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13 Que el Dios de la promesa los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de promesa por el poder del Espíritu Santurrón. 24 Por dado que en esa esperanza fuimos salvados. Pero la promesa que se ve, por el momento no es promesa.
Job 17:15 ~ Йов 17:15
Separaste su corazón del entender, y por lo tanto no los ensalzarás; ya que es la razón por que duda de si va a haber quien le fíe. ¿Dónde, pues, va a estar ahora mismo mi promesa? Al mismo tiempo, este consuelo no le sentó bien a Job.
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Él reconoció que era una esperanza frágil y escasa el confiar en la tumba; él no podía estar confiado en que la promesa lo proseguiría hasta el Seoly le daría reposo. 3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su enorme misericordia, nos logró nacer nuevamente a través de la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una promesa viva 4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada y también inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, 5 a quienes el poder de Dios resguarda a través de la fe hasta el día de hoy en que llegue la salvación que se ha de conocer en los últimos tiempos.
Job y sus amigos no estaban en concordancia en mucho, pero sí en esto. Ellos estaban en desacuerdo sobre las causas por las que Dios hacía todo lo citado, pero todos veían la soberanía y la gran mano de Dios detrás de todo. El me puso por refrán de pueblos, Y enfrente de ellos fuí como tamboril. Mis ojos se oscurecieron por el mal, Y mis pensamientos todos son como sombra. Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se va a levantar contra el impío.
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No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos va a aumentar la fuerza. Job sentía – con justa razón, según sus situaciones – que el cielo se encontraba en contra suya. Aquí él suplica por un convenio de paz entre él y el cielo. Mi aliento se agota, se acortan mis días, Y me está listo el sepulcro. No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya amargura se detienen mis ojos. Pasaron mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.
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Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra. El que demanda adulaciones á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan. No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos. En consecuencia Job concluye su alegato con una promesa llena de enfrentamiento; deseando la desaparición pero sin sentirse satisfecho o confiado en esa promesa. Lo que él realmente quería era una resolución de Dios, pero parecía haberse rendido con eso.
Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Ya que a estos has escondido de su corazón el intelecto; Por consiguiente, no los exaltarás. Al que demanda a sus amigos como presa, Los ojos de sus hijos desfallecerán. Bendiciones al peso en sus vidas mis amigos cristianos en todas las naciones. Noche cada día pusieron, y luz próxima ante faz de tinieblas, que o sea, que de puro desvanecido y flaco ha perdido completamente el sueño.
Mis días pasan considerablemente más veloces que la lanzadera, y llegan a su fin sin promesa. Me destruye por todas partes, y perezco, y como a un árbol ha arrancado mi promesa.
- Separaste su corazón del saber, y por tanto no los ensalzarás; pues es la razón por que duda de si habrá quien le fíe.
Entre estas pláticas aparece una protesta (vs. 7–20) y una expresión de deseo, conocimiento y anhelo (vs. 23–27). Elifaz, el temanita, afirma que los injustos están bajo riesgo . Bildad, el suhita, asegura que los injustos caerán en la trampa y luego serán olvidados . Zofar, el naamatita, dice que van a tener la vida corta y van a perder todas y cada una de las riquezas .
La manera de debatir es considerablemente más intensa, sus argumentos mucho más dogmáticos y menos tolerantes. Fascinarse han justos sobre esto, y inocente sobre falseador se despertará, o sea, que este mi caso henchirá espectacular el corazón de los justos, por el hecho de que echarán de ver en él la gran justicia de Dios, que no permite que predomine lo falso, y quita el antifaz a lo fingido y revela y castiga al hipócrita. Y porque de la maravilla nace el loor, observando esto los buenos, despertáranse a loarle, desatando en sus alabanzas sus lenguas. Y póneme por servirnos de un ejemplo de pueblo, y soy ejemplo enfrente de ellos. Al próspero, dice, lisonjean, y al que vale, garantizan parte; mas a mí no solo me niegan la piedad que a la miseria se debe, mas agregan sobre lo que padezco y condenan mi vida, y comentan que la alegría hipócrita cae, y pónenme por ejemplo, y soyles como cosa de escarnio. Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.