Jesus Sana A Un Leproso – Un resumen

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Por todas y cada una estas razones, la condición de leproso es un modelo de pecado y sus efectos. Es una nosología infecciosa, debilitante que corrompe a su víctima y la hace principalmente fallecida en vida; y es que prácticamente todo el planeta, sociedad y gente religiosa desdeñaban a los leprosos. Rabíes desdeñaban de forma especial a los leprosos, y los miraban como gente bajo el juicio especial de Dios, inmerecedores de piedad o misericordia. La lepra en esos tiempos era símbolo de pecado. El pecado arruina la vida de las personas.

Que su sabiduría te prosiga y te llene en todo tiempo y que tu fe no mengue. Sigue adelante pese a lo que sea, y nunca abandones la fe, que es lo único que te aproximará a quien tiene todas y cada una de las respuestas. Debemos acercarnos a Dios como és somos y con la necesidad que tengamos. Él va a saber si obrar o no un milagro, tendrá Él sus propósitos para nuestra vida, pero no tenemos la posibilidad de darnos por vencidos sin soliciar su asistencia. A veces no entendemos bien qué pedir o qué estimar.

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El mensaje que deseo que te quede de esta historia es que a Jesús no le importa lo que hayas hecho, como te ves o lo que otros opínan de tí. Él te hizo ¡y te quiere sin condiciones! Jesús trata todos los días de llegar a ti y de enseñarte su amor pero en ocasiones nos encontramos bastante ocupados para darnos cuenta.

¡dios Les Bendiga!

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En vez de hacer lo que le había pedido, el hombre se encontraba muy feliz y le dijo a todos sobre lo que había ocurrido. Jesús le pidio entonces al hombre que hiciera algo. Le solicitó que no le dijera a completamente absolutamente nadie lo que había pasado y que fuera donde el sacerdote a fin de que lo revisara. Esto mostraría que había sido limpiado y le pidio ademas que dejase una ofrenda. Entonces el sacerdote le daría permiso para que regresara y viviera entre el resto de nuevo.

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El leproso, aparte de ser un “castigo de Dios”, era un enfermo del que había que escapar, representando a la ley y de la higiene. NO REMEDIO. En la sociedad de Jesús, la lepra no tenía solución medical! El leproso debía vivir con su enfermedad hasta la fallecida sin remedio ninguno. Unas de las enfermedades mucho más espantosas en el tiempo de Jesús fue LA LEPRA. Simplemente sentir la palabra “lepra” provocaba pavor en todos! La lepra podría ser comparada en sentido paralelo el día de hoy con el SIDA. Y tambiéńl no gastaba dinero haciendo convidaciones, jamás mandó a realizar afiches, no colocó avisos en el periódico, ni en la radio, ni en la televisión; sin embargo, multitudes lo buscaban.

Según la ley Mosaica el leproso debía apartarse de la sociedad y vivir en una red social apartado—una colunia de leprosos. PIEL—Fue una enfermedad que atacaba y comía las extremidades del cuerpo en forma especial el piel. Es decir comenzaba a comer y eliminar la carne en las cejas, nariz, labios, la lengua, los dedos, los dedos en los pies. En Jesús hay intención rápida, “deseo”; y hay poder, “sé limpio”. Va a la iglesia de todo corazón; con sus ofrendas asegura su alianza con su Salvador y Redentor; con su alma y ser expresa su gratitud al Creador y dador de la vida y la salud.

Al leproso se le aislaba de la sociedad por visto que era inmundo y no podía vivir en el mismo campamento. No te quedes fuera de este campamento maravilloso que es el reino de Jesucristo en su gloria. Jesús puede sanarte, salvarte, VEN. Por vez primera, en el Evangelio de San Marcos, se charla de la curación de un leproso. La lepra era una nosología espantosa, por visto que excluía de la comunión con el pueblo de Dios.

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Al mismo tiempo, ya que el leproso sanado se presentará ante el sacerdote para ser examinado por él, serviría para contrastar que la curación había sido auténtica (Levítico 13). Estas personas no desean una salvación que signifique un esfuerzo de sacrificio y una renuncia a sus lujurias impías. Quisieran ir al cielo, pero sin la obligación de dejar sus borracheras en todo el sendero; les gustaría ser salvados del infierno, mas no del pecado que es la causa del mismo. Nos cuesta aceptar y acoger los “leprosos” que están al lado de nosotros, los que nosotros “convertimos” en leprosos. Jesús desafía al contagio, no impide el contacto con el impuro. No duda en infringir el reglamento, romper el cordón sanitario, hacer saltar los mecanismos de exclusión.

Lo mucho más grande y asimismo esencial es que conoció a Jesús y recibió vida eterna. Dios quiere limpiarnos de pecado y librarnos de la condenación eterna, versículo 42. El leproso fue a Jesús confiado en el poder de Dios. Por ser considerado impuro, el leproso era separado de la congregación de Israel, sin formar parte del culto al Señor . Debía vivir en una casa apartado, y completamente absolutamente nadie podía tocarlo, ni servirle en forma alguna. La lepra agrede la piel, la sangre, la carne y los huesos, todo el organismo, llegando a la mutilación de los integrantes del cuerpo y finalmente la muerte.

Enfrente de Dios, todos somos pecadores. Si se encontraba lleno de lepra, es porque la misma se había extendido en este momento por todo el cuerpo, por consiguiente deducimos que padecía de esta patología desde hacía ya un largo tiempo. La condición de leproso lo había separado de su familia, de su ciudad, sus amigos y populares cercanos. Naturalmente era un hombre bastante necesitado para desaprovechar la posibilidad.

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