Todo cuanto usted Puede llevar a cabo Acerca de La Segunda Venida De Cristo en solo diez minutos

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En el momento en que esta obra concluya, va desde todo el mundo humano; no puede mantenerse a largo plazo entre la humanidad para no entorpecer en la obra futura. Lo que le manifiesta a la multitud es únicamente Su justo carácter y todas y cada una Sus acciones, y no la imagen de cuando Él se efectuó carne un par de veces, pues la imagen de Dios únicamente se puede enseñar por Su carácter y es imposible reemplazar con Su imagen llevada a cabo carne. La imagen de Su carne únicamente se muestra a una cantidad limitada de personas, únicamente a quienes lo prosiguen según obra en la carne. De igual forma, Jesús se mostró únicamente a los judíos en el momento en que logró Su obra y no se mostró públicamente a ninguna otra nación. Por tanto, una vez hubo completado Su obra, de manera rápida partió de todo el mundo humano y no se quedó; más adelante no fue Él, esta imagen humana, quien se mostró a la gente, sino más bien el Espíritu Santurrón quien realizó la obra directamente. En el momento en que la obra de Dios hecho carne se finaliza completamente, va a partir de todo el mundo mortal y nunca más volverá a realizar ninguna obra similar a como lo logró cuando se encontraba en la carne.

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Cumplidas las premoniciones sobre la primera venida, de momento no hay problemas para distinguir entre las premoniciones relacionadas con sus sufrimientos y aquellas que tienen relación con su gloria. La descripción gráfica de la división del Monte de los Olivos en el momento de la segunda venida de Cristo deja en claro que ningún hecho del pasado puede compararse con SU segunda venida. Por el hecho de que un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se va a llamar su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no van a tener límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde este momento y para toda la vida. Los Salmos, si bien forman el libro de adoración del Viejo Testamento, frecuentemente hablan de a la segunda venida de Cristo. Después de una introducción gráfica del justo, en contraste con el maligno en el Salmo 1, el Salmo 2 en el momento detalla la gran contienda de Dios con las naciones.

Si deseáis presenciar la aparición de Dios, continuar las huellas de Dios, entonces debéis primero apartaros de vuestras nociones. No debes reclamar que Dios lleve a cabo esto o aquello; mucho menos tienes que ponerlo en tus confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar de qué forma vais a buscar las huellas de Dios, de qué manera vais a admitir la aparición de Dios, y cómo vais a someteros a Su novedosa obra; o sea lo que el hombre debe llevar a cabo. En tanto que el hombre no es la verdad y no está dotado de la realidad, debe buscar, admitir y obedecer. Al nombrar la palabra “juicio”, probablemente pienses en las expresiones que Jehová charló a todos y cada uno de los sitios y en las expresiones de reproche que Jesús habló a los fariseos. Pese a su severidad estas expresiones no fueron el juicio que Dios hace al hombre, solo fueron expresiones habladas por Dios en diferentes ámbitos, esto es, en distintas contextos.

La Segunda Venida

Entonces será cuando se producirá el Arrebatamiento, y no antes de la Tribulación, contrariando un mito que se han tragado múltiples cristianos aplicados y sinceros. (V. apéndice 1.) Si bien habrán sido tres años y medio realmente difíciles, en el final llegará su liberación. Donde está la expresión de Dios, ahí hace aparición, y en el momento en que hace aparición, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Al buscar las huellas de Dios, has ignorado las expresiones “Dios es la verdad, el sendero y la vida”. Y de esta manera, bastante gente, incluso en el momento en que reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y bastante menos reconocen la aparición de Dios. La aparición de Dios es imposible reconciliar con las nociones del hombre; todavía menos puede Dios aparecer por órdenes del hombre.

• Esta obra representa únicamente la obra del período de la encarnación de Dios y es particular a esa era; representa la obra del Espíritu de Dios en una era concreta y no la integridad de Su obra.
• Lo que se juzga es la esencia corrupta de la raza humana, la esencia del hombre que Satanás corrompió y todos y cada uno de los fallos del hombre.

Aun así vale la pena considerar considerablemente más a fondo la situación de hoy. .Entre los argumentos de la fe cristiana es la segunda venida de Jesús. Jesús regresará físicamente de nuevo a buscar a todos Sus leales, y para Su juicio final.

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Asimismo le deja al hombre reconocer y entender su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, tal como conocer su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, de todos modos, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos y cada uno de los que tengan fe en Él. Algunos creen que Dios puede en algún momento irreconocible venir a la tierra y aparecerse al hombre, tras lo que evaluar personalmente a toda la humanidad, probándola uno por uno sin omitir a completamente absolutamente nadie.

Habrá catástrofes, tanto naturales como producidas por los hombres, aunque asemeja que estas últimas serán las mucho más graves. Se descartan con esto último como falsos todos y cada uno de los intentos de cálculos o presuntas revelaciones que profetizan una fecha para el objetivo de todo el mundo. Ya que se aproxima la manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. (Lea Hebreos diez.25; 1 Tesalonicenses 4.14–18; Tito 2.11–14; 2 Timoteo 4.6–8.) En la medida en que anhelamos este glorioso evento debemos continuar teniendo promesa, gozo y fidelidad. Debemos continuar alabando y gloriando a Dios por las riquezas que nos aguardan en el cielo. Para el católico, la promesa de la venida de Cristo es más que un tema de la teología; es un factor práctico en su vida.

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Hace 2 mil años el Señor Jesús presagió Su retorno y en este momento las profecías de Su regreso se han cumplido fundamentalmente. El Señor Jesús, nuestro ansiado Salvador, vino en secreto y es el Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso. Logró la obra del juicio empezando desde la vivienda de Dios, descubrió los secretos del plan de administración de Dios de seis mil años y expresó todas las verdades para purificar y salvar a la raza humana.

El día de Jehová, que comienza con el arrebatamiento y asimismo incluye en su introducción los juicios que preceden y prosiguen velozmente la segunda venida, concluye en el final del milenio con la destrucción final de la tierra y los cielos que en este momento existen. La posición de el día de hoy de Cristo a la diestra de Dios es descrita en el Salmo 110, pero asimismo se pronostica que va a venir el día en el momento en que El reinará sobre sus contrincantes y su poder saldrá de Sión (vv. 2, 6). De estas distintas profecías se desprende exactamente que la verdad sobre la segunda venida de Cristo y su reino es una revelación de suma importancia en el Viejo Testamento y no una de relevancia secundaria. En investigaciones precesoras al de la segunda venida ya fueron presentados los hechos principales acerca del arrebatamiento, la venida del Hijo de Dios por sus santurrones (Lección 12) y la venida de Cristo con sus santos (Lección 13). Aquí, la segunda venida de Cristo para establecer su reino será considerada en su sitio como un hecho esencial en el programa profético.

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y esperar de los cielos a su Hijo, al que resucitó de entre los fallecidos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. Mirad el labrador espera el fruto hermoso de la tierra, siendo tolerante en ello hasta que recibe temprana y tardía. Y que exactamente el mismo Dios de paz les santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El término latino traducido como «vamos a ser arrebatados» es rapiemur, forma del verbo rapio, que significa echar mano, tomar, raptar. Supuestamente San Jerónimo —traductor de la Vulgata— concibió el regreso del Señor y nuestra asamblea con Él en el cielo como una especide de secuestro masivo de los creyentes en tiempos del Imperio del Anticristo. No obstante han habido, hay y habrá múltiples que desearán hacerse pasar por Cristo.

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