que, tus 2 hijos que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que yo viniera a ti a Egipto, míos son; Efraín y Manasés van a ser míos, tal como lo son Rubén y Simeón. Y también logró prometer ceremoniosamente a los hijos de Israel que llevarían sus huesos consigo a la tierra de Canaán.
Si no consentían en realizar esto, serían tratados como espías. Y después, según la predicción de José, han comenzado los siete años de escasez. Se prosiguió el mismo procedimiento a lo largo de los siete años de abundancia hasta el día de hoy en que la cantidad de granos almacenados era incalculable. En el momento en que se comenzaron los años ventajosos han comenzado los preparativos para el hambre que se acercaba.
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Finalmente, al patriarca José, como a Jesús, le fue dado abrir un nuevo orden de cosas para el mayor poder y gloria del monarca a quien debía su ensaltación. Tus hijos, míos son, los incluye en las tribus de Israel, en la medida en que en la consecución del tiempo, son quitadas dos tribus, Dan y Efraín, quedando Manasés para llenar las 12. Efra-ín la misma raíz que Efra-ta que es Belén, de donde nacería el Mesías, el Cristo según la profecía. Es en tanto que Manasés la una parte de la Iglesia que representa las almas, las personas que de corazón adoran a Dios, y Efraín la parte de la Iglesia que representa la institución, la simbólica Babilonia, la que cae frente el verdadero creyente. Son ya que bendecidos los hijos de José en Egipto, y son bendecidos con la manera de heredad espiritual de Jacob, el menor primero.
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