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Sabía sus confines más remotos, sus recovecos y recovecos. Su espíritu había entrado en su espíritu y cuando oró, el Espíritu de Dios trajo a su mente toda clase de oráculos preciosos. Fue memorable escuchar a este divino incomparable cuando predicó.
Muchos pueden dar un testimonio similar. ¿Quién habló con Dios como lo hizo Spurgeon? Sus oraciones congregacionales, y escuché santa rita muchas, siempre resuenan en mi corazón agradecido. Son dulces y luminosos en la memoria, como presencias de ángeles.
Su maravilloso conocimiento de las Escrituras hizo que sus oraciones fueran tan frescas y edificantes. Ningún hombre puede orar oraciones a la virgen maria con gran efecto a menos que esté empapado de las Escrituras. Spurgeon vivió, se movió y tuvo su ser en la Palabra de Dios.
A menudo era aún más memorable escucharlo orar. El Dr. John Cairns, el predicador y erudito de boca dorada, san antonio por mucho que se regocijara en los sermones de C. H. Spurgeon, se regocijó aún más en sus oraciones.
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Oración 24
Nunca lo escuché orar sin decir con adoración: “Señor, es bueno para nosotros estar aquí”. ¡Cuán naturalmente la oración brotó de los labios de ese gran apóstol!
Ven a rezar con nosotros
Uno no podía imaginarlo haciendo una preparación literaria para la oración pública. La flor desprendió su perfume sin esfuerzo. santa rita La urna siempre se llenaba donde brotaban las aguas puras y así se proporcionaba en todo momento abundante refrigerio.
- I almost want to block the entrance that you could not come out here.
- Unless you’ve been to the prayer room, I was tempted to do that because my defense I’ve seen that when the walls come down, the Holy Spirit will be poured out.
- Coming by hearing and hearing by the word of God, Amen and as our sister season shared a while ago that I’ve been living by faith.
- Amen and this is one thing that I.
Sentimos que solo estaba haciendo ante la multitud lo que estaba acostumbrado a hacer en privado. La oración era el instinto de su alma y el ambiente de su vida. Fue su “aliento vital” y “aire nativo”. ¡Con qué naturalidad inhalaba y exhalaba!