La mejor Guía para Lucas

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.No se , jamás entendi totalmente bien este evangelio. Gracias a tu explicación ahora mismo lo entiendo bastante mejor. A Jesús, los leprosos no le piden riquezas, ni oro ni plata, sino más bien la salud y purificación de su cuerpo. Y le llaman Jesús, Maestro, no le solicitan sencillamente, ni le suplican como mortal.

También seré complacido con cualquier favor o asistencia que reciba por parte del resto. Segundo, la fe salvadora actúa en una vida de agradecimiento a Dios. La fe salvadora actúa con un corazón que adora a Dios. Este leproso al notar la increíble clemencia que Dios había tenido con él no podía sino venerar a Dios.

Privilegiados En El Evangelio De Lucas

Samaria había sido hogar de las diez tribus de Israel (tan propias como las tribus de Judah y Benjamín en el sur). En el momento en que asirios llevaron israelitas al exilio en el Siglo ocho a.C., bastante gente que no era judía fue a vivir a Samaria. Después, los que volvían del exilio se comenzaron a desposar entre ellos Como resultado, judíos detestan samaritanos, a quienes opínan en compromiso religiosamente. • Los dos Naamán y el leproso samaritano eran extranjeros que buscaban la salvación a través de un judío de Dios. Jesús, nunca nos dejes subestimarte; Tu Presencia en nuestra vida puede animarnos, sanarnos y asistirnos a ser personas íntegras.

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Sermón: Varios Oran Pero No Sabe Ofrecer Gracias

¿Cuál es la causa del agradecimiento a Dios y a Jesús de este samaritano? El ver que solo la clemencia de Dios lo había sanado. El se vio indigno de recibir esa felicidad.

El probó que tenía fe salvadora y los otros no. Nos comunica Lucas que tan pronto fueron sanados uno regresó a Jesús y le adoró. Solo uno demostró tener fe salvadora. Qué grande y también increíble es la clemencia de Dios. Ellos clamaron por clemencia y eso es lo que Dios por gracia le da.

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Esto debe llenarnos de agradecimiento y de deseos de corresponder a un Padre que nos quiere. Jamás vamos a poder darle las gracias a Dios lo mucho que nos dió. Para ser complacido requerimos ser humildes. El que es soberbio piensa que todo se le debe, que lo merece todo y no siente la necesidad de ofrecer un “gracias” sincero por los favores que recibe. Por eso, se precisa una gran humildad para sabernos siempre inmerecedores de las gracias de Dios, de los favores y atenciones de los otros. Comencemos por agradecer cada día a Dios sus dones.

Según este versículo, eruditos frecuentemente han cuestionado el sentido geográfico de Lucas. No obstante, como se anota arriba, el heleno afirma que Jesús “atraviesa Samaria y Galilea.” Esta localidad fronteriza explica por qué están judíos y samaritanos entre los leprosos. En circunstancias normales, judíos no tendrían nada que ver con samaritanos, pero estos leprosos están unidos por la miseria que distribuyen. Nótese también como la localización de este acontecimiento (en la zona entre Samaria y Galilea) puede argumentar la excepcional mezcla racial del conjunto de leprosos.

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Su historia está en sendero de realización plena. Toda su persona, y no únicamente una contrariedad circunstancial (por más grave que fuera) fue encomendada a la felicidad de Dios. «Manda a los israelitas que echen del campamento a todo leproso, al que padece fluído y a todo impuro por contacto de cadáver. Los debes echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los echarás, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en la mitad de ellos» (Nm 5,2-3). «Si la piel de un hombre exhibe áreas blancas y está punteada con manchas, tal hombre fue rechazado por su dios y debe ser rechazado por la raza humana» (Artículo Babilónico).

• Los debes echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los echarás, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en medio de ellos» (Nm 5,2-3).
• Al caminar debían comunicar su desgracia, chillando “impuro” a fin de que el resto personas los esquivasen.

Los leprosos no podían si desee arrimarse a un viajero por el sendero. En ocasiones los leprosos sanaban, entonces tenían la obligación de presentarse a un sacerdote a fin de que hiciese la comprobación y los reintegrase en la vida habitual y familiar que habían debido abandonar. Ahora mismo, los leprosos están unidos con lo que piden, pero pronto se dispersarán.

Estamos considerablemente más inclinados a contar las dificultades que las bendiciones que nos llega. Como los nueve leprosos desagradecidos, pensamos que nuestras penas son injustas, en la medida en que somos merecedores de bondades, con pleno derecho a los favores. En el pasaje de la pecadora que le besa y lava con lagrimas sus pies, Jesús le afirma al fariseo que al que bastante se le disculpa, ama bastante. Este además es la situacion de este leproso, que además de esto era samaritano, cuya vida era solo estar marginado y padecer. Los otros nueve leprosos eran judíos; por esa condición, ellos mismos se consideraban merecedores de la acción de Dios. Creían que no debían agradecer algo que les correspondía; además de esto, para ellos la ley es primero que todo.

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