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las 70 semanas de daniel
En cuanto a la situación que emana de Israel y de los países vecinos y la influencia de la red social en todo el mundo, existen varios movimientos en cuanto a buscar resoluciones de paz, como son los fallidos intentos de la conocida, si bien inútil, Hoja de Ruta. Los sacrificios de los representantes de política en el mundo entero de las notables potencias no dan fruto. Oriente Medio, o Próximo según quien redacta, todavía es el enfrentamiento sin solución. A la mayoría de naciones les trae sin precaución la situación personal de Judíos y de los equivocadamente llamados Palestinos, pero su predominación en la seguridad internacional y económica hace obligado el intento de paz. Otros síque están apasionados verdaderamente, y por razones humanitarias y espirituales, en que la paz venga a Jerusalén, pero de todas maneras Dios es quien ha predeterminado las condiciones, y los que suponemos en Su Palabra las conocemos.
Pero ninguna restauración de la zona ocurrió entonces. Lo que es considerablemente más, ¡una desolación de Jerusalén siguió 40 años después! El elemento que falta en esta visión histórica es la restauración de Israel y de Jerusalén. Nehemías era el copero del rey persa Artajerjes Longímano. Según lo que él mismo cuenta en el capítulo 2 del libro que transporta su nombre, fue en el vigésimo año del reinado de Artajerjes en el momento en que se le concedió permiso a Nehemías para supervisar la reconstrucción de los muros de Jerusalén.
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Aunque los historiadores coinciden con que él reinó desde el 14 d.C. hasta el 37 d.C., esto pondría su año décimo quinto alrededor del 29 d.C., bien pasado el cumpleaños 30 de Jesús para comenzar con Su ministerio y el de Juan el Bautista y muy tarde para cuadrar con el comienzo del ministerio de Jesús en la semana 69. Sin embargo, los registros históricos antiguos señalan que él co-rigió con su precursor Augusto Cesar desde el año 11 o 12 d.C., lo cual podría hacer retroceder el año 15 del reinado de Tiberio a una fecha como la del año 26 o 27 d.C.
- Las Setenta semanas de Daniel establecen y cierran este periodo de tiempo de tiempo de tiempo diciéndonos que una vez que elMesías fuese eliminado, Jerusalén y el Templo serían destrozados.
- A menos que la iglesia se haya transformado en Israel, aquí no esta a la vista.
Las Setenta semanas de Daniel establecen y cierran este intérvalo de tiempo de tiempo diciéndonos que una vez que elMesías fuera eliminado, Jerusalén y el Templo serían destrozados. Estableciendo una fecha concreta en el 70 d.C., tenemos la posibilidad de en tanto que comprender que el Mesías vino antes de la destrucción del santuario y de la ciudad en el 70 d.C. Por consiguiente, 69 semanas finalizan el día 24 de Nisán o, exactamente, en el29 de marzo del año 33 d.C. Ciro, el rey de Persia, ordena que el templo sea restaurado y deja a los judíos que vuelvan en el 539 a.C. En el momento en que concluya el intérvalo de tiempo de 490 años, estos acontecimientos se cumplirán en Jerusalén y el pueblo judío. Judá logró una victoria sobre Asiria durante el reinado de Ezequías.
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Se ha calculado con bastante precisión la fecha en que eso ocurrió (según nuestro calendario) gracias a los registros astronómicos de la temporada del Imperio persa. Así pues, se ha ya establecido con bastante certeza que el vigésimo año del rey Artajerjes —y por lo tanto el año en que se dio la orden de volver a poner y reconstruir Jerusalén— fue el año 445 a. Otros decretos de Artajerjes y sus predecesores habían permitido a los judíos regresar a su patria y reconstruir el templo; pero según lo que parece, ese fue el que los autorizó para reedificar los muros de la zona. Con todo —como se enseña en el libro de Nehemías—, fue una misión que realizaron alén de las permanentes y molestias injerencias de los reinos vecinos. Setenta semanas están ciertas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para finiquitar la prevaricación, y terminar al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los beatos. Sabe, ya que, y comprende, que desde la salida de la orden para volver a poner y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y un par de semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos preocupantes.
