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que, apartándonos del pecado, si hemos cometido alguno, nunca desesperemos del perdón por causa de aquel letrado, que no tienen los descreídos. Pero es ya bastante con lo dicho sobre estos 2 preceptos. Iglesia de Roma en la herejía arriana ,8 . Considerablemente más breves son los últimos 2 apartados. Al tratar del Espíritu Santurrón (IX 16-20), San Agustín hace un excursus para proteger la particular igualdad de las tres Personas divinas y para esbozar una explicación de la Trinidad, reservando, no obstante, al Espíritu Santurrón pocas líneas , cuyo tema casi único es el de la divinidad de la tercera Persona.
1SM El epíteto más clásico del héroe es el de pius; el aquí utilizado debe ser entendido en un genérico sentido espiritual, mucho más que en el rigurosamente se xual; véase el comentario de R o m a n o . Los vindélicos1515, extraños a la ley latina, terminan de comprender cuánto podías con tu Marte1516. Ya que con soldados tuyos, a los diez genaunos, estirpe levantisca, y a los breunos veloces, y sus for talezas plantadas sobre los temibles Alpes1517 ha abatido Dru so1518, con el ardor de quien devuelve los golpes redobladosi5í9. 1491 Aguda sínestesia de origen homérico; véase el comentario de R o m a n o .
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M.—Dic utrum aliam videas esse rationem, quae ista distinguat, nisi ut metrum pyrrhichium non illud sit mínimum, quod tibi vídebatur in tribus brevibus, sed in quinqué. Faltan estudios estadísticos sobre cada poeta, que mostrarían hasta qué punto se encierran aquí matices dignos de observación. Tales enim non eadem hora qua Christiani fiunt, sed frente solent omnia diligenter inquirere, et motus animi sui, cum quibus possunt, communicare atque discutere.
La de la intención y sentido de los Juegos Seculares podría resultar una cuestión cansado compleja para quien se dejara llevar por los vericuetos de la crónica de la religiosidad romana. Sin embargo, y a los efectos que aquí nos resultan de interés, puede bastar con decir que se trataba de un rito jubilar de todo el pueblo de los quirites, en especial dirigido a favorecer su continui dad en el nuevo saeculum. A ese respecto son bastante ilustra tivos el sacrificio a Ilitía y la alusión del propio Horacio a la Lex 1516 Recuérdese que Marco Vipsanio Agripa, tras ser compañero y colaborador importante de Augusto en sus empresas militares y políticas, se convirtió en su yerno, el único que le dio descendencia. Por entonces com partía con Augusto la tribunicia potestas, resorte esencial del poder, que lo se ñalaba exactamente con vistas a la sucesión, frustrada por su muerte en ei 12 a.C., a los 52 años.
- Las otras proyectos son Sermo 9 ; De sermone Domini in monte, secundum Mathaeum, libri dúo ; Sermo de especialidad christiana ; Sermón 11 sobre el evangelio de San Juan ; y otros sermones de tema catequético.
- Hemos preservado la división en capítulos, en subcapítulos y números en esos subcapítulos.
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Los griegos, precisamente, los llaman 8t)t(oXov, xpíxwXov, TsrpáxoüXov. El alma del hombre se esfuerza por tener esos elementos en los que more el hombre; allí nada se teme. ¿Qué será el hombre que ama al hombre, si ama en él lo que frágil es?
Y cuando el otoño asoma por los campos su ca beza, de dulces frutas vestida, ¡de qué manera goza recogiendo las peras que ha injertado y uvas que rivalizan con la púrpura, para ofrecértelas a ti, Priapo, y a ti, padre Silvano, que guardas los linderos1639! »Ora le place tenderse bajo una añosa encina, ora sobre el césped bien tupido. Entretanto, las aguas corren por riberas hondas1640, se quejan las aves en los bosques, y suenan las fuen tes al emanar sus linfas, invitando a entregarse a dulces sueños. ¿Quién no se olvida, en medio de todo lo mencionado, de las malas cuitas que hace Roma1642? »Y si una mujer franca arrima el hombro en la vivienda y con los dulces hijos —una como son las sabinas o la mujer del ápu1639 Priapo— mejor que «Príapo»-— era un dios rústico, hijo de Baco y de Venus, al que se representaba armado de un enorme falo erecto, símbolo an cestral de la fecundidad.
1818 Esto es, a otras hechiceras que le sumisnistraban materiales; sobre las pelignas véase la nota al v. 29. 2 y tus muchas tierras, y para ti fluya el Pactolo1776; y aunque no se te escapen los misterios de Pitágoras, el que volvió a la vida1777, y en belleza venzas a Nireo\\\’77S, ¡uy, uy! , llorarás tus amores a otro transferidos, y va a ser entonces cuando yo me ría. el mal tiempo favorece (1-diez). Sigue el ejemplo mítico del centauro Quirón, que revela a Aquiles — más allá de que «invicto», «mortal»— que no retornará de Troya; y por esta razón asimismo lo anima a que mientras que esté allí distancie las penas con el vino y con el canto (12-18).
con relación a 4 la parte mayor, sin su quinta, es igual que la menor. Mi pregunta es qué te semeja de todo lo mencionado 19. D.—A mí, enserio, me asemeja muy exacto, tanto el cálculo de las medidas como de los números. Asimismo los nombres que les diste me semejan recomendables para evocar las realidades que hemos distinguido. Hasta el origen del término, que en este momento has creado, no es absurdo, si bien no sea ésa la etimología que prosiguió el que formó esta palabra.
1492 véase nota a 119, 15. 1493 Horacio celebra, pues, el cumpleaños de su protector, que caía en el 13 de abril, mes, de hecho, consagrado a Venus, Para el epíteto «marina», recuér dese que la diosa había nacido de la espuma del mar. U94 véanse notas a 1 13,1, y 11119,26. 495 O Faetonte, hijo del Sol, logró que su padre le dejase conducir su carro, pero su impericia lo llevó a arrimarse bastante a la tierra y a ocasionar colosal des incendios, con lo que Júpiter lo derribó con su rayo. 1,196 Sobre el caballo Pegaso y su jinete Belerofontes véanse las notas a 127, 23, y III 7, 13; añadamos que Belerofontes pereció en el momento en que, al intentar llegar al cielo sobre su alado corcel, miró hacia abajo y se cayó a raíz del vértigo. io Anacreonte1477 no fueron borrados por el tiempo; y aún respi ran amor y aún están vivos los ardores que confió a las cuerdas la chica eolia\\\’478.
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Sin ser consciente se deseó a sí mismo, y él mismo era el objeto de su propia aprobación, encendiendo la llama con la que se quemó. Él procuró y trató de besar la imagen en el agua. 15 Horacio ejercita en este epodo de manera singularmente aparente el «entrecruzamiento de géneros» que W. R ro l l (1924; 202 ss.) consi deraba propio de la literatura helenística. De hecho, su estirpe yámbica — tanto la de Arquíloco como la de Calimaco— semeja clara, por tra tarse de una invectiva contra una con pasión perjura (1-16) y después contra término «trasegar» intento recoger el no menos gráfico de traxerim que utiliza Horacio. ,769 En efecto, Batilo de Samos fue amado y cantado por Anacreonte.
