Vida , Muerte y Lucas 10 25-37

lucas 10 25-37

Hemos de estar alerta/as a las necesidades del resto y proveer nuestra asistencia, más allá de que la persona necesitada se haya metido en líos por su culpa o imprudencia. De los samaritanos unicamente se aguardaban acciones negativas y desagradables. Los judíos y los samaritanos eran contrincantes ancestrales, a tal grado que una partera judía negaría su auxilio a una mujer samaritana, pues esta traería un nuevo gentil al planeta. En este caso, podemos apreciar la forma magistral en que Jesús responde y corrige un fallo de contenido con relación al manejo que se le daba culturalmente al término de prójimo. Era muy habitual que los líderes religiosos intentaran poner en vergüenza a Jesús mediante cuestiones con doble sentido. El buen samaritano (después de Delacroix) , óleo sobre cuadro de Vincent van Gogh.

El samaritano se ofreció a contemplar los costos extras. Esto nos enseña que no dio por concluida su tarea con el hecho de saberlo seguro en el mesón, sino más bien se comprometió hasta el desenlace. Así tampoco nosotros podemos sentirnos satisfechos por el simple hecho de haber paliado una necesidad, sino debemos asegurar a la persona hasta el momento en que la sepamos madura y con la aptitud de ayudar a otros. Aparte de hacerle comprender que se encontraba allí para asistirlo y de brindarle quizás un sorbo de agua, el samaritano aplicó aceite y vino en las lesiones para eludir que se infectaran. El aceite de oliva se empleaba como suavizante y el alcohol como antiséptico. Recordemos además que la asistencia debe ser práctica y evidenciada en acciones .

Comentarios Sobre ¿quién Es Mi Prójimo?

No tenemos la posibilidad de pasar desapercibida la pobreza de otros, debemos poner manos a la obra. En primeros auxilios, la tarea de curar una herida es primordial, impide que se genere en el cuerpo de la víctima una infección, que de no tratarse apropiadamente puede valer la vida del herido. La curación remueve toda la mugre que de manera inmediata esta contaminando de forma local, pero que cuando continúa más tiempo en el cuerpo, puede alcanzar. Atendamos las metas físicas, pero no descuidemos las metas espirituales. En la Parábola del Buen Samaritano, podemos encontrar una tremenda enseñanza de nuestro Señor Jesucristo sobre la manera en que se debe ayudar a otra gente.

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Evangelio De El Día De Hoy Miércoles

Imita la clemencia de Dios, la clemencia hacia quien está necesitado. El amor que Jesús pide es hacerse uno con el otro, sin poner ningún límite, por visto que Dios no pone límites a su amor por mí o por sus demás criaturas. Querer a el resto hasta las últimas secuelas.

Él llevó nuestros errores sobre sí mismo, llevo la maldición de la desaparición que la ley se pronunció sobre nosotros. Confiando en Su muerte y resurrección en nuestro nombre, nuestros errores son perdonados y nos llega el don de la vida eterna. Tuvo compasión y se identificó con el hombre en ese instante con un corazón de amor. Reconoció y vivió intensamente sus sentimientos de compasión.

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Antes, por ese sendero, un hombre había sido asaltado por delincuentes, le hurtaron, golpearon y abandonaron medio muerto. «Absolutamente nadie ha subido al cielo, sino más bien el que bajó del cielo, el Hijo del hombre» . De esta forma, pues, como el Justo e Inmortal estuviera lejos de nosotros, los pecadores y mortales, bajó hasta nosotros para hacerse próximo quien se encontraba lejos. Quizás lo segundo sea una consecuencia de lo primero. Lo que carece de sentido es que pase de largo en frente de un hijo de Dios que padece pues estoy destinado a “cosas mayores”.

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De manera recurrente el egoísmo o el temor se pone en el sendero de mi situación frente a la justicia. Pero Tú curas mis lesiones y arrojas en ellas aceite y vino en el momento en que estoy en inconvenientes. Nuestro vecino puede ser cualquier persona que nos encontremos, especialmente alguien necesitado de ayuda. Las ocasiones de ofrecer precaución no tienen fronteras para accionar en el espíritu del amor en todas y cada una nuestras relaciones. En cualquier caso, lo asombroso es de qué forma Jesús parece “subir la vara” en el instante en que le charla a los individuos.

Normalmente en el instante en que le charla a una muchedumbre, invita y alienta. Sin embargo, a los individuos que se proponen a sí mismos o hacen considerablemente más cuestiones, los desafía a ir un poco más allá. En nuestros tiempos parece que somos muy aptos para encontrar causas para charlar cada vez menos y menos de solidaridad, y poco a poco más de nosotros mismos y de nuestras pretensiones.

«Profesor, ¿qué debo llevar a cabo para heredar la vida eterna? Jesús, ayúdame a medrar en la convicción de que Tú me has desarrollado para querer y servirte en esta vida y que sólo mediante la vivencia del amor, podré disfrutar de Ti y alabarte eternamente en el cielo. Las parábolas acostumbran a tener elementos de vida diaria y otros aspectos sorprendentes, exagerados, hiperbólicos, que pretenden asombrar. Aquí encontramos la llamada de atención en las acciones buenas del samaritano. Son una llamada a la revisión de nuestra vida, de las propias reacciones, de las propias acciones. Este pasaje habla asimismo a esos de nosotros que conocemos a Cristo como nuestro Salvador personal.

¿Me hago prójimo o simplemente paso de lado? ¿Soy de aquellos que escogen a la gente según su gusto? Está bien hacernos estas preguntas y hacérnoslas recurrentemente, por el hecho de que en el desenlace vamos a ser juzgados sobre las proyectos de clemencia. El último personaje ante el ámbito común, será un samaritano, alguien que no entiende de leyes, ni de distingos. Se topa con un pobre deteriorado y… no sabe más.

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