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15Y Jehová quebrantó a Sísara, a sus carros y a todo su ejército, a filo de espada enfrente de Barac; y Sísara descendió del carro, y escapó caminando. 13Y reunió Sísara sus vehículos, novecientos automóviles herrados, con todo el pueblo que con él se encontraba, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón. 5y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. 3Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, pues aquél tenía novecientos vehículos herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años. 2Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el que reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el que habitaba en Haroset-goim. Finalmente se da muerte al rey Jabín; y por un tiempo los israelitas tienen paz.
Qué detuvo a Débora, nada en tanto que se dejaba conducir por Dios con humildad y deboción. Débora es una mujer escogida por Dios, lista por Él para ser lider de su pueblo. Así mismo desea Dios prepararte a ti para conducir tu familia, para estimar a tu marido tal como es, para asesorar a tu red social o tu pueblo. En el instante en que el general Sísara vio que había perdido la guerra, huyó corriendo. Vio la vivienda de entre los amigos del rey Jabín.
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El relato destaca que Débora se sentaba bajo una palmera, la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; los israelitas asistían a ella en busca de justicia. El interés de los israelitas por “buscar justicia” puede referirse a la seguridad del pueblo en la sagacidad de Débora para solventar las discusiones tribales o las riñas entre vecinos. Ciertos hablan de a ella como la madre de Israel. Tras su victoria sobre Sísara y el ejército cananita hubo paz en la región a lo largo de 40 años.
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Débora fue una predicadora, mujer de Lapidot, que bajo la Palmera de Débora, en el centro del país, juzgaba las situaciones bastante difíciles para los jueces locales, y disputas entre las tribus. Así Débora fomentó entre las tribus dispersas un sentido de unidad y lealtad a Yavé que les hacia falta para batallar contra los cananeos. Israel ganó completamente la victoria contra sus enemigos en aquel día. Tras eso hubo paz en Israel durante 40 años. seguramente las cosas hubiesen sido distintas si Débora no hubiese amado ir a la guerra. Merced a su lealtad y celo – su poder para accionar – se hizo la voluntad de Dios, e Israel fue liberado.
Este poderoso relato, idea de una sola mujer, marcó la paz del pueblo de Israel durante 40 años. Durante un buen tiempo impregnó la literatura bíblica, de manera especial los Cantos, y sigue siendo más que nada una hermosa lección sobre el valor y el ministerio de una mujer llamada Débora en los viejos tiempos bíblicos. Una metáfora que puede aplicarse sin titubeos a esta mujer intrépido y tenaz que durante cuarenta años formó parte de los Jueces de Israel, en una temporada delicada y tensa frente a la opresión que sufría su pueblo por los cananeos en el siglo XII a.C. Catherine Scheraldi de Núñez es la mujer del pastor Miguel Núñez, y es doctora en medicina, con especialidad en endocrinología. Está encargada del ministerio de mujeres Ezer de la Iglesia Bautista En todo el mundo. Conduce el programa Mujer para la gloria de Dios, en Radio Eternidad.
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Se define y limita de antemano el género de vocación que les resulta permitido ejercer o entrenar. En el Nuevo Testamento tenemos la posibilidad de consultar que dentro de las comunidades cristianas todas las vocaciones están abiertas a hombres y a mujeres, ya que la vocación es dada por Dios. Tengamos presente que Israel había sido oprimido por los Cananitas a lo largo de 20 años, y el comandante de su ejército, Sisara, tenía 900 automóviles de hierro.
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El mismo pereció en su huída a cargo de una mujer, mientras descansaba fatigado en una tienda. Dios llevó a cabo una gran victoria por medio de una mujer. Barac contribuyó a exactamente la misma, pero las alabanzas no recayeron sobre el. Débora era poderosa por visto que la movía el Espíritu del Señor. De El recibía su inspiración y el fuego de su corazón.
- Cuando el general Sísara vio que había perdido la guerra, huyó corriendo.
- Débora fue la cuarta juez o caudillo que rigió sobre las tribus de Israel.
La relación estrecha que destila la actuación de Débora y Yael con la valentía de Judit destaca que las heroínas del tiempo de los jueces esbozaron el modelo de la mujer comprometida en la liberación de su pueblo. Al decir de los estudiosos, el poema es muy, muy antiguo. Sin duda, el redactor del libro de los Jueces puso el cántico en labios de Débora y Barac para recalcar de qué forma los dos personajes encomian la actuación del Señor que salva a su pueblo y termina con los enemigos.
La comunidad oprimida reconoce bajo el manto de Débora la identidad de la mujer “que juzga”; es decir, el rostro de la mujer con la capacidad de “hacerse cargo de la guerra” para socorrer a Israel de la ferocidad del ejército de Sísara, general de Yabín. Como apunta la narración, tras la muerte del juez Ehúd, los israelitas ofendieron de nuevo al Señor con su conducta, y el Señor los entregó en poder de Yabín, rey cananeo de Jasor; el jefe del ejército de Yabín era Sísara que radicaba en Jaróset Goim. Los israelitas clamaron al Señor, pues Yabín, que tenía novecientos vehículos de guerra, llevaba oprimiéndolos veinte años. A nuestro comprender, el libro persigue dos objetivos complementarios. En segundo término, la obra señala la turbulencia política de la temporada de los jueces para urgir, de esa forma, la instauración de la monarquía, el sistema político que, según sentencia el redactor del libro, conferirá solidez al a red social israelita. DÉBORA mira a los soldados reunidos en la cima del monte Tabor.
Israel había estado 200 años sin líder tras la caída de Jericó. La expresión “padre mío” señala, desde el prisma de la metáfora, el deber de Elías por ‘engendrar’, desde la identidad insípida de un labriego de Abel Mejolá, a un profeta definitivo en la crónica de Israel, Eliseo. Blog de Francesc Ramis Darder sobre literatura, teología, historia, arqueología del Oriente viejo y su relación con la Biblia. Débora fue la cuarta juez o caudillo que rigió sobre las tribus de Israel.
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