Los inconvenientes sin respuesta sobre La Parabola Del Sembrador al descubierto

la parabola del sembrador

La palabra parabola nos comunica que hay verdaderas profundas que tienen la posibilidad de descubrirse por medio de cosas simples. La liturgia de hoy nos muestra como lectura evangélica (Mt 13,1-9) el comienzo del “alegato parabólico” de Jesús, que ocupa todo el capítulo 13 del Evangelio según san Mateo y asimismo incluye siete parábolas, las llamadas “parábolas del Reino”. Jesús echa mano de esas vivencias cotidianas para argumentar los secretos y maravillas del Reino de Dios. De esa forma las parábolas de Jesús trascienden su tiempo y se usa para nosotros el día de hoy, ya que para nosotros resulta considerablemente más simple familiarizarnos con las prácticas de la época de Jesús que procurar entender por nuestra cuenta los secretos del Reino. A lo largo de las próximas dos semanas vamos a estar leyendo estas “parábolas del Reino”, y mediante ellas, adentrándonos en los secretos del Reino.

La semilla queda expuesta y sin importar un mínimo cuánta agua se le tire, no va a medrar y es arrebatada. Cuando el corazón de la multitud está tan embrutecido, es realmente bien difícil que se expanda algo, salvo que Dios realice algo para convertirlo. El tercer tipo de mentalidad en la parábola del sembrador que hace inútil la palabra de Dios, es aquella que tiene muchas y “mucho más esenciales” prioridades; antes que atender y poner por obra el mensaje de Dios.

Nosotros Somos La Semilla

La razón por la cual estas semillas no crecen es por falta de agua. Como la tierra no es profunda, la planta no crece una raíz y se seca fácil en el momento en que sale el sol. Hay personas que con bastante entusiasmo reciben el mensaje. Su fe depende de las conmuevas como en el instante en que uno sufre de un nivel alto de azúcar. No dedican el tiempo para establecerse en la palabra.

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Parábola Del Trigo Y La Cizaña

Como las semillas en el camino jamás tuvieron la posibilidad de tocar la tierra, la palabra en personas que tienen la disposición de denegar absolutamente a Dios nunca llega al corazón. Otra barrera en este tipo de persona puede ser el miedo o cicatrices profundas que afectan su meditar y su sentir. Al cultivar, parte de la semilla cayó al borde del sendero, donde fue pisada y se la consumieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad.

• Les enseña por medio de historias de la vida cotidiana, imágenes y comparaciones, precisamente para que todas aquellas personas que están delante de él logren comprenderle y puedan recordar mejor sus expresiones.

Son personas que adoran más los recursos materiales, la prosperidad y la vida cómoda que a Dios. Entendemos que el punto principal de la parábola es sobre el simbolismo de la tierra que recibe la semilla y no sobre la semilla misma. También nos aclara que la semilla representa la palabra. El sembrador es Dios que tan ampliamente siembra las semillas del reino en todos y cada corazón, con independencia del género de tierra que tenga. Algo asombroso pasa en la parábola que Jesucristo nos cuenta en el evangelio de Mateo 13,1-23.

la parabola del sembrador

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Y mientras que sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la consumieron. Sin embargo, los galileos sí comprendían de árboles, de pájaros, de animales de labranza, de la tierra, de semillas, de la siembra y la cosecha y la amenaza de la cizaña, de la pesca. Asimismo de las aves de rapiña, de los rebaños y el peligro de las zorras, de las gallinas y sus polluelos, etc. Durante todos y cada uno de los cuentos evangélicos encontramos que Jesús enseña usando parábolas.

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La transformación total de todo el planeta sólo va a ocurrir en el final de los tiempos. Sin embargo, la iglesia, como avanzada y señal del reino de Dios, debe proseguir retando a la sociedad de la cual formamos parte a vivir de acuerdo con los valores divinos. De esta manera, la iglesia esforzarse por vivir de manera tal que la multitud logre ver esos valores reflejados en nuestra vida cada día. Un conjunto parcialmente pequeño de fieles puede hacer gran diferencia tanto en la iglesia como en la sociedad. El fruto espiritual del evangelio es tan enorme que un puñado de personas comprometidas con el reino de Dios tienen la posibilidad de editar una institución tan complicada como exhibe denominación. El mensaje va a dar un fruto abundante y sorprendente en las vidas de aquellas personas que comprendan que la reconciliación con Dios supone necesariamente la reconciliación con el resto.

Posiblemente ese fuera el sentir de bastante gente en el momento en que por primera vez oyeron sobre las buenas novedosas del reino de Dios, pero que el día de hoy ese fuego, esa alegría, se haya apagado completamente gracias a pruebas diversas. Pero hay que permitir que el corazón vuelva a “hervir”,que sepa dividir los escollos y vuelva a sentir el gozo de obtener los buenos frutos y la mejor promesa. “Entonces están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que este cambie sus vidas. Solo piensan en lo que necesitan y en de qué manera hacerse ricos. Para conseguir esas pocas plantas que brindaron fruto, muchas personas tienen que sembrar muchas semillas.

Muestra aparte de esto de qué manera Dios tiene un propósito para todos los hombres el que es el de conseguir la salvación y la reconciliación del hombre consigo. Es por ello que Dios busca entablar relaciones personales con los hombres por medio de su mensaje y para esto, emplea su palabra la cual, dependiendo del corazón del hombre, puede caer, echar raíz y medrar. Cabe recalcar que la palabra de Dios es la que puede asesorar al ser humano para que con sus actos y pensamientos logre en exacto momento alcanzar el reino de los cielos. La relevancia de esta parábola se enfoca en las diferentes formas en las que una persona puede llegar a recibir el mensaje dado por la palabra de Dios.

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Estas personas escuchan el mensaje de Dios pero están distraídas por las cosas interesantes de todo el mundo. Aprecian mucho más su imagen, el trabajo, donde habitan, sus amistades, etcétera. También tienen la oportunidad de ser personas que están atascadas en una situación que consume cada aspecto de su ser. Los temas de los alegatos de la charla general no los asigna una autoridad terrenal, sino las impresiones del Espíritu.

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