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la parabola del sembrador
Por ellos ha valido la pena la entrega de Cristo en la cruz. Padre mío, deseo tener un corazón bueno y bien listo para ser esa tierra buena que acoja tu semilla y la haga fructificar. Los afanes, dificultades y dispesiones de la vida ordinaria tienen la posibilidad de ahogar de forma simple esta semilla, por ello te solicito humildemente que tu felicidad la riegue y fertilice en esta meditación. Es la mucho más larga de las parábolas del reino y responde a una pregunta sobre por qué se generan efectos tan distintas en los que escuchan el mensaje del reino.
- La liturgia nos invita hoy a seguir leyendo el evangelio según san Marcos (4,1-20).
Esta parábola, que recogen los tres sinópticos, es una que no requiere un colosal ejercicio de hermenéutica para interpretarla, ya que el mismo Jesús se la enseña a sus acólitos, según observaremos en la lectura evangélica de este viernes. Esta parábola, que recogen los tres sinópticos, es una que no requiere un enorme ejercicio de hermenéutica para interpretarla, ya que exactamente el mismo Jesús se la enseña a sus discípulos. Es la única en la que el Evangelio, cuando se predica realmente, continúa.
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Me agradaría titularla “la parábola del sembrador derrochador”. Es impensable que los buenos labradores sean tan descuidados para desaprovechar las semillas en los caminos, en terrenos rocosos o en la una parte del campo donde haya arbustos espinosos. Ningún agricultor con sentido común haría eso con las preciosas semillas. Varias personas escuchan el evangelio pero la duda y la irreverencia son bastantes enormes.
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— Magrat Ajostiernos 🔮 (@MagratAjostiern) April 16, 2021
La primera de estas parábolas es la del sembrador. Bajo las fáciles apariencias de una descripción de la siembra, circunstancia famosa por todos, la parábola proporciona una enorme enseñanza, comprensible en buena parte para todos, en razón de la magistral plasticidad del relato. Todo el capítulo 13 de Mateo está consagrado a la enseñanza de las parábolas de Jesús y a la explicación de ciertas de ellas.
Nuestro mensaje ha de ser el auténtico Evangelio. La semilla fue exactamente exactamente la misma en todos las clases de tierra. El Evangelio es uno, y no se debe trastocarlo; es el mismo que se debe predicar a todas y cada una la multitud. Nótese que la única diferencia entre este género de tierra y el último son los espinos. Estos espinos representan todo lo que la persona no quiere o no es capaz de sacrificar para poder poner por obra la palabra de Dios. Esta persona realmente desea a Dios y deja que la palabra profundice en su crónica.
Pero tienen una cosa en común; en ninguna medró nada. La única que dio fruto es la que cayo en buena tierra. Es interesante ver que no se nos comunica cuánta semilla cayó en todos y cada ubicación; sencillamente que se sembró.
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Jesús mencionó que hay personas con corazones embrutecidos por el pecado. Son las que oyen el evangelio, pero la semilla no germina por el hecho de que cae al costado del sendero. Estas son personas incrédulas, indiferentes y también indiferentes a la Palabra de Dios. Cristo dice que “el maligno viene y quita lo que fue sembrado en su corazón” a fin de que no crean y se salven.
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Los 4 géneros de terrenos representan el corazón de los humanos. la semilla, representa el evangelio, y el sembrador es la persona que predica el mensaje glorioso de salvación. La proclamación del evangelio es un desarrollo duro y sacrificado. La multitud que anuncian el mensaje católico van de ubicación en sitio sembrando la semilla de la reconciliación. Aún otras lo abandonarán tras recibirlo con entusiasmo.
Esa palabra pone a Jesús ejerciendo la función caracteristica de un rabino, enseñar. Hemos visto en todo el relato de Marcos de qué manera la popularidad de Jesús prosiguió medrando, y a donde desee que vaya le siguen multitudes. De nuevo, había tanta gente que debió subirse a una barca y retirarse de la orilla mientras la multitud proseguía en ella, y “les enseñó bastante rato con parábolas, como él acostumbraba a educar”. Ahora solo os queda leer La parábola del sembrador para saber si la hiperempatía de Lauren también puede usarse en beneficio de la solidaridad.
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Varios temas abordan las inquietudes terrenales que todos contamos. En este fin de semana de la Pascua de Resurrección, he sentido la impresión de charlar sobre las hermosas enseñanzas de entre las parábolas de Jesús que trascienden el tiempo. La parábola enseña exactamente donde la deber recae con en comparación con Reino de Dios y la recepción del Evangelio. No se encontraba en la siembra y no se encontraba en la semilla – estaba en el \\\’suelo\\\’, el corazón del hombre. 38El campo es el planeta; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
