Que esta verdaderamente pasando con Baruch 5 1 9

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Quien quiere determinarlo todo con leyes, provocará más bien los vicios, que los corregirá. Lo que no puede ser contraindicado es requisito permitirlo, más allá de que recurrentemente se prosiga de ahí algún daño. ¿Cuántos males, en efecto, no brotan del lujo, la envidia, la avaricia, la embriaguez y actos similares?

• Nuestros caminos espirituales llevan una vida de construcción, cuidado y reconstrucción.
• Esos bien difíciles caminos históricos, que debían ver con la relación entre religión y política, papado y también imperio, revelación y razón, eran algo considerablemente más que accidentes de europa, como lo detallan las situaciones de Averroes y Maimónides.

10Adornan con ropa a esos dioses de oro, de plata y de madera, como si fuesen hombres; pero los dioses son inútiles de protegerse a sí mismos del moho y la carcoma. 9A veces los sacerdotes les roban a sus dioses el oro y la plata para gastarlo en provecho propio, o les dan una sección a las rameras que viven al lado del templo. 8La gente toma oro y hace coronas para ponérselas en la cabeza a sus dioses, así como si fuesen muchachas que complacen de adornarse mucho. La sección primera del libro se composición en tríadas ―tres ayunos, cada uno seguido por tres visiones y después por tres alegatos al pueblo―.

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Esto, como se ve, no tiene nada que ver con el objetivo que justifica los medios de Maquiavelo. No afirma que se puede ser un criminal si con ello se garantiza la razón de Estado. Afirma que la ley puede ser vista como impía para uno que prosigue el precepto evangélico de poner la otra mejilla, pero que en un Estado justo es considerablemente más piadoso cumplir la ley.

La base ontológica del republicanismo tiene su sentido ahí. Lo que a todos perjudica –temor, inseguridad, terror–, esa contingencia concreta, a todos concierne. Asistirse recíprocamente bajo una religión pública no es opuesto a la religión de la raza humana, sino más bien su concreción. El Estado es un imperativo de concreción por dado que la contingencia es específica y porque solo en lo concreto se puede ocasionar seguridad. La ley divina define así una religión “universal o católica común a todo el género humano”.

Libro De Baruc

Baruc 1,14 dice que el libro se había redactado para ser leído públicamente en el Templo; en consecuencia, debe existir sido escrito en hebreo para tal propósito. 24Fueron adquiridos a un precio altísimo, y sin embargo no tienen vida. En la historia que se cuenta en el libro, Baruc se lamenta por la caída de Jerusalén (587 a. C.). Un ángel lo acompaña en un viaje al cielo, donde encuentra diablos y ángeles, después a Miguel, y después rencuentra el templo celeste. Este libro apocalíptico tiene un estilo similar a las escrituras atribuidas a Jeremías ― una mezcla de oraciones, lamentaciones y visiones ―. Los eruditos lo piensan como una reacción a la caída de Jerusalén, y especialmente del templo.

El establecimiento proporciona WiFi y un desayuno diario de forma gratuita. Jeremías mostrarse en público y Dios le dijo que pusiera sus profecías por escrito. Estos fueron leídos en el templo un día de ayuno por su siervo Baruc. El rey Joacim destrozó el libro y ordenó el arresto de Jeremías. “Pero el Señor se lo había escondido.” Jeremías escribió la profecía nuevamente, y después fue buscado por las autoridades militares en todo el reinado de Sedequías.

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La consecuencia de esta mayor conciencia moral del cristianismo era la asunción consciente extremista de la contingencia como el origen de la pertenencia al Estado. Ya que se trataba de una contingencia que no se podía normalizar desde el sujeto. Del revés, el sujeto como tal, en su soledad, enfrentado a la contingencia, no puede supervisar el miedo ni puede canalizar la expectativa. Solo creaciones cooperativas podían racionalizar ambas pasiones.

Sobre el cristianismo como novedosa religión postjudía no podía fundarse nada similar. Desde este criterio, todo humano debe formar parte a un Estado, la única potestad que “puede librarlos a todos del temor, a fin de que vivan en cuanto resulte viable de manera segura”. Hay un déficit entre su ánimo moral y su conocimiento y este déficit se traslada a su Ley, que es en parte sagrada y en parte humana e inclusive bastante humana.

9 despu�s de Nabucodonosor, rey de Babilonia, hab�a deportado Jecon�as de Jerusal�n a Babilonia, adjuntado con los pr�ncipes, los metal�rgicos, los nobles y el pueblo . 7 y lo envi� a Jerusal�n, al sacerdote Joaqu�n, hijo de Hilc�as, hijo de Salum, y los otros curas, y todo el pueblo que estaba con �l en Jerusal�n. 4 a los nobles ya los hijos del rey, ahora los retirados, para todo el pueblo, o sea, por lo menos, nada menos que en la mayor, a todos y cada uno de los que viv�an en Babilonia junto al r�o Sud. Que ese contenido, en el momento en que es ecuánimemente analizado, apuntan a un compilador muy posterior a Baruc; en verdad, algunos de ellos llegan tan lejos como a atribuir la composición del libro a un escritor que vivió 70 años d.C.

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Pero Harold Fich, de quien tomo esta cita, opina de manera diferente. En su “Messianic Politic”, en Menasseh Ben Israel and his world, op. cit. Para Spinoza, como es conocido, la religión solo alcanza fuerza de derecho por el derecho estatal. Por consiguiente, el culto debe adaptarse a la paz y la herramienta del Estado. Se charla del culto público, no del culto de adentro.

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