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Sin embargo, hay quienes emplean el término “Cristo” para desasociar absolutamente al pueblo judío del pacto eterno que hizo Jesús en la cruz del suplicio. Por servirnos de un caso de muestra, Un predicador alegaba con euforia que la oración “los muertos en Cristo” se refería única y de forma exclusiva a los redimidos gentiles. Antes de ingresar de lleno a las setenta semanas examinemos algunos antecedentes y conceptos básicos que nos agilizaran su estudio. En este capítulo daremos un rápido repaso a las siete visiones que recibió Daniel para introducirnos a las que tratare con considerablemente más aspecto en este libro, a saber, ámbas últimas visiones, capítulos 9 y 12. Nos enfocaremos en las setenta semanas, y en la visión del tiempo del fin. Por lo demás, en este momento Daniel ya tenía cerca de 80 años, y el agotamiento debe haber sido mucho más agudo para él.
Por otro lado, es exactamente el mismo príncipe malvado que interfiere con los sacrificios en los capítulos paralelos 7, 8, 11, 12. La unidad orgánica de Daniel se preserva de nuevo en el momento en que observamos al mismo desolador maligno en todos y cada capítulo. Este estudio profundo sobre las 70 semanas de Daniel sirve como material complementario al estudio de la lección de escuela sabática de este período de tres meses . Donde estudiamos la obra de Esdras y Nehemías, y donde comienza el cumplimiento de la profecía de las 70 semanas, tras el decreto del rey Artajerjes para la reconstrucción de Jerusalén.
La contestación es que ninguna guerra se encontraba produciéndose en el intérvalo de tiempo de siete años del DC, y ninguna restauración ocurrió en el desenlace de ese intérvalo de tiempo. Es por lo tanto imposible que el 34 DC logre marcar el desenlace de los 490 años. Si Jesús empezó a entablar Su “pacto estable con varios” al principio de la última semana de Daniel 9 en el 26 d.C., entonces probablemente la afirmación de que “a media semana” donde Él “va a poner fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal” sea una referencia a Su muerte en el año 30 d.C. en la que el velo del templo se rasgó y todos y cada uno de los sacrificios fueron vistos como “abominaciones” a ser demolidas completamente cuando Jerusalén fue destruida en el año 70 d.C.
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Asemeja que estuviéramos leyendo las expresiones de Jesucristo en Mateo 24. El regreso de Israel era un acontecimiento indispensable y antes de la guerra futura de Armagedón y la segunda venida del Mesías Yahshua. No entendemos si es necesario que se reconstruya un templo, ya que el sacrificio y la ofrenda se puedenestablecer en un tabernáculo como en tiempos de Moisés.
Y afirma que este pueblo es de un príncipe que debe de venir y aquí la mayoría de comentaristas y teólogos dicen que este príncipe que debe de venir es la cabeza del imperio de la ciudad de roma revivido, el cual algunos identifican como el Anticristo. Tal es así que es obvio que Nehemías no contó los años del reinado de Artajerjes de Nisán a Nisán. • El premilenialismo histórico enseña que la época de hoy de la alegría se pronosticó en el Viejo Testamento. El dispensacionalismo mantiene que la temporada actual fue inopinada en el Viejo Testamento y, por lo tanto, es un “enorme paréntesis” que se ingresó en la historia por dado que los judíos rechazaron el reino. Esta persona no es otro sino Jesús de Nazaret, “el Mesías Príncipe” a quien se le quitó la vida si bien no por sí, sino lo hicieron otros. Los otros debieron ser toda la raza humana con la intención de que se les tengan la posibilidad de perdonar los pecados.
