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El carácter fundam ental de la esclavitud y en consecuencia del modo de producción esclavista radica en nuestra relación del ciervo con el desarrollo productivo. A diferencia del empleado m oderno, que está obligado a vender su fuerza de trabajo, el ciervo es propiedad del amo, como la tierra y los animales, y así, de manera bastante expresi va, lo clasifica la definición de Varrón de los instrumenta fundí. Per tenece, ya que, a las condiciones naturales de la producción de forma 5 C apita l, I, 1, 111 (trad. it. 8 a ed.).
Además de esto Virg. II; Prop. IV, 1, 35, Juv. VII, 72; para los Lares Grundules Cas. I 2, 101 ss.; Non.
Historia Economica De Roma Vieja
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III, 1, 8; Didim. en Prisc. numer, ; Fest. v. grave aes; Plin, nat. XXXIII, 3 , 44; Volus.
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E n esta fecha sitúa Jerónim o el com ienzo de los reveses rom anos en el Ilírico 208. Los bárb aro s, en movimiento y en perenne m ovim iento, saquea ban y oprim ían. D espués de la b atalla de A drian ó p o lis, en el 378, go 2 y hunos hicieron incursiones p o r las provincias d an ubianas y, por últim o, ese m ism o año en tra ro n en P a n o n ia 209. C om o con P a n o n ia , las finalida des de la ocupación ro m an a eran de carácter m ilitar defensivo a lo largo de la orilla del D anubio. Las ciudades m ás im portantes surgie 206 De Caes, 1 ,7 .
X X IV , 292 A; IX, 28, ibidem 326 B; com m . a d A m o s , I, 3, Pl. X X V , 994 B. H em les aludido al comienzo a las ocupaciones com erciales.
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V, 13, 2; cfr. V, 2, 6 p. 223 para Elba; negotiator ferrariorum et vinariariae en CIL. te, el avance urbanístico de la zona y certifica por ende la exis tencia de ocupaciones productivas dedicadas a la edificación de tem plos y inmuebles públicos, así como de casas particulares, que sus tituían a las anticuadas cabañas. Ha de recordarse en particular la tradi ción sobre la construcción y el remate del templo de Júpiter Capitolino, atribuidos respectivamente a Tarquino Prisco y Tarquino el So berbio, mientras que su consagración se habría producido en el 509, año de fundación de la república12. Atrayente es la noticia de Plinio 13, tomada de Varrón, según la que Tarquino Prisco habría solicitado a un artista etrusco de Veyos, llamado Vulca, de propor cionar una estatua de terracota para el templo y las cuádrigas para el tejado.
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Estos elementos nos dan útiles observaciones para llevar a cabo nos una idea bastante clara de los letras y números de la sociedad esclavista en este primer periodo. Consistían en un enorme empleo de esclavos en las ocupaciones productivas y especialmente en la agricultura, pero no en su difusión masiva y en la substitución del trabajo libre por el ser vil. Solo en el curso del siglo II y mucho más adelante, como consecuencia de las guerras contra el Oriente mediterráneo y de la política de expan sión imperialista, la esclavitud alcanzó sus formas mucho más tradicionales de má xima expansión.
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Este testimonio puede referirse bien a itálicos de las ciudades griegas del sur de Italia, que habían recibido la ciudadanía romana con la ley Plautia Papiria del 89 —la matanza de Mitrídates es del año siguiente—, o a verdaderos griegos de aquellas zonas, que habían recibido aisladamente la ciudadanía. Pero es probable que haya alguna exageración en este apunte, como también en el énfasis ora torio con que Cicerón llama cives Romani a los 80.000 italianos ma 50 Dig. XIX, 2, 31. IV, 9, 3, 1. XIV, 1, 1, 9. Probablemente la actio exercetoria haya aparecido tras la del receptum, por el hecho de que en esta última en su origen se mentaba a los nautae y no al exercitor navis.
Sobre la represen tación en un relieve descubierto en 1958 véase la bibl. citada en la nota final del capítulo. Creaciones técnicas fueron introducidas parece ser en Egipto bajo A ugusto, se gún una hipótesis de W inlock, mencionado por R ostovzev, H istoria, II, 140, n. 42, es decir, una trilladora, p lo stellu m P unicum y la rueda de agua, xotdos, cadus, saqiyeh, pero no hay datos del mismo modo para la temporada helenística. Sobre esa trilladora Varr. I, 52, 1, m ientras que no hablan de ella Plinio y Colum ela.
I, 44, 1; Plin. XVIII,24 , 198; Colum, II, 9, 1. nat hist. XVIII diez , 92; XXII, 24 ,121. XVIII, diez , 92. sito de las form as primitivas a otras más evolucionadas, pero completamente absolutamente nadie afirma que eso entrañe siempre la introducción de los esclavos, y en lo referente a los patricios estos se derivan de la preexistente constitu ción gentilicia.
