La realidad prohibida sobre De Que Habla Jeremias 4 Revelada por un especialista

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No es una imposición arbitraria, sino el resultado natural de lo que un hombre fue y de lo que hizo persistentemente. Es tan natural como que la cosecha debe proseguir a la siembra de su semilla. El elemento mucho más horrible en la perdición del pecador, el verme que no muere, va a ser el reflejo siempre y en todo momento presente de que él lo ha traído todo sobre sí mismo. Y o sea lo que estarían seguros, por exactamente exactamente la misma necesidad que hace aparición de lo que son, de estar siempre tratando encontrar conseguirlo. La condenación divina de cultivar entre espinas no está creada para disuadir nuestra siembra donde la gracia de Dios nos ha limpiado de tales espinas. Muchos leen estas amenazas horripilantes y se preocupan asumir una profesión religiosa, a fin de que no se les considere indignos y falsos.

El mensaje de Jeremías alumbró lo distante, como asimismo el horizonte considerablemente más próximo. Fueron los falsos profetas los que proclamaron la paz a una nación rebelde, tal y como si la paz del Dios de Israel fuera indiferente a su deslealtad. Pero el mismo Dios que llevo a Jeremías a denunciar el pecado y a vocalizar el juicio fue el Dios que lo autorizó a comunicar que la guerra divina tenía su rumbo, sus 70 años. 32 ¿Olvídase la virgen de su atavío, ó la casada de sus sartales? mas mi pueblo se ha olvidado de mí por días que no tienen número.

Juicio De Jehová Contra Judá

El primero, porque nos charla de de qué forma Dios pone todos y cada uno de los medios a su alcance a fin de que admitamos su oferta. El Señor intenta seducirnos, no es indiferente al hombre. Y la segunda razón está en la actitud del profeta. Ojalá nosotros asimismo nos dejemos apresar por el Señor.

Miré, y hete aquí, no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré a la tierra, y hete aquí que estaba desorganizada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Por el hecho de que mi pueblo es necio; no me aconocieron; son hijos insensatos y sin entendimiento; son sabios para realizar el bmal, pero no saben efectuar el bien. Quebrantamiento sobre quebrantamiento se comunica, pues toda la tierra es arrasada; de pronto son destrozadas mis tiendas, en un instante mis cortinas.

Es que Jeremías se encontraba sembrando la buena palabra de Dios en el pueblo, pero sus corazones eran duros. Y de esta manera es, tras una gran reforma Bíblica, otros pueblos observan la vida del pueblo de Dios, y vean algo demasiado atrayente. SUPONGA que una mañana temprano, cuando todavía está en la cama, siente un dolor agudo en el pecho y le falta el aire. Acepta que sacarle importancia a los síntomas no servirá de bastante y que convendría tomar medidas urgentes. Así que llama una ambulancia a fin de que lo lleve al hospital. Posiblemente el médico le realice un electrocardiograma a fin de entablar un diagnóstico y administrarle el régimen conveniente, ya que sabe que accionar con prontitud puede salvarle la vida.

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Las miles de individuos que siguen esclavizadas en el mundo necesitan con urgencia ser liberados, simplemente pues son humanos. Además de esto, todos los trabajadores —no solo esos que están atados al trabajo en esclavitud— habrían de ser tratados como “hermanos y prójimo”. Cualquier situación a la que no someteríamos a nuestro prójimo, cualquier cosa que no toleraríamos que les ocurriera a nuestros hermanos, no debemos tolerarla en nuestras compañías, organizaciones, comunidades o sociedades. En la medida en que los cristianos le podamos ofrecer forma al ámbito en nuestros sitios de trabajo, nos encontramos bajo el mismo mandato que el pueblo de Judá en la temporada de Jeremías. Nuevamente, aquí se establece el fracaso básico del pueblo de Judá en la época de Jeremías, su falta de fe.

Hasta el momento, los pobladores que quedaban en Judá siguieron rechazando el mensaje de Dios. En el año 586, los babilonios regresaron, asaltaron Jerusalén, derribaron sus murallas, destruyeron su templo piedra por piedra y se llevaron como presas a la gente sanas que quedaban. Dios lo sostuvo en la ciudad destruida, que fue regida resumidamente por Gedalías, para animar al nuevo gobernador y ayudar a la multitud a entender qué había ocurrido y de qué forma debían continuar adelante en la mitad de la destrucción. Aun de esta manera, de nuevo y más allá de su súplica a fin de que escucharan el mensaje de Dios, ellos pusieron su fe en una alianza militar lamentable con Egipto, la que Babilonia venció de manera veloz. En el final, el profeta tuvo que aguantar tanto la terquedad y el rechazo de los mandatarios a prestarle atención a los mensajes de Dios como el desastre que resultó.

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9 En el momento en que llegue ese día, desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los príncipes; los sacerdotes se quedarán estupefactos, y los profetas no podrán creerlo. 11 Si alguna gente ha mudado sus dioses, bien que ellos no son dioses. Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no explota.

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Él, si bien amaba intensamente a su pueblo y le servía fielmente, se le negó la contestación de seguridad y amor que él hubiese aguardado. Él asimismo “fue menospreciado y rechazado de los hombres”. III. ESTÁN VOLUNTARIAMENTE ENTRETENIDOS. Han venido a la puerta y buscaron y obtenido la entrada. Se les ha ordenado “entrar”, y el corazón ha permitido en “alojarlos”. La protesta que el profeta pronuncia contra ellos, si no fueran admitidos y retenidos de manera facultativa, sería poco importante. Habría ocasión para una lástima profunda, pero ninguna para culpar.

A pesar de que los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos. Si salgo al campo, hete aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, hete aquí enfermos de apetito; por dado que tanto el profeta como el sacerdote anduvieron deambulando en la tierra, y no comprendieron. Pues como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la vivienda de Israel y toda la vivienda de Judá, afirma Jehová, para que me fueran por pueblo y por popularidad, por alabanza y por honra; pero no escucharon.

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