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“C G. Jung y el libro rojo”, Enciclopedia de psicología y religión, 2ª ed. 2014, Springer Public …
La realización de su propia finitud llega como una completa derrota para el ego / Sol. La mortificación de esta etapa se diferencia del primer ciclo en que se siente en el cuerpo. Se pone más énfasis en la parte de putrefacción del proceso, una pudrición que eventualmente toma vida propia, dotándose de su propio material que continúa y promueve activamente el proceso.
Obviamente, el material anterior contiene mis puntos de vista sobre las implicaciones para la psicoterapia de la omisión de Jung de la mitad de los grabados en madera en el Rosarium Philosophorum. Más personalmente, aunque este artículo ha demostrado ser un desafío para mí más allá de lo que esperaba. De hecho, he usado los grabados en madera tal como fueron diseñados, como una herramienta de meditación. Mientras trataba de apegarme a la imagen y reconciliar mi entendimiento con el de diversas autoridades, tanto psicológicas como alquímicas, las he penetrado y ellas me han penetrado a mí. Durante muchos años he luchado por comprender la transferencia y la contratransferencia, o más precisamente la “cotransferencia”, como prefiero describirla.
De lo contrario, existe el riesgo de que el Rosario no solo no produzca los efectos espirituales deseados, sino que incluso las cuentas, con las que se suele decir, puedan llegar a ser consideradas como una especie de amuleto u objeto mágico, distorsionando radicalmente su significado y función. G. Jung con las mujeres durante estos años centrales de la vida han generado varios comentarios y críticas. Pero el poder y la profundidad del amor han figurado poco en la mayoría de los romances sobre este período remendados por biógrafos, dramaturgos y psicoanalistas.
La inmersión de la conciencia solar en las aguas mercuriales del sepulcro confronta al ego con sus limitaciones físicas, es decir, que la conciencia está contenida oraciones a la virgen maria dentro de un cuerpo. La conciencia cada vez mayor de la vejez y la degeneración literal del cuerpo hacen que el inconsciente somático sea cada vez más potente.
Sospecho que cada ciclo menstrual recuerda a las mujeres tanto su fertilidad como su finitud y las prepara mejor para el impacto psicobiológico de las citrinitas. Para los hombres, que carecen de cualquier proceso psicobiológico cíclico equivalente, su primera experiencia significativa de su cuerpo llega tarde en la vida cuando les falla o ya no les sirve. Esta derrota llega como una advertencia repentina y cruda de la muerte, coloreando fundamentalmente su experiencia del cuerpo, que hasta entonces había sido objetivada. Estos dos factores, la familiaridad de las mujeres con su cuerpo y su naturaleza cíclica, y el desapego de los hombres del cuerpo me sugieren que la citrinitas es una transición más desafiante para los hombres que para las mujeres si es posible hacer comparaciones tan generalizadas. De las xilografías se desprende que la citrinitas es el proceso dual del Sol ya blanqueado descendiendo y la Luna ascendente.
Esta exploración del conjunto completo de grabados en madera me ha llevado más allá de la descripción que hace Jung del proceso y me ha hecho darme cuenta de lo que percibo que son errores en su trabajo y en sus contemporáneos. Incluido en esto, debo incluir mi propia experiencia de análisis con Nicolas Spicer, cuyo linaje se remonta a Jung a través de su análisis de formación con Mary-Louise von Franz.
Frente a su increíble intelecto, nunca experimenté su vulnerabilidad, que éramos dos iguales. Por supuesto, podría haber necesitado más albedo, más blanqueamiento, más espejo, ya que puede haber sido una contratransferencia sin resolver, yo buscando a mi padre o al padre. Puede haber sido que yo era demasiado joven en ese momento para que las citrinitas me agarraran, que el albedo había sido trabajado y terminé el trabajo en el momento apropiado, el albedo completo. Sin embargo, sospecho que no, como atestiguan mis escritos sobre la cotransferencia, mi creencia de que la cotransferencia no era cognoscible en el ahora estaba bien formada en este momento. Durante el análisis, había elegido hacer algún entrenamiento en Psicoterapia de Procesos Centrales con su énfasis en la experiencia sentida porque se sentía bien, ciertamente mejor que la única otra alternativa de cualquier atracción, que involucraba más teoría, más análisis, más escritura.
