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oracion casa de jerusalen
Unos cien años tras la captura del reino del norte, el reino del sur fue conquistado. Jerusalén, la ciudad más importante del reino, fue destruida en el año 586 a.C., y varios correspondientes de ámbas últimas tribus de Israel que quedaban fueron tomados presos. Años más tarde, algunos de los integrantes de esas tribus volvieron y construyeron nuevamente la ciudad de Jerusalén. Antes de la destrucción de Jerusalén, Lehi y su familia, que eran pertenecientes de la vivienda de Israel, se fueron de la región y se establecieron en las Américas.
Los sumos curas, los escribas y visibles del pueblo saben verdaderamente bien de qué se habla todo lo citado y desean quitarlo de en medio, que no les paralice ni boicotee sus negocios. Convirtamos el Templo en nuestra segunda casa, hagamos del Templo el segundo rincón considerablemente más visitado, allí siempre y en todo momento vamos a encontrar paz y tranquilidad para charlar con Dios y recibir su luz. Es de este modo, como los Evangelios nos enseñan que el Templo es la vivienda Dios, allí en esa morada especial, es un espacio donde quiere ser adulado, de una manera particular, teniendo en cuenta su presencia.
Oración A La Santa Cruz De Jerusalem
Como leemos en los versículos 15-17, «al llegar a Jerusalén» [en el segundo día, es decir, el lunes] Jesús entró en el área del templo y comenzó a despedir a los que estaban comprando y vendiendo allí. Este espectáculo de personas realizando negocios en los límites del templo en sí, probaba un desprecio total y absoluto por Dios y por la santidad del templo. De hecho, existe alguna prueba de que estos mercados fueron libres en un inicio por Caifás, el supremo pontifice en turno cuando Jesús entró en la ciudad, unos cuarenta años antes de que Jesús llegará a Jerusalén cerca del año 30. Había 4 mercados en las laderas del Monte de los Olivos en los que los peregrinos podían conseguir palomas y distintos elementos para los sacrificios en el templo a lo largo de una peregrinación. Mucho más arriba estaba el «Atrio de los Curas», al que como su nombre señala solo podían entrar los sacerdotes.
El Templo no es un centro de comercio, es un espacio para ocupaciones eclesiásticas y religiosas. Por esa razón la multitud de mercaderes que vendían animales para prestar los sacrificios, según lo señalaba la ley, fueron expulsados por Jesús. y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que alteraban dinero allí sentados.
Mi Casa, Casa De Oración Va a ser Llamada
El evangelismo siempre y en todo momento fue parte escencial de nuestra misión. Sin embargo, en ese instante, fijamos nuestros corazones para acrecentar de forma importante nuestro evangelismo y ministerio a otros fuera de la Base de Metas. Así que estamos comenzando varios nuevos ministerios de alcance que seguirán 24/7 a la vera de nuestra oración y adoración 24/7. Creemos que tenemos la posibilidad de ministrar mejor en el momento en que nuestras vidas están arraigadas en oración y adoración enfocada en intimidad con Dios, mientras intercedemos por un rompimiento de la plenitud del poder de Dios.
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Durante los 19 años de ocupación jordana, la visita a sitios sagrados era muy restringida, tanto para judíos para cristianos. Los lugares sagrados fueron profanados, y se demarcó una fea “tierra de nadie” entre el este y el oeste de Jerusalén. En 1967, Israel y Jerusalén fueron de nuevo atacados por varias naciones vecinas. Prodigiosamente, en solo seis días, la guerra terminó y también Israel ganó.
«Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones» – Lucas 19, 45-48
Jesús se encara a los cambistas y mercaderes del Templo de Jerusalén. "No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de comercio”, profirió mientras que los expulsaba. https://t.co/E0QsmbP3rv pic.twitter.com/CPvE2xQwDT
— Bolapicsa 🍔 (@Bolapicsa) March 20, 2021
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Sin embargo, en el momento en que uno visita esos reinos, encontrará extraordinarios palacios y una cantidad enorme de turistas que los visitan anualmente. Si alguien llega a conocer un miembro de la familia real, lo recordará por el resto de su crónica. En el momento en que uno se casa, el planeta lo celebra con colosal pompa. Sus palacios son muy protegidos, muchas veces con altos muros y fosos de agua alrededor. La multitud tiende a admirar dichos símbolos de poder, excelencia y autoridad. Ciertos tuvieron buenas pretenciones, pero otros han esperado deponer sus gobiernos.
- La próxima oración es de forma especial vigorosa para casos bien bien difíciles, desde los inconvenientes económicos, hasta espantar personas negativas.
Me llama la atención la hondura de oración que tienen muchas de mis amistades judías. Ellos participan en frases anatómicos tres ocasiones cada día (en la mañana, la tarde y la noche), y asimismo frecuentemente cada día en el instante en que bendicen a Dios por casi cualquier tema. Es muy común ver a judíos devotos orando los cánticos mientras que viajan por autobús. En el final, muchas personas judías describen que reaccionan a los hechos del períodico vivir con una oración espontánea. En el momento en que me entero de un ataque terrorista en Jerusalén, dejo lo que hago y oro por los heridos por sus nombres.
Jerusalén, la ciudad santa, la ciudad real de Dios, será centralmente importante por siempre y en todo momento y en todo instante. El nombre de Dios, a veces traducido como SEÑOR o Jehová, es descrito por el pueblo judío como el “Tetragrámaton” por el hecho de que radica de 4 letras hebreas, yud-hey-vav-hey, o YHVH. El pueblo judío opina que asimismo es un nombre inefable de Dios. Comentan que por reverencia a Dios, no hay que vocalizar sino se debe reemplazar por SEÑOR, Adonai, o HaShem (realmente, “el Nombre”). Cristianos han intentado pronunciarlo como Yahvé o Jehová. Estoy prácticamente segura que ninguna pronunciación es adecuada, y yo quiero usar las letras particulares o la palabra SEÑOR.
De esta manera, en la vivienda del Padre hay un número de habitaciones, aposentos o cámaras. Solo ya que Dios lo prometió no quiere decir que lo contamos. Mediante esta clase de oración con fe, Dios asegura y nosotros nos apropiamos. Si no nos apropiamos en fe, la promesa de Dios continúa sin reclamar.
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