Contenido
la parabola del sembrador
Una vez que el agricultor a concluido su trabajo de siembra es necesario esperar a la cosecha. La que va a ser diversa en dependencia del rincón en el que hayan caído las semillas. El contexto en el que Jesús cuenta esta parábola es bien preciso. Estaba predicando la llegada del Reino por medio de su palabra, que debía ser escuchada y puesta en práctica. No es la primera vez que se compara la palabra de Dios con la semilla, ahora lo logró el profeta Isaías . El título de la parábola viene dado por el mismo Jesús (13,18.).
En el momento en que existe aprecio sincero, cuando valoramos lo encontrado, hasta en las relaciones de familia es aplicable, lo ofrecemos todo. Luego se cuenta que esa semilla puede caer sobre espinos, o sea, que múltiples oyen el mensaje católico, les hace gracia, pero no lo opínan un tema serio, y solo se ocupan de vivir para ellos o a ganar cuanto más dinero mejor. Primeramente, están el sembrador (que muestra al mismo Jesús) y la semilla . Vienen, ahora, las diferentes clases de tierra, con sus óbices, y las diferentes contrariedades que halla la semilla en su avance. En función de las adversidades con que esté, la semilla se desarrollará o no, e inclusive llegará a secarse y fallecer.
El Mensaje De Jesús
Pero, también nos puede ocurrir que acojamos la palabra, como «buenos acólitos», con alegría, podemos recoger el fruto de precisamente exactamente la misma, pero en el instante en que llegan los instantes de contrariedad la claudicamos. Suponemos en Jesús y en su palabra mientras que la vida nos sonríe, pero en el momento en que llegan las vicisitudes preferimos arrojar la toalla y no sugerir la cara. No estamos prestos a seguirle por el sendero hacia la cruz. Dichosos, bienaventurados, contentos son esos que acogen en su corazón y en su historia la palabra de Jesús.
Más allá de que es verdad que no pasa en todos y cada uno de los casos, en ocasiones para múltiples personas el cristianismo ya no es referencia seria o como modo de cultivarse día a día en una relación personal con Dios. Tienen la posibilidad de llegar, por servirnos de un ejemplo, a perder toda referencia ética, lo que transporta también a perder toda promesa, algo que podría proseguir impulsando el corazón para toda obra buena y mirar al futuro sin desfallecer. La semilla del reino de Dios había hecho lo que había podido, pero al final no habría logrado arraigarse de forma fuerte en sus vidas ni proporcionarles sentido y promesa.
En el momento en que la multitud escuchó las parábolas, les parecía poco más que una historia atrayente, pero sin ningún sentido, que no enseñan la realidad espiritual. “Otras semillas caían entre las rocas, donde no había mucha tierra. Esas semillas se convertían en plantas con determinada facilidad. Pero como las raíces no podían encontrar agua, las plantas morían tan veloz subía la temperatura.
la parabola del sembrador
Leer mas sobre geografiamoderna.com aqui.
Pero por gracia de Dios, Él te puede transformar. Si esta Palabra te logró meditar y considerás que tu estado espiritual no es el mejor, pedile a Dios que te transforme y perdone. Él es poderoso para editar y salvar aún al peor de los pecadores; no hay pecado tan chico que no necesite perdón, tal como no existe pecado tan enorme que no se logre perdonar. Jesús no tiene relación aquí a la tierra que está superficialmente llena de piedras que alguno podría sacarlas y listo; sería tierra fértil. Él tiene relación a un lote pedregoso que, aunque consigan sacarse las piedras de la superficie, bajo la tierra prosigue llena de piedras.
Esta obra es un canto a favor de la solidaridad, entre personas que no se conocen, entre pueblos, entre etnias. Mediante las parábolas, Jesús puede dejarse entender mejor por aquellos que lo escuchan, éstas tienen la posibilidad de contribuir a una entendimiento mucho más clara del mensaje del Reino, pero hay que estar libres a acoger dicho mensaje y presto a ponerlo en práctica. Jesús no pone frente a nuestra propia vida, a través de ejemplos fáciles, para que podamos entender mejor lo que en ella nos pasa, pero debemos abrir la cabeza y el corazón para dejarnos apresar por el mensaje de Jesús. En término de comunicación podríamos decir que tenemos que estar dispuestos a separar el ruido de nuestro desarrollo comunicativo, en el momento en que el emisor nos está mandando un mensaje que podemos decodificar de manera impecable ya que entendemos su código. Por servirnos de un caso de muestra, los dos discípulos que sin percatarse trataron con Jesús en el momento en que iban camino de Emaus, percibieron que mientras que él les aclaraba las Escrituras, su corazón “ardía“.
Conocí la literatura de Octavia Butler con Vínculo, también editada por Capitán Swing. Por otra parte, los acólitos oyeron la enseñanza de las parábolas de Jesús y de sus facultades de percepción espiritual desarrolladas; y las enseñanzas de Jesús sobre el reino, se hizo considerablemente más claro para ellos. Es en ese punto en su ministerio que Jesús empezó a instruir empleando parábolas, que son historias terrenales con concepto celestial. Jesús eligió deliberadamente a retener la realidad acerca de sí y el reino de las masas.
Lea mas sobre gestiondeflotasdetransporte aqui.
Cuando llega la persecución y el sufrimiento a sus vidas por causa de la Palabra de Dios, se olvidan de lo que han escuchado y se separan del Señor. La incredulidad, la dureza del corazón y el apego a los errores son los enormes óbices que previenen discernir las verdades eternas. Los discípulos de Jesús sí tenían sus oídos preparadas para oír.
Jesús sale de su casa y a su alrededor se aglomera una gran cantidad de gente. Sube a una barca y se sienta, posición habitual de los profesores, y comienza a enseñarles. Les enseña a través de historias de la vida diaria, imágenes y comparaciones, precisamente para que todas aquellas personas que están enfrente de él consigan comprenderle y puedan recordar mejor sus expresiones.
- Al paso que Jesús viajaba por los campos con sus acólitos, muy frecuentemente multitudes se acercaban a él para escucharle.
