El Enigmático Secreto sobre Romanos al descubierto

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Además mediante él, y a través de la fe, poseemos ingreso a esta felicidad en la que nos sostenemos firmes. Hay pequeñas islas de paz en todo el mundo. En el momento en que ponemos nuestra fe en Cristo recibimos su paz y contamos paz para con Dios. Pídale a Jesucristo que entre en tu vida y te va a dar esa paz. “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, contamos paz para con Dios a través de nuestro Señor Jesucristo.” No debes inquietarte acerca de fallecer y estar en frente de Dios.

Requerimos un suministro incesante de la alegría de Dios. Gracias a que somos justificados por la fe, disponemos ingreso instantáneo al Dios de toda felicidad. Contamos aceptación continua enfrente de él.

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En el momento en que el hombre recibe esta felicidad la luz de Dios le deja entender lo que está más allá de lo visible una vida en la eternidad sin fin, y la libertad del dominio que ejercitaba el pecado sobre nuestras ánimas. No existe comparación alguna entre la transgresión del hombre y la alegría de Dios ya que la gracia es mayor y más redundante aun cuando el pecado del hombre lo separa de ella. Por uno vino transgresión y muerte y por uno asimismo vino felicidad, perdón y vida.

Pues hasta la ley, había pecado en el mundo, pero si no hay ley, no se toma presente el pecado. Pero Dios revela su mismo amor hacia nosotros en que, siendo nosotros aún pecadores, el Mesías murió por nosotros. y la promesa no será abochornada, por el hecho de que el cariño de Dios fué vertido en nuestros corazones por el Espíritu Santurrón que nos fue dado. Y esta esperanza no nos defrauda, ya que Dios ha vertido su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos dio. Podemos vivir sobre las opciones, los cambios y las circunstancias con lo que Cristo ha realizado por nosotros.

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• Por uno vino transgresión y muerte y por uno asimismo vino gracia, perdón y vida.

Esta renovación de la promesa nos ofrece ánimo para proseguir en la elaboración de la fuente de su felicidad. ¿Te diste cuenta de la experiencia de la cadena de desarrollo? Esto produce paciencia creciente fortaleza de carácter. Prueba nuestro carácter y prueba que es sólido. Esto declara que hemos pasado la prueba.

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El hombre no asistencia en modo alguno a la eficacia de la salvación. Es en su integridad la obra de Dios. Aquellos a quienes Dios conoció, El predestinado, Él llamó, Él justificó, y Él glorificó.

Él es nuestra esperanza de el día de hoy y de mañana. Déjele al transformarse en su paz el día de hoy. Nuestra esperanza no está desilusionada ya que Dios nos está convirtiendo en la imagen de su Hijo.

El derramamiento de su sangre fue el valor que Dios mismo debió abonar por nuestra justificación. La obra fantástica de Cristo Jesús en la cruz del Calvario significó además de la justificación, el estar seguro de la furia de Dios y restablecer los nudos que se encontraban rotos desde la salida del huerto del Edén. a fin de que tal como reinó el pecado para muerte, así además la felicidad reine por la justicia para vida eterna, mediante Jesús el Mesías, Señor nuestro. a fin de que, como reinó el pecado en la desaparición, reine asimismo la felicidad que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor. En tanto que si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben abudantemente la gracia y el don de la justicia reinarán en vida a través de un solo hombre, Jesucristo.

(15-17) Contrastes entre la obra de Adán y la obra de Jesús. La ley llegó tarde para prevenir el pecado y la desaparición y es bastante enclenque para socorrer del pecado y la desaparición. Los humanos son mortales -sujetos a la desaparición- antes de cometer cualquier pecado. En tanto que la mortalidad es el resultado del pecado, exhibe que somos hechos pecadores por el pecado de Adán, no por nuestro pecado personal. “Todos pecaron en un caso de esta manera quiere decir que ‘todos pecaron en Adán’; el pecado de Adán es el pecado de todos”.

”Consecuentemente, en tanto que fuimos justificados a través de la fe, disponemos paz con Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. 2 Asimismo a través de él, y por medio de la fe, disponemos acceso a esta felicidad en la que nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la promesa de alcanzar la gloria de Dios.

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