Lo que Todo el planeta Ha de saber Sobre No Os Conformeis A Este Siglo

no les conformeis a este siglo

El inmovilismo no debe ser parte de la vida del católico. Esta palabra es sumamente atrayente por el hecho de que destaca un cambio en lo interno en contraste con “susquematizo” , que destaca un cambio de afuera y de apariencia. La contestación de Dios para la superficialidad y la vida fundamentada en apariencias es la transformación interna, la capacitación de la imagen de su Hijo en nosotros. Y el planeta pasa, y sus deseos; pero el que hace la intención de Dios continúa para toda la vida. en los deseos de nuestra carne, haciendo la intención de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de la furia, lo mismo que el resto.

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Y No Os Conforméis A Este Siglo

mediante las que nos ha concedido sus preciosas y increibles promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el planeta por causa de la concupiscencia. ¿No sabéis que la amistad de todo el mundo es enemistad hacia Dios? Por consiguiente, el que quiere ser amigo de todo el planeta, se forma enemigo de Dios. El planeta no puede odiaros a nosotros, pero me odia, por el hecho de que yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. 3Digo, pues, por la felicidad que me resulta dada, a cada cual que está entre nosotros, que no tenga más alto término de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a medida de fe que Dios repartió a cada uno.

• De esta forma, no seáis necios, sino entended cuál es la intención del Señor.
• En los últimos tiempos el confort individual, tuvo un enorme apogeo.

1) Por el hecho de que la fe es un obsequio de Dios y por consiguiente no da ubicación a la vanagloria. La fe por naturaleza no se fija en la propia identidad, y además es un obsequio. Cualquier persona que sea la medida de fe que tenga, no la consiguió usted. .Estas personas religiosas dismuyen la pureza del evangelio y lo que en la práctica debían ofrecerle repugnancia lo amoldan de forma facultativa a sus vidas ensuciando el mensaje de salvación . Lo que múltiples cristianos olvidan o no entienden es que para que la ofrenda pueda ser aceptada por Dios debe fallecer, . El cristianismo de hoy, que únicamente desea invitar a Jesús a su vida o al corazón, sin primero fallecer y arrepentirse, no puede ser llamado cristianismo.

Del mismo modo, tampoco puede ser considerado como una ofrenda a Dios. El machismo y el feminismo son herramientas triunfantes del enemigo en una sociedad donde reina el orgullo humano. Estas son recetas infalibles para el desastre conyugal. El patrón de Dios piensa amor, entendimiento, comunicación, abnegación, perdón y sumisión recíproca. El ejemplo supremo para el esposo es Jesucristo; el ejemplo supremo para la mujer es la iglesia. Si queremos tener buenas familias, debemos tener buenos matrimonios; y si queremos tener buenos matrimonios, entonces debemos regresar al principio.

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no les conformeis a este siglo

y pida que se le muestre en su historia, encontrará que su voluntad le acompaña siempre y en todo momento y en todo instante, posiblemente no siempre entienda su propósito, pero va a poder ver su divina mano, actuando para bien, en las más desfavorables ocasiones. Hablamos de una relación personal con el Constructor del Cosmos, procurarlo fervorosamente, dejar que nos pruebe su amor, hacer llegar tiempo con él, y entender su carácter. El paso primordial para exceder el modo de vida que nos muestra el mundo, es comprobar nuestras convicciones. No conversamos de una sucesión de reglas o principios que nos parecen correctos, sino de aquella clase de convicciones por las que estamos prestos a prestar nuestra vida. El cristianismo no es un grupo de enunciados filosóficos, que ayudan a las personas a sentirse mejor, o una secuencia de reglas para realizar la vida mas hastiada, en ninguna forma. Todas y cada una la gente que sepas el día de hoy están tratando mudar su historia de alguna forma.

La novedosa vida es, en esencia y carácter, muy distinta a la que hasta entonces se llevaba. Una obra transformadora ha comenzado ha efectuarse a nivel del elemento mucho más indispensable del ser, el de los pensamientos y el corazón, y esta obra resultará en una personalidad transformada completamente fundamentada en una nueva y superior regla ética para el vivir , y en un desarrollo continuo de avance y renovación personal. Una “visión cristiana” que no dé el valor requerido a esta novedosa condición moral en la persona, no es verdaderamente cristiana. Con lo que, entre las mucho más evidentes obras de la felicidad divina en el hombre, es su transformación moral, la que contempla, entre otras cosas, la renovación y cambio del modo de meditar. Las preferencias del cristiano no deben estar en las cosas de este planeta, puesto que todas las cosas de este mundo pasan, acaban en algún instante, nuestros elementos, permisos, juventud, amigos, dinero, etcétera.

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Por eso Dios no desea que andemos de conformidad con este siglo o este mundo. más en el patrón de este planeta, sino más bien de transformarse por la renovación de su cabeza. á este siglo; mas reformaos por la renovación de tu entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena intención de Dios, atrayente y especial.

Debemos influenciar al planeta y no el mundo a nosotros. Y no les conforméis a este siglo; mas transformaos por la renovación de vuestra alma, a fin de que experimentéis cuál sea la buena intención de Dios, satisfactorio y particular. Y no les conforméis a este planeta; mas transformaos por la renovación de vuestra cabeza, para que comprobéis cuál sea la buena intención de Dios, interesante y impecable.

Digo, ya que, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre nosotros, que no tenga mucho más prominente término de sí que el que debe tener, sino piense de sí con cordura, según la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Por dado que de él, y por él, y para él, son todas las cosas. 36Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.

En contraste a la iglesia, que se le ha prometido bendiciones espirituales y que no son de este planeta. Los hebreos podían tener afán por hacerse rico, por conseguir especificaciones, por tener poder, pues Dios les prometió que se las daría, pero a los cristianos nos pone un colosal freno y nos manda que por nada estemos afanados, que no amemos las riquezas, ni al dinero, ni la vana gloria, etcétera. Nos manda que nuestra atención ha de estar en las cosas del cielo y no las de este mundo.

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