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las 70 semanas de daniel
De la misma forma en los creyentes asegura la fe y da aliento y luz en las tinieblas de este mundo. Esta alternativa no se cumple en lo que se refiere a que no hay pacto de 7 años entre Israel y Roma, y la semana de 7 días no puede reemplazar a la de años. En efecto podemos decir que la abominación desoladora sí se cumplió por dado que el santuario fue profanado, y los discípulos se fueron de Jerusalén siguiendo el cumplimiento de esta parte, parcial, de la profecía del Señor. Sin embargo,no había pacto de 7 años, con lo que el cumplimiento de esta última parte hallará su cumplimiento sucesivo y terminado en el futuro. La revuelta empezó en el 67 y terminó en el 73, en el 70 fue destruido el templo cuando las tropas del general de roma Tito entraron y la destruyeron.
- ciertamente marca la semana 69 “hasta el Mesías Príncipe” comenzara su ministerio.
- Nos enfocaremos en las setenta semanas, y en la visión del tiempo del fin.
Tengamos presente que, en el Sermón del Monte (Mateo 5-7), Jesucristo ahondó el concepto de los mandamientos y además de esto resaltó esta “novedosa” y “fortalecida” (“estable”) ley durante los tres años y medio de su ministerio, antes de ser crucificado. Y obviamente, el encargado de esta “desolación” es el príncipe maligno que se cuenta en el versículo 26. Sin embargo, como observamos en el producto judío, la palabra hebrea traducida como “desolador” en la versión popular de todos modos no guarda relación a este príncipe específicamente, sino más bien a la “desolación” en sí—que supuestamente va a ser causada por algo dentro o cerca del templo donde se efectúan los sacrificios. v. “La semana 70 comenzará cuando el pueblo Judío sea restaurado en la incredulidad hacia su tierra y ciudad; y entre ellos va a ser hallado un remanente leal, siendo dueños de su pecado, y intentando encontrar la cara de Jehová.”
Profecía De Las Setenta Semanas
Éstos llorarán la desaparición del que traspasaron como los que lloran por la desaparición de un hijo, por visto que se darán cuenta de que aquel a quien han rechazado era su única promesa. 2 “Yo coloco a Jerusalén como una copa que hará tremer a todos los pueblos de alrededor; además contra Judá, cuando se ponga rincón a Jerusalén. Los judíos y Jerusalén van a ser causa de frustración para las construcciones de poder políticas de todo el planeta. Los hechos que tendrán rincón entes de que vuelva el mesías están explicados en Zacarías 12, donde se nos comunica que Jerusalén será motivo de intranquilidades y temores en toda la tierra. En el capítulo 2 de Daniel, el Rey Nabucodonosor tiene un sueño y Daniel es el único hombre en Babilonia que conoce tanto el sueño como su significado, por dado que Dios se lo rebeló.
Israel fue juzgado primero, en el 722 a.C, cuando el reino Asirio lo derrotó y lo llevó a la cautividad. En la cima del monte Moriah donde la fe de Abraham había sido probada, Salomón construyó el Templo de Dios, solo ahí Dios dejaría hacer un templo. Tras su construcción, Dios aceptó el Templo de Salomón pero advirtió que si Israel desobedecía, el Templo se convertiría en ruinas y la gente se esparcirían. Salomón, hijo de David, edificó el templo de Dios exactamente en el mismo ubicación donde se le había prometido la tierra a su antepasado Abraham.
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“Setenta semanas están ciertas sobre tu pueblo y sobre tu santa localidad, para acabar la prevaricación, y finalizar al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santurrón de los santos. En el viejo Hebreo, semanas sencillamente tiene relación a una unidad de siete. La palabra Hebrea aquí es de forma frecuente utilizada para representar una unidad de siete días, pero también puede ser utilizada para una unidad de siete años. Al tiempo apreciamos el hilo que va enlazando estos tres puntos, los que son conocidos como acuerdos. Estos, van armonizando el tema hacia el desenlace de la profecía, en el momento en que Dios va a dar su leal cumplimiento.
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En el 690 a.C., los ejércitos de Senaquerib, rey de Asiria, rodearon Jerusalén pero se retiraron en el momento en que 185,000 hombres murieran fuera de las murallas de Jerusalén. Los escritores Asirios confirman que las fuerzas Asirias se retiraron de Jerusalén. No obstante, 90 años después, Judá se encontraba en exactamente exactamente la misma situación apóstata que Israel.
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Pero sin lugar a dudas su mayor preocupación se centraba en la restauración del santuario de su estado de profanación a una condición que dejase la adoración correcta. El período de 2.300 «tardes y mañanas» que debían transcurrir antes que él y su pueblo pudieran contemplar algún cambio, era abrumador. Sin embargo, el ángel Gabriel le había asegurado que en este respecto la visión asimismo era verdadera. Daniel nos afirma que los hechos a los que se refiere en el capítulo 9 de su libro sucedieron durante «el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos» (vers. 1). Esto habría sido el primer año tras la caída de Babilonia en el año 538 AC.
Sin embargo, la muerte, le privó antes que sus preparaciones fuesen completadas; él murió el año siguiente de este suceso y la rebelión Egipcia, tras un reinado de treinta y seis años, así fue robado de la oportunidad de castigar a Egipto o a los Atenienses. Hemos estudiado resumidamente las setenta veces sietes de Daniel. Nuestro enfoque escencial es la septuagésima o última semana. No obstante, para comprenderla, tomamos un pequeño tiempo para estudiar el periodo de tiempo terminado. Vamos a hacer más comparaciones entre Daniel y Apocalipsis en el momento en que lleguemos a Apocalipsis 13. Los 49 años terminaron cerca del tiempo de Malaquías, el último libro del Viejo Testamento.
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Talbot llama a las setenta semanas “el calendario de Dios para Israel” en el sentido de que no se enfoca en los Gentiles o la iglesia. a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y un par de semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos preocupantes. Anuncia los acontecimientos de los últimos 7 años de la historia.
A lo largo de los próximos 1300 años, los musulmanes controlaron Jerusalén y las tierras de Israel. Gabriel le afirma a Daniel que tras la destrucción de Jerusalén y del Templo, “su fin va a ser con inundación, y hasta el fin de la guerra van a perdurar las catastrofes”. Jerusalén ahora había sido destruída en un par de ocasiones, Roma había asesinado cerca de un millón y medio de judíos y el pueblo judío había sido esparcido por la tierra.
