La trampa del Juan

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8 ya que las expresiones que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido realmente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. 5 En este momento, Padre, glorifícame tú, a tu lado, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. “Yo les he dado a comprender Tu nombre, y lo dare\\\’ a comprender, a fin de que el amor con que Me amaste este\\\’ en ellos y Yo en ellos.”

Bíblicamente hablando, en el instante en que Dios da o exhibe su gloria a su pueblo, es algún género de manifestación de su presencia. La gloria de Dios es, de cierta forma, el resplandor o la luz de su presencia, su esencia natural. Jesús ora por que la iglesia sea marcada por su gloria. Debemos opinar que esta oración fue contestada, y que la iglesia es una.

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La base para la solicitud de Jesús estaba arraigada en el nombre(carácter) de Dios y en su posesión de los acólitos . Jesús no guardó a sus discípulos en y a través de su propio nombre, sino más bien en conjunto dependencia de Dios el Padre. Es considerablemente más necio para nosotros meditar que tenemos la posibilidad de guardarnos a nosotros o a otros en nuestro propio nombre, o en nuestro esfuerzo, autoridad o intención. La unidad por la que Jesús oró entre sus discípulos tiene un caso de muestra.

Esto no era visible; en el planeta judío de ese tiempo absolutamente nadie proseguía como acólito de un rabino muerto. Sin embargo estos discípulos debían continuar, siendo almacenados como discípulos de Jesús. Yo ruego por ellos; no suplico por el planeta, sino más bien por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y fui glorificado en ellos. El evangelio de Juan ha hecho hincapié en la gloria de Jesús durante su registro.

• Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he habitual, y estos han popular que tú me enviaste.
• Yo te he aglorificado en la tierra; he bacabado la obra que me diste que hiciera.

He aquí otro aspecto esencial de la unidad del Hijo con el Padre, Jesús pide ser glorificado de tal forma que pueda tener la misma gloria que tuvo antes de que el mundo va a llegar a existir por medio suyo. La única gloria que el hijo espera es regresar al estado de donde salió para sugerir vida al planeta y redimir a los que se habían perdido. “He manifestado Tu nombre a los hombres que de todo el mundo Me diste; eran Tuyos y Me los diste, y han guardado Tu palabra.

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No obstante hay un enorme peligro para los hombres mayores. No hay descripción en las escrituras de un hombre joven cayendo en pecado; piensen en José y Daniel, y de qué forma resistieron el pecado. Los ejemplos de pecado son de las vidas de los hombres de mediana edad, como David y Salomón y Lot y otros varios. Job, Moisés, Elías y Jonás todos oraron para ser quitados del mundo, pero Dios no respondió. Él también quiere que nos quedemos en el planeta, para atestar la obra que nos da por llevar a cabo. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el planeta, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.

Tal como el Padre y el Hijo son uno pero no exactamente el mismo, tampoco aguardamos que la auténtica unidad cristiana signifique uniformidad o unidad de composición. Significará unidad de espíritu, unida de corazón, unidad de propósito y unidad de destino. Su continua unidad no podía ser asumida; tenía considerablemente más sentido que los acólitos se separaran después de la desaparición de Jesús que la iniciativa de que sostuvieran juntos. Habían de ser guardados, continuando como discípulos de Jesús.

13 Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. 6 He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo.Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. 4 Yo te he glorificado en la tierra, haciendo la obra que me encomendaste llevar a cabo.

Jesús creía que era tan fundamental que particularmente oró por el amorcuando ha podido haber orado por muchas otras cosas. Padre, aquellos que me has dado, deseo que donde yo estoy, asimismo ellos estén conmigo, a fin de que vean mi gloria que me has dado; por el hecho de que me has amado desde antes de la fundación de todo el mundo. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean ideales en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también me has amado. Jesús ora por una unidad establecida en el cariño.

Es posible que alguien no sea del mundo, pero de una manera muy diferente a la de Jesús. Pueden estar locos, ser violentos, pueden ser extraños, o tienen la posibilidad de ser muchas cosas. Pero había una forma especial donde Jesús no era de este planeta. Jesús oró para que los suyos fuesen guardados del mal, de todo el mundo que gobierna, y de todos sus malvados proyectos y tácticas. (6-8) Jesús habla de su misión entre sus discípulos y su recepción de ella. Hay muchos hombres que claman “glorifícame,” y algunas veces incluso dirigen su lamento a Dios bajo una terminología más espiritual.

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