Un fácil Truco sobre Estudios Sobre La Oracion al descubierto

estudios sobre la oracion

2 mujeres de la iglesia estaban sentadas asimismo, orando apaciblemente. Bastante consternada para charlar, bastante estresada para plañir, solo podía rezar espirando un gemido. Su rostro pálido tenía en este momento el sello de la muerte. Me quedé un rato largo en la vivienda, suponiendo que quizás el chico moriría de un instante a otro.

¿Podría yo entrar a esta madre en un planeta de terminado relativismo? En la clase de filosofía contemporánea habíamos hablado de Nietzche y su particular término de Dios. ¿Podría ayudar a esta madre que sufría en oración al lado de su hijo moribundo, explicarle lo que afirmaban los pensadores? Quizá la lección más profunda sobre la oración que yo recibí es la que hallé en un libro del doctor O. El define la oración sencillamente como la confesión a Dios de nuestra necesidad. Cuando nosotros le mencionamos a Dios de qué manera debe contestar nuestras oraciones, no nos encontramos en verdad orando, sino dando órdenes a Dios.

El Poder De La Oración

Debemos cerrar nuestros oídos a ellas por el hecho de que son las voces de otro y no del Señor nuestro Dios. Si alguien que nucan estuvo aquí anteriormente y se dirigiera a nuestro servicio hoy pero se perdió intentando encontrar el sitio y llama a alguien por teléfono aquí, y asegura, “No sé como llegar allí. ¿Me podrían ayudar?” ¿cual sería la primer pregunta que se le haría? Seguramente sería, “¿Donde estás tu?” La primer cosa que el hombre o mujer, niño o pequeña tienen que hacerse asi mismo es, “¿Donde estoy?” ¿Donde estoy en esta día en está vida? ¿Estoy cerca del cumplimiento de mis sueños que tenía hace un año atrás, o estoy mucho más lejos y estoy encontrando que desaparecen en la distancia rapidamente? ¿Estoy cerca del propósito, el ideal, o lo que deseo ser como hombre o mujer ahora mismo relacionado con algunos años anteriormente?

He hablado con soldados que me aseguraron que nunca habían orado hasta el momento en que se hallaron en el medio de una guerra. Asemeja haber un instinto en la gente que las lleva a rezar en tiempos de contrariedad. Los acólitos oraron y fueron llenos del Espíritu Santurrón, tal es así que se añadieron 3000 personas a la iglesia en un día. Pablo oró y cientos de iglesias nacieron en Asia Menor y Europa.

Vemos conque el énfasis de la oración ha de ser llevar a cabo mas fuerte nuestra relación con Dios, aproximarnos a él, pasar tiempo en su presencia y hacer llegar con él lo que ocupa nuestro corazón. Oramos por dado que nuestra relación con Dios es importante y escencial. Aquí observamos que la oración es entre nosotros y Dios, no para impresionar a los demás. Nuestro corazón no posee la actitud correcta si lo que intentamos es que el resto nos vean y admiren nuestras expresiones.

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Daniel oró y las bocas de los leones se cerraron. Elías oró y el fuego de Dios consumió el sacrificio y el agua que rodeaba el altar. David oró y derrotó a Goliat en el campo de guerra filisteo. Los seguidores de Cristo recibieron tanto el aliento como la enseñanza para rezar. Veían en todo momento el ejemplo que Él daba en la oración, y notaron la relación directa entre el ministerio inusual de Jesús y su devota vida de oración.

Algunas mañanas mi visita con Dios es corto, y otros días es mucho más extendida, pero siempre y en todo instante hay alegría tras realizarlo. que te abriga, o el cafecito caliente que sostienes en la mano. Me he dado cuenta que si comienzo así, la gratitud comienza a fluir en todos y cada área de mi vida. Recuerdo un sillón de orejas que teníamos en el hogar en el instante en que yo era pequeña. Le pertenecía a otra persona en mi familia antes que va a llegar a manos de mis progenitores, y había sido retapizado en tantas ocasiones que su historial incluía entre otras cosas, un brocado amarillo abultado en los años 1950, y una puntada de llama rosa en los años 1980. Lee Devocionales diarios Aliento bíblico diario para guiarte navegar la vida día tras día a través de la realidad de la Palabra de Dios.

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No obstante, era la cosa considerablemente más mortal que se me podía haber ocurrido, o sea, ponerle tiempo a la oración. Innecesario es decir, no perseveré en esa especialidad. El tercer fallo consistió en el subterfugio práctico de persuadirme a mí que la oración es buena cosa, pero antes de ponerme a orar debía adecentar primero mi escritorio de todo el trabajo juntado. Además es insignificante decir que esto nunca ocurrió. Dios nos charla a través de su palabra escrita, la Biblia. Los genuinos cristianos conversamos a Dios por medio de la oración.

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y clausurada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará públicamente” (Mateo 6.6). La quietud y la reverencia son 2 componentes importantes en la oración. Tengamos en cuenta que al rezar hablamos con Dios. Para evitar la confusión que hay en el momento en que varios oran al tiempo en voz alta, las oraciones de la congregación deben ser dirigidas por solo un individuo a la vez. No debemos dejar que continúe ningún obstáculo entre nosotros y Dios. Las cabezas de las mujeres deben estar cubiertas (1 Corintios 11.4–6).

La oración modelo de Jesús es el modelo perfecto de esta clase de oración (Mateo 6.9–13). Las enseñanzas de Cristo que anteceden y siguen esta oración nos deberían educar de qué forma debemos orar. Aun en la oración pública debemos regentar nuestra oración a Dios y no a la multitud que nos escucha. Dios no necesita la elocuencia ni las frases largas para persuadirlo de que somos francos. Todas y cada una nuestras oraciones deben brotar de un corazón de fe. Debemos dirigir todas nuestras oraciones a Dios, así sea o no para que otra gente nos escuchen.

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