La muerte de Juan

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El que cree en el hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza opinar en el hijo no vera la vida, sino que la furia de Dios está sobre él. Ese hombre Coreano, quien era un descreído, se arrepintió, confió en Jesús, tuvo sus pecados perdonados, ¡y recibió vida eterna! Pero trágicamente mi amigo por sesenta años no lo logró. “El que repudia opinar en el Hijo no va a ver la vida, sino la furia de Dios está sobre él”. Si él lee este sermón, yo oro que él se ponga en contacto conmigo.

El que cree en el hijo tiene vida eterna; el que no quiere creer en el hijo no verá la vida; la ira de Dios pesa sobre él\\\’. Por dado que el que Dios envió, las expresiones de Dios charla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre quiere al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa opinar en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Juan 5:Diez

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¿Pero qué significa que el Hijo ha oído del Padre? En el momento en que concibes la palabra que vas a vocalizar, quieres decir la cosa y exactamente la misma concepción de la cosa que forma ya el verbo en tu cabeza. Como tienes tú en tu cabeza la palabra que hablas, y ella está en ti, así Dios concibió su palabra o, lo que es exactamente lo mismo, engendró al Hijo. Por ende, siendo la palabra el Hijo de Dios, el Hijo nos ha hablado, no su palabra, sino la del Padre; deseó hablarnos lo que el Verbo del Padre conversaba. San Juan explicó de qué forma ocurrió esto y de qué manera debió suceder.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que repudia al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino permanecerá bajo el castigo de Dios”. El que ejercita fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desacata al Hijo no va a ver la vida, sino la furia de Dios permanece sobre él. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que desacata al Hijo, no verá vida, sino más bien la furia de Dios queda sobre él».

En cambio el que lo rechaza, jamás tendrá esa vida, y Dios va a estar enojado con él para toda la vida\\\’. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que repudia al Hijo no va a saber lo que es esa vida, sino continuará bajo el castigo de Dios. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que repudia al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino más bien permanecerá bajo el castigo de Dios».

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El que se niega a opinar en el Hijo no verá la Vida, sino la furia de Dios pesa sobre él\\\’. En cambio, el que lo repudia jamás tendrá esa vida, sino más bien la furia de Dios permanece sobre él. aEl que cree en el Hijo tiene bvida eterna; pero el que cno cree en el Hijo no verá la vida, sino que la dira de Dios está sobre él. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero quien no le acepta, no va a tener esa vida; está bajo el peso de la furia de Dios.

Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, vamos a ser salvos de la ira de Dios por medio de El. Pues en ti está la fuente de la vida; en tu luz observamos la luz.

Vino de lo sobresaliente, esto es, de la altura de la naturaleza humana que tuvo antes del pecado del primer hombre, pues el Verbo de Dios tomó su carne humana de aquella elevación. No tomó la culpa si bien tomó la pena a ella pertinente. Sabes que Dios padece en el momento en que le desobedecen, pero Satanás se alegra por dado que sabe que pronto abra otra alma que se va a llevar al infierno. Saben a Dios le duele como sus hijos se matan unos con otros, a Dios le duele que a la multitud se ha hipócrita , a Dios le duele que el demonio este engañando a muchas personas para llevarla al infierno.

Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no posee la vida. Este es el pan que descendió del cielo; no como el que nuestros progenitores comieron, y murieron; el que come este pan va a vivir para toda la existencia.

El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que proviene del cielo, es sobre todos. Y lo que vio y oyó, esto atestigua; y completamente absolutamente nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio, este testimonia que Dios es veraz. En el momento en que pensamos en el cariño al pecado que manda a la multitud al infierno, con frecuencia pensamos en pecados conocidos. Pero la fácil exigencia de ser el señor de mi vida es bastante pecado para merecer la condenación de Dios. Los judíos de ese tiempo pocas veces creían que Dios amaba al mundo.

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• El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere opinar en el Hijo, no tendrá esa vida, sino va a recibir el terrible castigo de Dios.

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