Que esta verdaderamente pasando con He Peleado La Buena Batalla

he peleado la buena guerra

El dolor parecía más suave cuando el papá lo mantenía. El padre dormía en un colchón sobre el suelo al lado de su hijo, a fin de poder tocarlo cuando el niño se quejaba. La fe les dio fuerza para soportar la prueba” (Marion D. Hanks, CR, abril de 1972, pág. 128). “Yo sentí que el Espíritu Santurrón me instaba a ir hasta el lugar correcto y cantar ‘Oh, mi Padre’; pero vacilé y proseguí caminando con el resto del grupo, dejando huír de esta manera la oportunidad. Esto me dejó un sabor amargo” (Marion G. Romney, “Requerimos hombres valientes”, Alegatos de conversas en general, , págs. ). “Diríase que hay millones de degenerados que han descuidado su aprecio natural y pasaron por sobresaliente el cortejo y las relaciones normales del matrimonio.

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El Propósito De Las Tres Etapas De La Obra De Dios Relacionada Con Su Administración De La Raza Humana

Singularmente la de las huestes espirituales que están rondando por este planeta. Satanás tiene las psiques cauterizadas de las mayoría del mundo; llegará un momento que si uno charla contra el homosexualismo, nos van a mirar mal y las leyes nos van a condenar. Ocurra lo que ocurra hay que batallar la buena guerra. “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. En cuanto al resto, me está guardada la corona de justicia, la que me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que adoran su venida” (2 Timoteo 4.7, 8). Esta es una declaración que cada creyente quisiese conseguir efectuar en el final de su crónica.

Muchos atletas pueden empezar la carrera de manera extraordinaria. Pero si se tropiezan, o se lesionan, o si no tienen la resistencia precisa, su buen comienzo no les sirve de nada. Pablo no solo estaba contento por haber comenzado la carrera BIEN, él se encontraba contento por haberla terminado BIEN. En el momento en que un padre se estaba muriendo, le ha dicho a su hijo, “Leonardo, la desaparición no es enorme cosa. Habiendo vivido bien, en este momento Pablo se encontraba listo para enfrentarse a su último instante. me pareció realmente bonita la enseñanza que sacaron de estos versículos, y fueron de mucha asistencia para mi vida espiritual.

Señor, gracias pues un día me llamaste y salvaste. Guíame, fortaléceme, incrementa cada día mi fe para que consigua llegar en el desenlace de la carrera y reciba con humildad la vida eterna que a precio de sangre compraste para mí. Algunos piensan que, al denominar la fe, él guarda relación solo al evangelio, el que precisamente, ha guardado con valentía. No obstante, también se refiere a la fe y seguridad en las leales promesas de Su Señor Jesucristo. Acorde ha corrido hacia la misión, no ha perdido la fe, sino más bien se ha mantenido fortalecido por la seguridad, la convicción de que aquel que lo llamó y salvó, tiene para él un galardón. Este galardón en nada equipara con la corona de hojas de olivo silvestre que se le entregaba a los atletas en la antigüedad.

He peleado la buena guerra, he terminado la carrera y he continuado fiel. He peleado la buena guerra, he llegado al término de la carrera, me he mantenido leal. He manifestado tu nombre a los hombres que de todo el mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra.

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Es una advertencia contra la apostasía espiritual y una clara manifestación de la triunfante fe de Pablo. Uno es considerado hereje en el momento en que forma parte a la Iglesia pero prosigue asido a alguna opinión religiosa que es contraria a la doctrina oficial de ella. La herejía es la creencia y adhesión a una doctrina falsa. Los verdaderos principios del reino deben ser encontrados en las Escrituras, en los informes de las conversas y en las expresiones de los profetas vivientes según ellos fueren inspirados por el Espíritu Santo. Recuerden, estas son las últimas expresiones de Pablo, solemnizadas por la proximidad de la desaparición. Son su último legado, la destilación de su experiencia y sabiduría.

• Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino a lo largo de los últimos días, que completamente nadie puede eludir.
• he peleado hasta el propósito el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.

Sin saberlo, llega a opinar que actúa según la intención de Dios, que la ha satisfecho completamente, que ha cumplido con Sus demandas y obedece Su voluntad. Si esa es tu impresión o si en tus varios años de fe en Dios crees haber cosechado algunos frutos, con mayor razón deberías regresar frente Dios para llevar a cabo introspección. He peleado hasta el objetivo la buena guerra, he acabado la carrera y he mantenido el depósito de la fe. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he mantenido la fe. Riña la buena guerra de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de múltiples presentes.

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En el final de nuestros días a varios de nosotros nos agradaría también ver hacia atrás para pensar y apreciar lo que hicimos en nuestras vidas por el Señor. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino además a todos y cada uno de los que adoran su venida. Pero la en la tierra buena, estos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con perseverancia. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que completamente nadie puede cerrar, por el hecho de que tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.

La seguridad y la resistencia deben sustituir al padecimiento y al temor; la santidad debe editar todo lo mundano; el control personal debe apoderarse al desenfreno. Pablo entendió esto y nos proveyó de la clave para hacerlo. “Los hombres y las mujeres son amadores de sí mismos. Otro pecado es la desobediencia de los hijos a los progenitores, y la desobediencia de estos hacia la ley.

Encontrarán que Pablo advierte a sus “hijos” en lo referente a peligros afines a los de nuestro tiempo. 8Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino más bien asimismo a todos y cada uno de los que adoran su venida.

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