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jesus y el joven rico
Obedezcámosle como a sabio y conocedor de lo que nos conviene, sufrámosle como a amador nuestro, seámosle agradecidos como a bienhechor. Prosigamos sin vacilar lo que se nos ha mandado, para que seamos herederos de la eterna vida, que está en Jesucristo, al que sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Para proseguir a Jesús necesitamos sacudirnos de todo cuanto nos amarra, y de todas y cada una de las cadenas que nos aprisionan, al depender de la riqueza, la estima o la comodidad. Cualquier “riqueza” que toma el primer lugar en nuestra vida – incluso un individuo – puede denegar nuestra independencia para proseguir al Señor. La riqueza apenó al joven que se encuentra con Jesús en esta lectura – un claro signo de que sus pertenencias lo tenían y lo aprisionaban. Riquezas, amistades, éxitos y todo lo que queremos en la vida, tienen la posibilidad de aproximarnos o separarnos de Dios y de nuestro ser profundo.
- , lo que ocasionó una gran sorpresa entre los seguidores de Jesús y, con toda la razón de todo el mundo.
- Múltiples tienen una religión, pero carecen de una relación verdadera con su Salvador.
Es mas, no tengo, ni gozo de buena salud a causa de la Discapacidad. ¿Qué le puedo rendir y dar a Jesucristo?. Por la falta del Señorío de Cristo en nuestras vidas. O sea una parte de nuestra vida, de nuestro ser, y así mismo deseamos poder la integridad de Dios. Entonces nos entristecemos por que Dios no responde favorablemente nuestros anhelos, deseos o necesidades.
Jesús Y El Joven Rico
, lo que causó una enorme sorpresa entre los seguidores de Jesús y, con toda la razón de todo el mundo. Profesor, todo eso lo he cumplido desde joven. Esta fue la respuesta de aquel hombre.
Al no rendir y dar sus riquezas, perdió lo de mas valor en todo el cosmos. Que triste, ver a este joven enfrente de la Vida Eterna, y preguntar por ella. Que catástrofe no poder admitir lo que tenia enfrente, por carecer de entrega y rendición a Jesucristo. Este joven hinco únicamente una rodilla, le falto hincar su ser.
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Resulta obvio que Jesús está pensando más adelante, en el instante en que se realice todo nuevo y la vida en la Tierra vuelva a ser como en el jardín de Edén. Pedro y el resto discípulos van a recibir la recompensa de reinar con Jesús sobre la Tierra transformada en un paraíso. Esta recompensa merece cualquier sacrificio que logren realizar. La convidación de Jesús a cada uno de nosotros siempre y en todo momento transporta tácita la solicitud de abonar un precio y comenzar a acumular recursos en el cielo. Cada uno sabe su precio y cada uno debe llevar a cabo su evaluación privada y personal. Este desarrollo es doloroso y asimismo piensa ajustes en nuestras vidas y esos ajustes nos llevan a la necesidad de tener que abonar determinados costos.
jesus y el joven rico
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Es sorprendente como cada pasaje de la Escritura, tan corto en expresiones, en enunciados, y hasta, a simple vista “simple”; puede dar pie a tanto análisis para nuestras vidas, a varios volúmenes de enseñanza, etc. Y lo más asombroso es que en el momento en que volvemos a leer exactamente el mismo pasaje, se ve que lo entendiéramos desde un ángulo fresco, diferente, “nuevo”, real, etcétera. “No os hagáis bienes en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y roban; sino más bien haceos bienes en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. veces pienso que será muy difícil para un católico rico entonar de corazón este himno que se muestra en el vídeo que sigue, quizás algo ya pasado de tendencia y irreconocible para bastantes cristianos de hoy. Por el hecho de que el cariño al dinero es la raíz de todo tipo de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han provocado muchos sinsabores.
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Quizás Cristo le pidio al joven rico que le prosiguiera, por dado que vio lo apegado que se encontraba a su riqueza y que sus intenciones eran buenas, esto es le pidio que confiase mas en el. El Salvador le mentó que amara y honrara a sus progenitores y que no matara a completamente absolutamente nadie ni mintiera ni robara. El joven rico mencionó que él siempre y en todo momento había obedecido los mandamientos. Un día un joven rico fue con Jesús y le preguntó lo que debía hacer para ir al cielo. El bien considerablemente más bello que tenemos la posibilidad de tener en la vida es nuestra relación con Dios. ¿Son conscientes del valor inestimable que tienen a los ojos de Dios?
Y ese es el único cielo que merece la pena por visto que incluye a todos y cada uno de los que nosotros excluimos. Acercamiento al textoNos semeja evidente que a Jesús le encantaba el conocer y el charlar con la multitud, algo más fascinantes de los evangelios es el poder leer acerca de las entrevistas que se daban entre Jesús y personas que estaban buscando la realidad. Jesús siempre y en todo momento estaba listo para escuchar los problemas de los demás, se encontraba siempre y en todo momento listo para contestar sus cuestiones al tiempo que andaba por las distintas calles de Palestina.
La narración de Jesús y El joven rico es un pasaje que nos deja muchas enseñanzas pero la primordial de ellas es la reflexión de quién o qué ocupa el primer sitio en nuestro corazón cuando ese sitio está desarrollado para ser ocupado por Cristo Jesúshttps://t.co/JuaE66CLPl
— CONOCIENDO A JESUS (@ConociendoJ) April 5, 2020
Jesús vivía con el propósito indispensable de regentar a los hombres y a las mujeres al camino del Reino de Dios. Pero algo que Jesús jamás logró fue, comprometer o cambiar el mensaje, jamás lo acomodo a absolutamente nadie no importaba quien fuera. Formaban un grupo rico y con predominación política, de manera que regían el Sanedrín.
Podemos intentar ponernos en su rincón a lo largo de ese proceso. Genuinamente había preguntado a Jesús qué debía llevar a cabo para conseguir la vida eterna. El Instructor le respondió y él debió continuar a calcular las implicaciones de lo que ganaba y de lo que perdía. En sus ojos el saldo apareció negativo y, así como indica el relato de los evangelios salió realmente triste y afligido en tanto que era riquísimo y, por consiguiente, debía abonar un precio bastante prominente.
El ciclo de la adoración se cierra con la obediencia… ¿De qué le sirvió al joven rico ARRODILLARSE y decirle a Jesús “Maestro bueno…” si no le ha podido obedecer?
— Jorge Ortigoza (@OrtigozaJorge) February 17, 2019