Respuestas para Jesus Lava Los Pies Detallado

jesus lava los pies

Aunque los acólitos lo abandonaron, Él jamás los abandonó a ellos. Si bien dejaron de pensar en Jesús, y estaban pensando en ellos mismos, Él jamás dejó de meditar en ellos. El lavado de los pies se convirtió en una práctica, e inclusive una ordenanza de la iglesia, entre algunos cristianos, aun en etnias donde los pies polvorientos no son la regla. En la iglesia primitiva, observamos la observancia de la Cena del Señor, pero no la práctica de lavar los pies como una ordenanza. “El cariño que detalla el Salvador es un amor activo; no actúa por medio de acciones espléndidas y heroicas, sino mediante actos fáciles de bondad y de servicio” (“Localizar gozo al servir con amor”, Liahona, mayo de 2011, pág. 47).

Para dejarnos ejemplo de cómo ser útil a los demás (V12-18), Cristo enseñó y mandó a sus discípulos a hacer lo mismo que el acababa de realizar, esto nos hace ver que los genuinos seguidores del Señor, son esos que siguen sus pisadas. Ellos debieron aguardar a que Jesús terminara de lavarles los pies a todos antes de que les explicara el fundamento lo logró. El creyente ha de ser útil a el resto sin meditar en que perderá algo, o que hará el ridículo o que va a quedar en vergüenza. A la inversa, el fiel debe seguir el ejemplo de Jesús y probar por su increíble servicio y buena intención que está dispuesto a todo para ser útil a su prójimo para alzar el nombre de su Profesor.

Un Pensamiento En Jesús Lava Los Pies De Sus Discípulos

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Después de cenar con Sus seguidores, Jesús tomó una toalla y un envase con agua y comenzó a lavar pies. Puesto que este no era un trabajo distinguido, entonces Pedro (entre los 12 apóstoles) rechazó primero que Jesús lavase sus pies (versículo 8). Jesús le mencionó que si no dejaba que lo hiciese, no tendría parte en Sus bendiciones. Entonces Pedro aceptó que Jesús lo hiciera. 13El amor mucho más grande que uno tiene la oportunidad de tener es prestar su crónica por sus amigos. 35Si se adoran los unos a los otros, todo el planeta se percatará de que son acólitos míos.

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O podía alejarse del plan y continuar su propio camino. El lavamiento de pies era un caso de exhibe, un modelo. Múltiples conjuntos durante la crónica de la iglesia, practicaron verdaderamente el lavamiento de los pies como una ordenanza de la iglesia. Sin embargo, la civilización actual en muchas tierras, no pide el lavar el polvo de los pies de los huéspedes. Más allá de que se practicó la cena del Señor, la iglesia primitiva supuestamente no practicó el lavamiento de los pies como una ordenanza en las reuniones de la iglesia.

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“Cada mañana, en sus frases, soliciten al Padre Celestial que los guíe a aceptar una ocasión para servir a uno de Sus apreciados hijos. Entonces, vayan a lo largo del día con el corazón lleno de fe y amor, intentando localizar a quien ayudar. Si lo hacen, va a aumentar su sensibilidad espiritual y descubrirán oportunidades de servicio que jamás antes creyeron que eran probables” (“Estar anhelosamente consagrados”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 31). Jesús sabía que el padre le había dado la posibilidad de escoger. Precisamente la misma todos, el hijo del hombre podía decidir proseguir el plan de Dios tenia para su vida.

Por el contrario, quien sirve recibe la promesa de la salvación eterna. De ahí que les lava los pies, en un ademán propio de esclavos que prefigura su próxima muerte en la cruz. De ahí que convierte la cena pascual judía en el don de su amor y en el sello de un nuevo pacto de Dios con nosotros, que nada podrá romper. Jesús les pregunta a sus acólitos ¿porqué suponen que hice esto? Muchos de ustedes me dicen Maestro y Señor y si lo soy, y como Instructor y Señor yo los he lavado sus pies, asimismo ustedes lo deben realizar, el siervo no es mayor que su señor, lo he hecho esto entre ustedes para que además lo hagan.

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Tras la cena de la Pascua, Jesús lavó los pies de Sus apóstoles y apuntó a Judas como el que lo iba a dar. Jesús una vez invitó a sus discípulos a cenar. Como era práctica en esos días, antes que comenzara la cena, Jesús se levantó para lavar los pies de todos sus invitados. Sus seguidores estaban muy sorprendidos ya que comunmente esto lo hacían los sirvientes. Peter se encontraba muy conmocionado y asombrado al notar a su profesor efectuar una labor tan modesta. El escritor del Evangelio está asustado de lo que hace Jesús al lavar los pies de los seguidores.

Apreciemos aquí la expresión “sabiendo”, por dado que JESÚS sabia de forma perfecta quien era ÉL, y quien le había concedido esa situación —Dios. Y por esto, podía verdaderamente bien tomar una situación aparentemente más baja, la de servicio, y no ocupar en esos instantes su situación de gran líder, del Hijo de Dios. Solo y únicamente cuando entiendes muy bien quien eres, es que puedes desplazarte libremente en todos y cada uno de los escenarios y situaciones por debajo de tu estatura real.

• Nos encontramos en tiempos donde los hombres se proclaman apóstoles, profetas, evangelistas, etcétera.
• Considerablemente más bien, tienen que proseguir el ejemplo de Jesús, pero no lavando los pies a absolutamente nadie como un ritual, sino más bien estando prestos a ser útil a otros con humildad y sin parcialidad.

35En esto van a conocer todos que sois mis acólitos, si tuviereis amor los unos con los otros. Ustedes me llaman Profesor y Señor; y llevan razón, pues lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Profesor, les he lavado los pies, ustedes además deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, a fin de que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.” “No, le ha dicho Pedro, ¡tú nunca me lavarás los pies a mí!”. Como usted puede imaginar, tras estos números se esconde un esfuerzo muy grande.

10Si obedecen mis mandamientos, continuarán en mi amor, tal como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y continúo en su amor. 9Yo los amo a ustedes como el Padre me desea a mí; se queden, en tanto que, en el cariño que les tengo. 8En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den bastante fruto y lleguen así a ser verdaderos acólitos míos.

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