El Consejo del especialista sobre el secreto en Mateo 2 1 12 al descubierto

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Cuidarla de esa obscuridad que de forma frecuente se disfraza aun de luz. Aparte de esto, mantuvo gigantes relaciones políticas con Roma y llego a editar impresionantemente la apariencia de Israel edificando en Jerusalén fortalezas, un palacio real, un hipódromo, un teatro y un anfiteatro. Pero había un fallo terrible en el carácter de Herodes. Los gentiles, favorecidos solo con una revelación imperfecta, han venido a venerar a Jesús; no obstante, han necesitado para ello aprender de los judíos la narración de la salvación. Los judíos, por su parte, a pesar de tener las Escrituras y de poder anunciar los vaticinios proféticos, no quisieron acercarse para adorar a su rey Mesías.

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Cuarto Cuadro: Los Magos (vv 9

Que nuestra esperanza de buscar al Señor no desfallezca sino a la inversa que esté en la alegría de podernos hallar con ese niño que nos espera con los brazos libres y acostado en el pesebre. Y cuando lo encontremos adorémosle de rodillas y ofrezcámosle el más destacable obsequio que podamos ofrecerle. Cada día estamos invitados a re-arrancar nuestro camino de fe que nos transporta a Jesús. No es cuestión de entender muchas cosas de Él o del Evangelio. Es, básicamente, proseguir y estar con Jesús, para constituir nuestros valores, criterios, reacciones, sentimientos y conductas según lo que exactamente el mismo Jesús vivió y enseñó. Epifanía significa manifestación, festejamos en este día la humilde manifestación de nuestro Salvador a los Sabios de Oriente.

4Así que convocó de entre el pueblo a todos y cada uno de los jefes de los sacerdotes y profesores de la ley, y les preguntó dónde tenía que nacer el Cristo. 3Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 10Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 4Y convocados todos los primordiales curas, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde debía nacer el Cristo. 3Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Fuera de Jerusalén, para los gentiles, el signo de la aparición de Jesús Mesías podrá ser una estrella, pero en la Localidad Santa, para redactes y curas, el signo debe ser la Palabra misma de Dios. Para los gentiles, hay una revelación que se inscribe en los signos de la naturaleza; para el pueblo de Dios, la revelación está en las Escrituras. El artículo de Miqueas, retocado y amplificado por el evangelista, ocupa el centro del relato y su importancia teológica es capital. Jesús, nacido allí, va a ser el verdadero Mesías davídico; mucho más aún, será el nuevo y genuino David, un segundo David que pastoreará, como Rey, al pueblo de Israel, pueblo de Dios. 6 ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la más pequeña entre los principados de Judá, en tanto que de ti va a salir un Jefe, el que apacentará a mi pueblo Israel’”. La estrella que guía a los Magos es una estrella milagrosa, fruto de una lectura midráshica de la estrella de Nm 24,17.

El autor del evangelio se esmera por enseñar la guía divina en pos de los sabios, a fin de que conozcan al Hijo de Dios, y cumplan su propósito de reconocerlo y adorarlo. En el momento en que van de la presencia de Herodes, la estrella los está aguardando para conducirlos hasta el lugar donde se da la mucho más grande epifanía de Dios, su Hijo Jesucristo. Al llegar al sitio la estrella se detiene, y ellos se estremecen, regocijándose con un Charán megálen sfódra ; ese gozo es desbordante, en tanto que tiene como raíz a Charis . Gozo causado por el don de la felicidad que tiene como fuente la generosidad del dador, Dios, y envuelve en favores a la criatura que lo recibe.

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Hay que ver que José, que jugaba un papel esencial en el relato previo (1,18-25), en esta narración no es nombrado. La sola mención de María con su hijo es una pequeña nota, pero de calidad, que tiene dentro doctrinalmente este relato al anterior sobre la concepción virginal. Tanto los libros sagrados como las leyendas rabínicas en torno al nacimiento del Mesías pasan en silencio al padre y solo ponen su atención en la madre (Gn 3,15; Is 1,14; Miq 5,2).

Dios alumbra a estos sabios en relación a las intenciones de Herodes, conque evitan regresar a Herodes en su sendero de regreso. Los sabios de oriente consiguen su primera pista de la naturaleza; ven una estrella en el Este. La información de esa fuente, no obstante, está incompleta. Necesitan las Escrituras para informarse mucho más completamente. Deben venir a Jerusalén, el centro del culto judío, a fin de que las Escrituras los guíen a Belén.

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“La llegada a este planeta del Niño Dios fue un acontecimiento tan glorioso que hasta exactamente el mismo firmamento no ha podido callará su alegría. La Luz de la Estrella que iluminó su Nacimiento, asimismo alumbró los corazones de todos”. El Espíritu Beato es el que los llamó e impulsó a ponerse en sendero, y en este sendero tendrá lugar también su acercamiento personal con el Dios verdadero. “¡Aleluya, aleluya! Vimos su estrella al levantarse y hemos venido a rendirle homenaje al Señor. ¡Aleluya!” (Aclamación de las Lecturas de hoy tomada de Mateo 2,2). Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía asegurador; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres.

Pero siendo sobre aviso por revelación en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro sendero. Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la mucho más pequeña entre los príncipes de Judá; Ya que de ti va a salir un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel. ), la matanza de los inocentes está enlazada al cautiverio de Babilonia, y Jesús, que nació en Belén, hace eco del rey David, que también nació en esa aldea. Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella. y a los hijos de sus concubinas Abraham les dio regalos, viviendo aún él, y los envió lejos de su hijo Isaac hacia el este, a la tierra del oriente. 12Y siendo sobre aviso por revelación en sueños que no volvieran á Herodes, se volvieron á su tierra por otro camino.

Habiendo hecho cálculos, ellos esperaban la llegada del Mesías precisamente en los tiempos de Jesús. Los sabios que procuraron a Jesús no eran “magos paganos” sino más bien judíos expertos en la Torá y los profetas. Como semejantes, ellos conocían realmente bien las premoniciones sobre el Mesías Rey, entre las cuales está en el libro de Daniel, profeta que vivió en Babilonia.

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