Lo que todos son diciendo acerca de La Fe De La Mujer Cananea

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Padre, ponemos nuestra fe y seguridad en ti. En el instante en que nos encaramos a óbices y dificultadas en nuestra vida, ayúdanos a mantener nuestra fe en ti En el nombre de Jesús oramos. ¿Qué si su fe no podría haber sido tan fuerte? El desenlace de esta historia sería muy distinta, ¿no es de este modo? Prosigamos el ejemplo dado por Fanny Crosby y la mujer canana. Mantengamos nuestra fe y no nos rindamos.

Aun en el instante en que uno ve el futuro y siente ansiedad, aun cuando uno ve los problemas y siente impotencia, aun en el momento en que uno constata los arduos inconvenientes que inquietan al planeta, al hombre, a la familia. Dios es quien me garantiza mi alegría y mi salvación. Nosotros los cristianos debemos aprender de esta mujer varias cosas bellas y hermosas.

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Ella vino corriendo y gritando “Ten clemencia de mí, mi hija está endemoniada”. La fe de la mujer cananea alcanzó un enorme milagro para su casa, tu fe es de bendición para los tuyos, tu fe y tus oraciones son de gran valor para Dios y para tu familia. Los Cananeos eran una nación politeísta que Dios había mandado a Israel a que la destruyesen. Pero Israel falló repetidamente en la ejecución de dicha labor. Entre sus primordiales críticas, los cananeos practicaban culto de guerra y sexual a una trinidad pagana compuesta por Anat, Astoret y Asera, que eran diosas de los Cananeos.

Nos llega a desesperar a veces el silencio de Dios. Es posible que hasta a veces pensemos que a Dios no le interesamos. Y es ahí precisamente en el momento en que Dios está esperando ese último ademán de entrega a él, de confianza en su amor de Padre. Frecuentemente, Jesus amonesta a sus discípulos por tener poca fe.

Y hete aquí una mujer cananea que había salido de aquella zona clamaba, diciéndole ! Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es dificultosamente atormentada por un demonio. En todos y cada punto, la mujer pasó las pruebas del Señor al contestar con perspicacia, perseverancia y optimismo. Esto quizás revela la fe que había en el fondo del corazón de la mujer y que quizás ella mismo no lo sabía.

Pero como esta madre de familia debemos luchar y clamar a Dios por nuestra familia. El mal de esta madre era provocado por la condición de su hija. abía un árbol de manzanas y un niño que jugaba a su alrededor y los 2 eran contentos.

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Asemeja que Dios muchas veces no nos escucha. Y es ahí en el momento en que Dios está esperando ese último ademán de fe y seguridad en su amor de Padre. Dios no puede ser injusto, aun en la salvación de un alma.

Ella reta la estrechez de las tradiciones, que confinaban la clemencia de Dios a unos pocos elegidos, y ella es ricamente recompensada. La fe de la mujer cananea paso por tres pruebas que el Señor le logró cuando vino a Él. El silencio que Jesús manifiesta en un primer momento nos hace meditar. En otras oportunidades, frente a la necesidad o el mal de un individuo, el Señor manifiesta compasión, sale a sanar a los enfermos y desvalidos. En esta ocasión su primera reacción en oposición al grito de súplica de la mujer es el silencio. San Agustín afirmaba que «Cristo se mostraba indiferente hacia ella, no por rechazarle la clemencia, sino más bien para inflamar su deseo».

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Otra razón por la que Jesús se quedó callado era que la mujer no era judía. Todavía no era el instante de predicarles a los que no eran judíos, ni de sanarlos. Fue realmente difícil para Jesús alejarse de la mujer. Muchas bendiciones y que el Señor derrame a un considerablemente más de sabiduría sobre sus hijos a fin de que nos realice comprender su divina intención. Y por eso podemos consultar que el Señor cumplió su palabra, ellos tres vivieron un poderos milagro de provisión en medio de la dificultad. Entonces no se trata de qué grande es el inconveniente, sino de qué grande y poderoso es el Señor Jesús.

Un trabajo misionero que libere a la gente oprimidas por el mal. Un enfoque misionero libre del sexismo, del racismo y de los prejuicios sociales que limitan la llegada de la iglesia. Una iglesia donde las «mujeres cananeas» de hoy hallen salud, clemencia y salvación.

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