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medites del genio lucas escritas
Picón Salas fue “un colosal escritor americano, quizá la prosa mucho más bien elegante y deliciosa, pero asimismo es cierto que de sintaxis no está hecho el hombre. De humanidad, sí, y el ser artista está lejísimos de eximir el cargo”. Afuera, donde llueve y los relámpagos sacuden al mundo, el gato malévolo de Gómez de la Serna vigila el movimiento de los peces. No podía faltar el carácter minimalista del animal en el relato corto. Y claro, debía ser así por dado que algo tan corto debe ser mínimo. Mínimo el texto, mínimos yo y el personaje, mínimos el sitio y el tiempo, y hasta exactamente el mismo lector.
La desaparición lo ha convertido en el visitante considerablemente más aventajado del Café Ayacucho. Nada, Aly Pérez se pronuncia desde el sitio de aquellos días. Y así, “culpado al fracaso”, quien redacta se afinca en la naturaleza viva, en las expresiones, en Dios siempre y en todo momento presente “cuando se nombran las cosas”. Ese momento funda el alfabeto de este hombre que halla el eco en muchas voces a toda hora, en el sueño y la vigilia, en toda la geografía de sus papeles. Común era verlo con la cara sepultada en los libros, allí en su casa de Los Colorados de Villa de Cura, ausente, alucinado, insulinamente perdido, dulcemente quieto sobre el esqueleto de un poema. Una lectura, la felicidad de atreverse a traspasar en la memoria de quien penetra con una obra letrada y al unísono condimentada con elementos de su cotidianeidad, universaliza la imagen, verbaliza el silencio y la lección que nos tiene reservada la observación, la pasión por cada objeto que nos conduce a recrear el mundo.
Mataron A Un Hombre Enfrente De Su Familia En Un Hurto A Una Vivienda En Campana: Detuvieron A Un Adolescente De 16 Años
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Los cambios que padece Kafka Tamura están centrados en la maldición de su padre, quien lo marca por dado que él será ejecutado por su hijo y este terminará acostándose con la madre. Edipo prefigurado, añadido por un referente que se hace aparente en la historia alterna de Satoru Nakata. A esta altura, a 25 años de la primera lectura de este poeta el día de hoy adulto mayor, sabio y hondo, vuelvo en primera persona a lidiar con sus pasos y a tratar de conseguir su tono mientras que lee en voz alta el término de todo el mundo, tan infinito como la mirada vertiginosa y lenta en el lomo de un poema a puntito de explotar el universo. La siguiente parte de este libro para “tipos” charla de Las letras y las artes en la crisis de nuestro tiempo. En estas hojas el hombre es el sino de su angustia.
Allí habitan quienes no encuentran cómo reconstruir sus vidas, un país, un microclima que los transporta al silencio, a la muerte. Una hoja vieja se nos queda en el hombrillo de la ruta que proseguimos. Hemos saltado la verja y alguna herida nos marca las rodillas. ¿Todos y cada uno de los Habituales caben en la desmesura de una pantalla de ordenador?
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reflexiones del genio lucas escritas
Esa traslación deja la evocación familiar y la captación de la montaña caraqueña. El Ávila pasa a formar parte de un personaje ineludible visto “Desde el balcón” del apartamento heredado de los abuelos. Memoria del otro lado nos transporta a sentirnos fantasmas, perseguidos, fallecidos en vida, fáciles imágenes turbias de la presencia.
- La historia de un pez que se escapó de la Eternidad”.
- Marina cierra este libro con “No me gusta ser muñeca”.
Con Schopenhauer supimos que “la desaparición es el auténtico genio inspirador de la filosofía”, y para bastantes poetas, también. Ossott nos acerca esta idea, nos la pone en frente de los ojos de la niñez para resucitar desde el pasado, desde el acento apacible de los progenitores, desde la niñez atrapada en la voz de quienes la leemos en voz alta”. Traducida por su vocación rilkeana, Hanni Ossott versificó “el secreto de la desaparición como la única verdad que no le fué revelada”, como escribió Esdras Parra acerca de la poesía de esta mujer cuyo mundo giró en torno a la palabra. Empezamos a ser cuando sabemos que la muerte se nos acerca.
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En ocasiones se muestran insinuados, otras con la cosa obvia considerablemente más elocuente. En todos sus poemas el poeta se abre, es una semilla verbal, tan vivía que no pierde instante para decir, para expandir su poder. (En este momento recuerdo a la pequeña Ramona Angosto, tan pequeña, tan muñeca, tan eterna. Ella jugó con muñecas de trapo y de barro en su pequeño planeta de Santa Ercilia y Guardatinajas. Ramona acaba de ingresar en otro libro, en el libro para toda la vida, donde sueñan y son contentos).
Tocó con prácticamente tiernicidad, con extrañeza mucho más, las marcas del objeto que tenía frente a sus ojos. Dijo de nuevo sin entender lo que hacía, por dado que la noche, el día, el calor, el frío, la vigilia, el desvelo, el apetito y la soledad lo forzaron a comprender la cosa que tocaba, la que otro podía vocalizar y de cuyo eco él se hacía parte ignota. Tomemos algo de aire y observemos a lo que nos rodea, hacia atrás. Validos de la magia, la superstición, la poesía y el delito, la alquimia verbal, dioses desconocidos o deidades invisibles, el hombre creó los sonidos para comprenderse y extenderse, prolongarse, mutarse, cambiar de piel. Tampoco se imaginó este monje que sus desvelos, -en franca relación con las luces y las sombras- lo harían el primer poeta de la lengua castellana. En este conjunto de naciones donde el curso de la voz se comporta frecuentemente como un extravío, el paraíso está en cuestión.
Tiene como claro referente la nueva historia antropológica, rama de la antropología, cuyos máximos exponentes del tema fueron Bronislaw Malinowski y Clifford Geertz. Exactamente exactamente la misma ámbas primeras generaciones de Annales, esta corriente maneja la interdisciplinariedad con otras ciencias sociales; aparte de contar con la antropología, además tiene la colaboración de sociólogos, psicólogos, lingüistas, etcétera. “Novedosa historia” es la denominación, famosa por Pierre Nora y Jacques Le Goff , que destina la corriente historiográfica que anima la tercera generación de Annales. La nueva historia trata de establecer una historia serial de las mentalidades, o sea, de las representaciones colectivas y de las creaciones mentales de las sociedades.
Entonces, Ea tuvo una gran iniciativa ¿Por qué razón no llamar a Ninurta para que acepte tan atormentado combate? Los dioses reunidos se percataron de la ingeniosa picardía de Ea, pues estaba claro que las posibilidades de que la sucesión cayese en su descendencia se incrementarían si Zu era derrotado, pero asimismo resultaría beneficiado si Ninurta resultaba fallecido en el desarrollo. Para sorpresa de los Dioses, Ninhursag, se mostró en concordancia, y dirigiéndose a su hijo Ninurta, le explicó que Zu no solo le había robado a Enlil la Enlildad, sino asimismo a él.
