Las bases de Jesus Anda Sobre Las Aguas que usted puede favorecerse a partir de el día de hoy

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Ten en cuenta que siempre y en todo momento y en todo momento hay espacio, singularmente en la Iglesia, para tus inquietudes y cuestiones, recuerda no estancarte en el fondo del mar; levántate y mantén tus ojos en el Salvador. Construye tu fe en el Salvador y después continúa. A pesar de eso, lamentablemente, muy con frecuencia pasamos por sobresaliente el milagro y nos volvemos rápidamente a criticar a Pedro.

Jesucristo se encontraba ahí, Él siempre y en todo momento estuvo ahí, nunca quitó la visión de sus acólitos; sin embargo en el momento en que ellos no pudieron verlo se llenaron de miedo. Ellos eran los hombres que andaban lado a lado con el Salvador, fueron testigos de sus innumerables milagros, y aún de esta forma, cuando Él salió por un momento ellos dudaron. Aún en el momento en que vieron a Jesús caminar hacia ellos, no consiguieron reconocerle. Pese a eso, Jesús siempre y en todo momento y en todo instante estuvo y estará ahí.

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¿Si la situación se encrudece como el viento fuerte, nuestra fe es bastante para no desviar nuestra mirada de Jesús?. ¿Dejamos que el temor nos paralice como al resto de los acólitos?. Antes del amanecer, Jesús terminó de rezar y comenzó a caminar, y el camino más veloz de regreso a Betsaida, era por el mar. En el momento en que comenzó a oscurecerse, Jesús pudo ver que los acólitos habían remado unos 5-6 km. A esa altura, el barco ahora se encontraba lejos, y tenía inconvenientes a causa de las olas, y el viento fuerte que soplaba contra él.

En el momento en que sus acólitos oyeron esto, fueron y se llevaron el cuerpo y le brindaron sepultura. Y no pudo realizar allí ningún milagro; solo curó a unos pocos enfermos sobre los que puso sus manos. Y a la cuarta vigilia de la noche , Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Pero la barca estaba en este momento a muchos estadios de tierra, y era azotada por las olas, por el hecho de que el viento era opuesto. Cuando Jesús y Pedro llegaron al barco, la tormenta se había calmado.

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Enseñanzas que nos ayudaran o nosotros también a caminar sobre las aguas sin importar los vientos fuertes que puedan sobrevenir. Al comienzo la fe y la confianza en su Señor, hizo que Pedro de la misma Jesús paseara sobre las aguas. No obstante el nivel de fe no fue lo bastante para poder soportar el viento fuerte.

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• A sabiendas de que podemos confiar y tener el Señor, ¡entra y entérate de su mensaje!.

Jesús como Dios tiene autoridad que nosotros no poseemos, pero Él puede dar cosas a nosotros que nosotros no tenemos la posibilidad de recibir solos. Dios es todopoderoso y Él tiene el control de todo. Pedro le solicitó a Jesús que le diese el poder de caminar sobre el agua.

En varios momentos de piadoso entusiasmo rendimos nuestras vidas, nuestra intención y nuestro futuro a Dios. “Señor, solo dime lo que deseas que realice y yo obedeceré”. —Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

Hoy en día, nosotros como seguidores de Jesucristo debemos alargar nuestras manos para contribuir a quienes nos precisan. No estoy segura de si en algún momento has tratado de caminar sobre el agua, pero es imposible realizarlo. Ten presente que el agua era muy profunda, y apuesto que hasta algunos peces apreciaron la presencia de Jesús y se detuvieron a contemplar el milagro. A fin de que la fe madure, ha de ser tibia con valor, asimismo popular como fortaleza. Si no hay peligro, si no hay amenazas, si no hay pruebas, entonces el valor no puede ser probado. Tener una fe madura significa opinar mas en lo que es imposible observar que en las cosas espantosas que se tienen la oportunidad de ver.

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Pero renuncia por la contrariedad de los seguidores y por el temor que les ha infundido al verle. Continua leyendo las enseñanzas de Jesús, para comprender aún mucho más sobre la palabra de nuestro señor y medrar espiritualmente en comunión con Dios. Solo deberán levantarse y seguir intentándolo con la seguridad depositada en Cristo Jesús. De forma que si en algún momento sientes que te estas hundiendo en aguas profundas como Pedro, busca a tu hermano en la fe. En el instante en que esto sucede ocurre una pausa en nuestras vidas y nos detenemos para decir no, dejando de seguir las corrientes de todo el mundo. Tomada esta decisión comenzamos a caminar en un sendero nuevo y verdadero hacia la vida eterna que es en Cristo Jesús.

En el instante en que estuvieron seguro en la barca, el viento cesó de súbito. No solo habían visto de qué manera Pedro andaba sobre el agua, sino la forma en que Jesús controlaba hasta el viento y el mar. Se ve, ya que, que todo en el relato apunta a la confesión de fe en la divinidad de Jesús. El que pasea sobre las aguas, vencedor de todas las fuerzas del mal, del pecado y de la desaparición, está al lado de nosotros en su palabra y en su pan. De ahí que interpretamos su presencia así como si fuera un espectro, y no nos fiamos de su palabra, no obramos como Él obraba. El Señor nos invita a reconocerlo y a caminar con seguridad, por visto que quien reconoce su presencia en toda situación es con la capacidad de exceder toda contrariedad.

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