El lado feo de Pedro Anda Sobre Las Aguas

pedro camina sobre las aguas

Y todas y cada una de las narraciones nos muestran a los discípulos explorando en un mar embravecido con viento opuesto, en el momento en que Jesús se acerca a ellos caminando sobre las aguas del lago que se iba encrespando. Este es uno de solo siete “signos” que Juan nos comenta en su relato; el poder de Jesús sobre las leyes naturales (los sinópticos relatan cerca de veintitrés milagros). Los acólitos observaron a Pedro escapar del barco de manera cuidadosa y empezó a caminar sobre el agua hacia Jesús. Pedro, al comienzo se quedó viendo intensamente a Jesús, pero después comenzó a ver el viento y las olas en el agua y miró a su alrededor con preocupación.

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En esas dos manos que se agarran se ata el valor de nuestra fe. Nuestra fe no es solo en Jesús que anda sobre las aguas, sino que es fe en Jesús y en Pedro agarrados de la mano. Siempre y en todo momento me maravilla que tal como Jesús nos enseña quién es Pedro, Pedro nos hace ver varias cosas sobre de qué manera es Jesús.

Ten presente que el agua era muy profunda, y apuesto que hasta algunos peces notaron la presencia de Jesús y se detuvieron a contemplar el milagro. Actualmente, nosotros como discípulos de Jesucristo debemos extender nuestras manos para ayudar a quienes nos necesitan. y el mar se encontraba agitado por el hecho de que soplaba un fuerte viento.

Una de mis historias preferidas de la Biblia y la que solo registra el evangelio de Mateo, la de Pedro caminando hacia Jesús sobre las aguas. Pedro también deseó caminar sobre el agua, y Jesús le mencionó que fuera hacia Él. Pedro salió del barco y comenzó a caminar sobre el agua hacia el Salvador. siempre y en todo momento junto a nosotros, de su mano que nos aferra para sustraernos a los peligros. Todos nosotros nos encontramos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros a pesar de nuestros límites y nuestras debilidades.

Nos olvidamos que hemos recibido a Jesús-Eucaristía con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, y que esa presencia continúa con nosotros. Él prometió que iba a estar con nosotros “todos y cada uno de los días hasta el fin de todo el mundo” . Pero nos encontramos tan ocupados atendiendo nuestra barca, que no lo observamos; y si lo observamos, o no lo reconocemos, o nos sobresaltamos, como ocurrió a los seguidores aquella noche en el lago de Tiberíades.

pedro anda sobre las aguas

En el momento en que estuvieron seguro en la barca, el viento cesó de pronto. No solo habían visto de qué manera Pedro andaba sobre el agua, sino la manera en que Jesús controlaba hasta el viento y el mar. La lectura evangélica nos muestra la versión de Juan del episodio en que Jesús pasea sobre las aguas (Jn 6,16-21). Los 2 sinópticos que nos presentan el episodio , de exactamente la misma Juan, lo ubican justo después de la multiplicación de los panes, es decir, dentro de un contexto eucarístico.

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Y al Señor se ve que le agradó este pedido osado de su amigo. Tengamos presente que Jesús no en todos y cada uno de los casos le proseguía la corriente a Pedro. Quizás pues el valor se expone en la cancha y está bien que Pedro lo ejercite.

En Marcos y Mateo, es Jesús quien manda a los discípulos embarcar y marchar a la otra orilla; pero el verbo empleado en griego, deja entrever una alguna imposición. En Juan, la idea es de los acólitos, pero además de esto, se deja comprender que lo hacen despechados por el hecho de que Jesús no desea admitir la iniciativa de la multitud que pretendía proclamarlo rey. Se nos muestran 2 mundos, el mundo de la barca, en que se avanza con contrariedad y con bastante esfuerzo, y el planeta libre fuera de la barca, donde se camina sobre el mar. Es el texto biblico de Jesús camina sobre las aguas, desde los sinopticos y con ciertas preguntas que favorezcan la reflexión.

24mientras la barca ahora iba bastante lejos de tierra estable. Las olas golpeaban la barca, por el hecho de que tenían el viento en contra. 22Después de esto, Jesús hizo que sus acólitos subieran a la barca, a fin de que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras que él despedía a la multitud. Intentemos la comunión con nuestro amoroso Dios trino para tener la fuerza y el poder de caminar sobre la superficie de unas aguas embravecidas, pero en tranquilidad en frente de la voz autora y sustentadora de Jesús. Meditando sobre los pensamientos de Jaimito, cuánta razón tiene; si bien el agua es escencial para la vida, puede representar un riesgo de dimensiones inconcebibles. Tanto el episodio de Elías, como el relato del evangelio están llenos de enseñanzas para nosotros el día de hoy.

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Sí, comenzó a hundirse, pero al paso que sus amigos miraban seguros desde la cubierta, Pedro caminó sobre las aguas con el Salvador. Normalmente bastante gente hemos experimentado esta misma situación en nuestro caminar con el Señor. Quizás no paseamos sobre las aguas pero si frecuentemente sobre situaciones bien difíciles. Si situamos nuestra mirada en la ola de inconvenientes que se levantan cerca de nosotros sin buscar asistencia de Dios, también vamos a finalizar desesperados y hundiéndonos. Por lo tanto, a fin de mantener nuestra fe en la mitad de las tormentas, sostengamos los ojos en el poder de Cristo y no en nuestra incapacidad.

pedro pasea sobre las aguas