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lucas 17 11-19
Ser hechos limpios incluye dimensiones adicionales como la salud popular y religiosa. Ahora, los que eran leprosos fueron restaurados y tienen la oportunidad de regresar a ingresar en la sociedad – de nuevo van a poder loar en la sinagoga y en el templo. Este detalle es pequeño pero esencial.
Los diez leprosos han tenido fe en Jesús desde el instante en que se pusieron en sendero para cumplir su consigna. Si no hubiesen confiado en que sanarían no hubiera tenido sentido seguir a los sacerdotes a mostrar su curación. El relato nos enseña que no solo debemos soliciar a Dios el “don” que requerimos, sino más bien además darle las gracias tras haberlo recibido.
Sobre El Evangelio De San Lucas N 2, 40: Pl 165, 426
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Y vino “glorificando a Dios a enorme voz,”. Todos y cada uno de los que Dios salva se transforman en reales adoradores de Dios. y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. El día de hoy hay muchos “leprosos marginados”, que quizá no me dan compasión y no hago nada o poco por ellos. Hay un acompañamiento indirecto a los paganos y samaritanos convertidos a la fe en el instante en que se escribió este evangelio, al paso que los judíos, como pueblo, no entraron al cristianismo. y se echó a sus pies rostro a tierra, dándole las gracias; este era samaritano.
La Crónica De Los Diez Leprosos
De esta forma, ya que, al esforzarse los leales por confesar todos y cada uno de los fallos que les vienen a la memoria, sin duda alguna todos y cada uno de los exponen a la divina clemencia, a fin de que les sean perdonados [Perro. Mas los que de otra manera actúan y se retienen a propósito algunos, nada ponen enfrente a la divina bondad a fin de que les sea remitido por ministerio del sacerdote. «Por visto que si el enfermo se avergüenza de comprender su llaga al médico, la medicina no cura lo que ignora». El tomó nuestra debilidad, cargó con nuestros dolores, fue fallecido por nosotros para socorrer, sus heridos nos curaron. El nos ha salvado de la maldición haciéndose maldito por nosotros.
Pero solo este extranjero verdaderamente vio. Este ver no es algo solo de la visión sino más bien del corazón. El vio la clemencia tan grande que Dios había hecho con él. El demostró que tenía fe salvadora y los otros no. Nos dice Lucas que tan rápido fueron sanados uno regresó a Jesús y le adoró. Solo uno probó tener fe salvadora.
lucas 17 11-19
Todo el que procure socorrer su vida, la perderá; y todo el que la apierda, la salvará. y se postró sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole agracias; y este era samaritano. ¿Da merced al siervo por el hecho de que logró lo que se le había mandado? Te doy gracias, Señor, por tu perdón en el instante en que yo soy malagradecida/o.
Empecemos por agradecer cada día a Dios sus dones. Los diez leprosos tuvieron fe en Jesús, pero la del leproso complacido era diferente, tenía algo especial que lo transporta a comprender en Jesús algo mucho más que un curandero, los otros nueve no pasaron de ahí. La lepra de la que charlan los contenidos escritos viejos no era la patología que hoy detalla la ciencia médica. Cualquier enfermedad de la piel que pareciese sospechosa era considerada lepra. Los leprosos no podían si quiera arrimarse a un viajero por el sendero. En ocasiones los leprosos sanaban, entonces tenían la obligación de presentarse a un sacerdote a fin de que hiciese la comprobación y los reintegrase en la vida popular y familiar que habían debido abandonar.
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Tú jamás me quitas los regalos o me castigas. Y por mi bienestar, por mis relaciones y por todo cuanto me has concedido, estoy hoy profunda y honestamente agradecida/o. Puedo pasar toda mi oración de hoy recordando múltiples de los provecho que he recibido de Dios, y agradeciéndoselos muy sinceramente. Habitamos tiempos de derechos, en el instante en que asemeja que cada día es más larga la lista de lo que clamamos que es nuestro por derecho. Pero, ¿de qué forma podemos ser felices sin ser agradecidos/as? Todos fueron sanados, pero solo uno volvió para agradecer a Jesús.
En aquel momento curó a varios de sus anomalías de la salud y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Ordena presentarse a los sacerdotes, que era los responsables de discernir si las manchas eran o no lepra, o si la afección había desaparecido (Lv 13-14). A diferencia de la curación del leproso en Mc 1,41 , en este relato Jesús no utiliza ninguna palabra o signo.
- En palabras fáciles, un leproso se consideraba una escoria de la sociedad.
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Como cristianos nuestra fe en Él ha de ser como la semilla de una flor que va medrando día a día. Una fe adulta, alegre, llena de vida de energía que alivie el dolor de los marginados, de los que viven en soledad y como es natural de los enfermos. El samaritano probó su alegría, su gozo, alabo al Señor Jesús, se acercó a Él por el hecho de que su historia desde ese instante era diferente. Los leprosos se acercan a Jesús, guardan la distancia requerida por la ley y le piden a Jesús que tenga clemencia de ellos. Jesús los manda a fin de que vayan donde están los curas. 16 y se arrojó a los pies de Jesús con la cara en tierra, dándole gracias.
