5 Simples Formas para Lucas 24 13 35

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“Jesús es el Pan de vida que se encuentra vivo y que se encuentra en cada Eucaristía de todo el mundo”. Se ofrece las lecturas de el día de hoy con la oración del día para tu vida en el miércoles de la Octava Pascua del Evangelio de hoy. En la mitad de la confusión que recurrentemente nos ocupa ¿Qué efectuar para lograr atrapar mucho más de manera fácil esa presencia prometida de Jesús? – prometida – «Yo voy a estar con ustedes todos y cada uno de los días, hasta el objetivo de todo el planeta» ¿A quién, cómo tienen la posibilidad de ayudar el día de hoy, quienes procuran a Jesús, quienes quieren esperanza?

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La oración nos entrega el tiempo a fin de que su Palabra entre a lo profundo de nuestros corazones, consumiendo nuestros egoísmos y miedos, dejándonos solo con la llama del amor. Como Cleofás, sendero junto a ti, Señor, y estás en distintas formas; pero no en todos los casos te reconozco. Abre las Escrituras para mí, muéstrame tu rostro en esos con los que sendero; entibia mi frío corazón.

• 2 discípulos decepcionados y abrumados por los hechos de los últimos días, deciden fugarse de aquella incomible situación.
• El episodio de Emaús es una suerte de puente entre el aviso de la resurrección y las visualizaciones a los Once.

Los leales entienden lo que deseo decir, puesto que también ellos reconocen a Cristo en la fracción del pan. Por visto que no cualquier pan se convierte en el cuerpo de Cristo, sino más bien tan solo el que recibe la bendición de Cristo. 31 Entonces los ojos de los acólitos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.

Evangelio Del Día

En el evangelio de ayer María Magdalena va a buscar al Señor y Cristo le sale al acercamiento. En cambio en este evangelio estamos con los habituales seguidores de los días de gloria que huyen el día del castigo. Los descepcionados seguidores le preguntan al caminante que los acompañan, si él es el único que no sabe “lo que pasó allí estos días”. Pero, como un buen asesor, les deja exponer sus sentimientos y relatar sus historias. Señor, dame un ojo que vea, un oído de oiga, y un corazón que entienda, de modo que hoy no pueda pasar frente tuyo y no reconocerte.

A veces observamos que se presenta el cristianismo de una manera que posterga la Resurrección a un espacio marginal en nuestra fe. Oro a fin de que la Iglesia nunca cese de predicar esta verdad, en este tiempo litúrgico, o fuera de él. ¿Tengo vivencias de Jesús confortándome y consolándome en mi vida?

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Todos nosotros y todos juntos, somos el compañero o la compañera de Cleofás . Junto a él, andamos por los caminos de la vida, tratando localizar una palabra de acompañamiento y orientación en la Palabra de Dios. Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el sendero y de qué manera lo habían reconocido al partir el pan. Los 2 acólitos percibieron una excepcional atracción hacia ese hombre misterioso, y lo invitaron a sostenerse con ellos esa tarde. …Tras ser iluminados por la Palabra, habían reconocido a Jesús resucitado al partir el pan, nuevo signo de su presencia. Y también en el instante sintieron la necesidad de regresar a Jerusalén, para referir a el resto acólitos esta experiencia, que habían encontrado a Jesús vivo y lo habían reconocido en ese ademán de la fracción del pan.

Su amigo Jesús ha muerto, pero no alcanzan olvidarlo, recuerdan los instantes vividos a la vera de Él. El episodio de Emaús es una especide de puente entre el aviso de la resurrección y las visualizaciones a los Once. Por una parte, representa un complemento del episodio previo, pues, en el final, en el instante en que estos 2 acólitos vuelven a Jerusalén, los Once, a través del testimonio de Pedro (vv. 33-34), creen ya en la resurrección. Por otra parte, frente a la próxima aparición (24,36-49) donde se resalta el auténtico cuerpo del Señor, su situación física, el episodio de Emaús resalta el reconocimiento de Jesús por la parte de los que le adoran (cfr Jn 20,11-17).

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“Mas los ojos de ellos estaban embargados (ekratounto – se mantenidos), para que no le conociesen” (v. 16). El problema no es que el aspecto de Jesús haya cambiado o que los discípulos de Emaus estén distraídos. El verbo es pasivo, señalando que algo está actuando sobre estos 2 discípulos. Dios les está previniendo de ver lo que, de otra forma, sería visible. Esta historia tiene dentro un prominente nivel de lenguaje litúrgico, ingresando “tomando el pan, bendijo, y partió, y dióles” (v. 30); “Ha resucitado el Señor verdaderamente” (v. 34); y “al partir el pan” (v. 35).

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Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; entonces lo partió y se lo dio. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús logró ademán de proseguir adelante. Varios de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. “Y levantándose en la misma hora, tornáronse á Jerusalén” (v. 33). Los seguidores de Emaus se apuran para comunicar su historia con los discípulos en Jerusalén.

Lo importante es que, como ellos, hoy, aquí en esta Eucaristía, nos pongamos en sendero, invitemos a Jesús, si bien al principio no sea muy simple identificarlo. No sabemos, no comprendemos y la teología ficción, no vale, las cosas son como sucedieron. Ganó la ley de la hospitalidad en un caso así y eso los salvó por último, por visto que desde ese momento, como en la última parte del camino, la idea la tuvo Jesús. «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido.

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