El sentimiento de putrefacción es en sí mismo una conciencia, no necesita reflexión, no necesita psicologización. Quizás la síntesis más interesante e influyente de las ideas teológicas y cosmológicas esotéricas sobre la sal son las que cristalizan en la tradición de Jacob Boehme, donde la sal emerge como un integrum espiritual-material central para una teosofía trinitaria. Aquí uno aprende que la sal terrenal o material recapitula una potencia celestial llamada por Boehme salliter; san alejo esta sal celestial es una fuerza explosiva de luz y fuego comparada con la pólvora (sal-nitre, cf. Paracelso “relámpago terrestre”). Para Boehme, esta sal celestial y terrenal están indicadas por las dos “mitades” del símbolo de la sal convencional, que se asemejan a dos hemisferios, uno girado sobre el otro (uno “dando” y el otro “recibiendo”). Estas teorías alcanzan una magnífica profundidad de expresión en el Opus Mago-Cabbalisticum et Theosophicum de Georg von Welling.
Así lo sugiere una hermosa oración litúrgica que nos invita a rezar para que, meditando sobre los misterios del Rosario, lleguemos a “imitar lo que contienen y obtener lo que prometen”. Como método, sirve como medio para un fin y no puede convertirse en un fin en sí mismo. De todos modos, como fruto de siglos de experiencia, este método no debe subestimarse. Tal es la intención de la incorporación de la nueva serie de mysteria lucis al ciclo general de misterios y de las pocas sugerencias que propongo en esta Carta sobre su forma de recitación. Estas sugerencias, respetando la estructura bien establecida de esta oración, tienen como objetivo ayudar a los fieles a comprenderla en la riqueza de su simbolismo y en armonía con las exigencias de la vida cotidiana.
- Así, lo abstracto y lo concreto, lo volátil y lo fijo, se unen finalmente a través de un proceso de intensificación registrado permanentemente en el aspecto incorruptible del ser: la sal en los huesos o las cenizas (cf. el hebreo luz u os sacrum).
- La idea de que el agente, el instrumento y el paciente del proceso alquímico no son entidades separadas sino aspectos de una realidad prefigura la significación otorgada en este estudio al “problema hermético de la sal”.
- Esta finalidad espiritual, en el ámbito metafísico de la teosofía iluminacionista islámica, no es menos que la creación de un cuerpo de resurrección.
- S I N C E P A R A C E L S U S (), la sal ha jugado un papel en la alquimia como el “cuerpo” físico que permanece después de la combustión, la sustancia corporal que sobrevive a la muerte para reinaugurar una nueva vida.
- Fue a la vez “corrupción y preservación contra la corrupción”; tanto el “último agente de la corrupción” como el “primer agente de la generación”.
En consecuencia, una experiencia crucial de la vida de Jung ha sido mal interpretada y poco comprendida. Su confrontación con el amor por una mujer y un alma femenina animó la composición del gran Libro Rojo de Jung, el libro que tituló formalmente Liber Novus. Pero además de su santa rita participación en el banquete eucarístico, se puede tener una imagen indirecta de la relación de María con la Eucaristía, comenzando por su disposición interior. La Iglesia, que mira a María como modelo, también está llamada a imitarla en su relación con este santísimo misterio.
Sin saberlo, me dirigí al cuerpo, y este trabajo nunca entró realmente en el análisis. Apegarme a la verdad de mi experiencia combinada con mi experiencia analítica y comprensión me ha llevado a donde estoy hoy.