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medites del genio lucas escritas
Si o sea de este modo, ¿Por qué en los primeros siglos los sacerdotes establecían la palabra de Jesús basándose en los apócrifos? , ¿por que en los primeros siglos todos y cada uno de los libros eran considerados divinos y por el momento no? , ¿Por qué después los apócrifos han sido perseguidos y condenados por la Iglesia desde hace tiempo, deseando desaparecerlos completamente de los ojos de la raza humana? Las primeras noticias sobre la presencia del Libro de Enoc llegaron a Europa hacia principios del siglo XVIII, cuentan que Enoc, no murió sino que fue arrebatado y llevado a los cielos por un carro de fuego. Utu, es el hijo de Nanna y Ningal y es el dios del sol y la justicia, se marcha al inframundo al final de cada día poniéndose en la “montaña del oeste” y amaneciendo por la “montaña del este”, una vez allí dictamina el destino de los muertos.
Todos los cuentos fueron escritos con elegancia y elegancia, próximas a las de Kawabata en las novelasPaís de nieve y Kioto. Estas informaciones se ven en la utilización de las imágenes, en el ritmo de las acciones. Naturalmente, el paisaje del asimismo creador de Períodico de un jóven atiende considerablemente más a la mirada instantánea. Akutagawa se detiene con más paciencia y atención en los individuos, a quienes circunda de problemas, los que extiende hasta convertirlos en una atmósfera con determinada tensión sicológica. Se imagina la desaparición, la existimos en creer que ésta es.
Lo Que No Puede Separarte Del Amor De Dios
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De ahí que los ojos de las vacas de Sánchez Peláez son oblicuas, rectas y agachadas. Y como de esta forma son ellas, si bien tenga semovientes de ese tipo en su patio o en un poema, que no el poema mismo, curvo, sorpresivo, imaginario, mareante por lo que tiene de continuo el golpe del mar contra la costa de sus expresiones. Se redacta sobre la piel de los hechos, sobre el cuerpo vivo de un mundo agitado por la política, la pobreza y los cataclismos naturales.
En el momento en que se casaba una pareja en Palestina no se iban a otro localización a pasar la luna de miel, sino más bien se quedaban en el hogar y tenían convidados toda la semana. Se ponían la mejor ropa que tenían; en ocasiones, hasta se ponían coronas; esa semana eran los reyes, y su palabra era la ley. El sistema de impuestos se prestaba a abusos. Mientras que el recaudador entregara la cantidad asignada en el final del ejercicio, podía quedarse con lo demás que le hubiese sacado al pueblo. Y como no había periódicos, ni radio, ni televisión para que los avisos llegaran al mundo entero, las personas corrientes no tenían idea de lo que tenían que pagar. Lo fantástico aquí es que lo que salvó a ese hombre fue la fe de sus amigos.
Este poema conversado, como casi toda la poesía de Moore, repasa el libro de historia de aquella nación que aún se enfrentamiento entre el apellido del militar y la modernidad democrática. Usted se preguntará a qué viene esta carta de un irreconocible y yo me pregunto lo mismo, digo, por la carta (que puede tomar como un antipoema que no es tal pero que podría semejarlo), no por la alegría de leerlo o saberlo vivo pese al peregrinar de los sinsontes y el agotamiento de la cubierta de ozono. Se va a preguntar qué hace en sus manos este papel arrugado que le llega y que indudablemente no acabará de leer por la extensión de quien piensa que usted forma parte de un largo relato. Es considerablemente más, se ha creído que usted es una ficción que nos anda obsequiando fantasías tan reales que pertenecen a nuestros sobresaltos, poemas peculiares o espectaculares, pájaros de papel que caen desde los volcanes de Chile. O que también son parte de los interminables terremotos de esa tierra donde nacen versistas como espigas y acaba un conjunto de naciones en la delgada tira de un país donde se comen empanadas y se baila cueca. El lector se va a preguntar por qué razón una antología “presunta”.
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Los cajones llenos de sombras, de apellidos, la melancolia y Miguel Ramón Utrera en su “otra claridad”, que se encuentra en el río y en el aire. Ciertas cartas lanzadas al aire, a versistas y al tiempo. Un homenaje fallido a Borges toma cuerpo en unos versos donde la noche comienza y acaba en “el paso del tigre blanco de Sumatra”, pues Aly Pérez tenía en Villa de Cura toda la geografía, toda la tierra obtenida en los ojos, “donde el ángel de las sombras” alcanza el zumbido de sus trazos verbales.
¿De qué forma no realizar ficción con un texto que lo empuja a uno a ser una parte de la tensión de una popularizada charla donde un desquiciado que se cree marciano intenta seducir a un locutor de que debe efectuar filas en su mundo? ¿De qué forma no pensar que Kobo Abe tenía la mirada puesta en la tierra y deseaba que el hombre fuera tan cósmico como un meteorito? Quien entre en esta historia pensará que charlamos de una simple banalidad, de un juego infantil donde una cinta cómic trata de hacernos entender que el mundo se dilata bajo la luz intensa de una nave espacial. No; esta novela de Abe es muy humana, idénticamente humana. Un poema de Wilfredo Carrizales germina en el muro que una foto funda en una vieja pared china. Podría ser asimismo la cara de un adulto mayor, la mano de una estatua, un paisaje cuyo fondo tiene dentro la mucho más dura de las heladas de ese lejano país asiático.
d) La lealtad a Jesús tendrá su recompensa, y la traición su castigo… Si le somos fieles en el tiempo, Él nos lo será en la eternidad; si intentamos de seguirle en este planeta, en el venidero Él nos irá a admitir como suyos. Pero si con nuestra vida le negamos, aunque le confesemos con nuestros labios, llegará el día cuando Él deba hacer lo mismo con nosotros. Esto es, que era el responsable de la administración de la sinagoga y de sostener el culto público. Había llegado como mucho alto en la estimación de sus semejantes. Parecía así como si la vida, como pasa en ocasiones, le hubiese dado ampliamente varias cosas, pero en este momento estuviese a puntito de sacarle la considerablemente más bella.
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En el desenlace Jorge solicita consejo a Felipe para enamorar a Carmen. El sueño sirvió para descubrir que Carmen no era una “mosquita fallecida”, como en la verdad todo el planeta lo creía en el colegio. Y llegamos al cuento que le da título al libro, “¿Qué haces tú en mis sueños? Es un relato que se hace mediante un mensaje electrónico que Jorge le manda a su hermano Felipe, quien estudia en el extranjero.
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Cernuda fue traducido al japonés por esta mujer. Que este libro, como me sucedió a mí, lo lleve por exactamente exactamente los mismos caminos de estos señores cuyos dones leemos de mano del también don Gonzalo Fragui. “Estando grave don Rafael en su lecho de muerte, vino uno de sus hijos e procuró mudarle un viejo crucifijo de madera por uno nuevo y plateado que le habían llevado de la zona. De hecho, hay extractos universales, tanto que se quedan en sitios pequeñitos y allí echan raíces hasta quedarse sembrados en los pueblos adosados a las montañas y en sus viejos nombres indígenas. Hablamos de una enana enciclopedia de metáforas y también hipérboles clásicamente populares.
- Pero volvemos por la noche, al campo de la palabra y el sueño.
- C., la reflexión sobre la historiografía misma aparece en España como necesidad derivada de la acumulación de tan ingente corpus cronístico, siendo su primer intento la Novedad y juicio de los más principales historiadores de España, de Gaspar Ibáñez de Segovia, Marqués de Mondéjar .
