Una visión ecuánime sobre Revelation

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La gente creía que la vida de la persona o ser se encontraba verdaderamente en el ídolo. Bastante de manera extraña, el falso profeta le da respiración a la imagen inanimada para que consigua charlar. De este modo, la segunda bestia tiene poder para animar la imagen de la primera bestia. En la época que Apocalipsis fue escrito, ésta no era un concepto extraña.

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David Guzik :: Apocalipsis 13

Esa es una imagen de la Iglesia, a la que Jesús compara en otras partes con un campo sembrado de trigo y cizaña, o con una red de pesca donde han caído tanto peces buenos como pésimos (cf. Mt 13,24–43; 47,50). El anticristo pretenderá estar en todas partes, mediante un extraordinario talento de la informática. Podrá localizar a los hombres en donde quiera que estos se hallen, merced a la tecnología actualizada. Redes omnipresentes, teleportación y redes universales.

• Pero la manera natural de comprender las expresiones de Juan en Apocalipsis 13 nos hace opinar que él habla de un hombre, quien va a tener una herida mortal, la que va a ser sanada.

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La peregrinación de los Magos que nos describe el Evangelio del domingo, marca el cumplimiento de las promesas de Dios. Estos, probablemente astrólogos persas, siguen la estrella que, según pronosticó Balaam, se alzaría como un cetro sobre la casa de Jacob (cfr. Nm 24, 17). Las lecturas de este domingo, donde vemos estrellas que se levantan, luces es¬plendorosas y misterios revelados, nos presentan asimismo la cara del Niño que nació el día de Navidad.

Él simplemente sería un sujeto del imperio a quien Juan podría dar a conocer. El evangelio de este domingo exhibe de qué forma Cristo, mediante su Transfiguración, revela su verdadera identidad en la cima de la montaña santa. Esto es el trasfondo bíblico de la parábola de Jesús sobre la crónica de la salvación que exhibe el Evangelio de hoy. Los trabajadores contratados al amanecer son los israelitas, los primeros a quienes Él ofreció su coalición.

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La escena se semeja a la profecía de Isaías que Jesús lee en el Evangelio de este domingo. Jesús enfrenta hostilidades como los profetas que le precedieron. En el Evangelio de el día de hoy, la muchedumbre en la sinagoga de su pueblo natal se pone en oposición a Él, supuestamente exigiéndole una señal, alguna prueba de sus orígenes divinos, de que es mucho más que “el hijo de José”. La cuaresma existe para enseñarnos lo que oímos constantemente en las lecturas de el día de hoy. “Me invocará y le responderé”, asegura el Señor en el salmo de este domingo. Pablo afirma lo mismo en su epístola (citando a Dt 30,14; Is 28,16; Jl 3,5).

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Nuestras vidas deben ser un sacrificio de acción de gracias por la novedosa vida que Dios nos dió; hasta el día en que alcancemos nuestro destino, y paseemos frente al Señor en la tierra de los vivos (cfr. Ez 26, 20). Es notorio que Jesús cuestiona a sus apóstoles en esta lectura al tiempo que van “por el sendero.” Van rumbo a Jerusalén, donde el Señor entregará su historia. Asimismo nosotros vamos de sendero con el Señor.

Como nos comunica San Pablo en la epístola del domingo, no somos dueños de nosotros pues pertenecemos al Señor. Estos pasajes de la crónica de la salvación deberían ofrecernos la fuerza que se requiere para que abracemos la intención de Dios y prosigamos su llamado en nuestras vidas. En las llamadas de Samuel y del primero de los Apóstoles, las lecturas de este domingo nos dan luz sobre nuestra vocación de seguidores de Cristo. Contamos a Dios, que ha venido como nuestro Salvador para educar a los pecadores el camino, como cantamos en el salmo dominical. Esto debería brindarnos esperanza de que los amados de Dios que están lejos de Él, encontrarán compasión si se vuelven a Él.

Pertenecemos a su verdad y escuchamos su voz, aguardando que venga de nuevo entre las nubes. “Tú sostienes el orbe”, ovaciona el salmo de este domingo. El dominio del Señor se extiende sobre toda la creación (cfr. Jn 1, 3; Col 1, 16-17). Pero Jesús afirma que debemos recibir el fin de los tiempos con la frente en sobresaliente, confiados en que Dios sostiene sus promesas, que “nuestra redención esta a la puerta” que “el reino de Dios está cerca” (cfr. Lc 21, 31). Asimismo utiliza la imagen profética de Daniel, referente al Hijo del Hombre que viene en una nube de gloria, para indicar que su regreso es “teofanía”, manifestación de Dios (cfr. Dn 7, 13.14).

15 Y le fue ya que diese espíritu á la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos. El primer ángel fue y derramó su copa en la tierra; y se causó una llaga repugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen. Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre.

El hombre dirigirá a un Imperio De roma revivido, y su personalidad la dominará – pero él y el imperio no son exactamente lo mismo. Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas; en sus cuernos había diez diademas, y en sus cabezas había nombres blasfemos. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, por visto que el número es el de un hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis.

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