La trampa del Oracion De La Armadura De Dios

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Es escudo hace referencia a que nos cubramos y protejamos todo nuestro cuerpo, los escudos de los soldados son fuertes y resistentes y se cubrían de cuero en tanto que los contrincantes realizaban sus ataques con flechas en llamas y de este modo el cuero era un aislante. Este escudo es el que nos deja que ninguna de las flechas de la maldad lleguen a nosotros encendidas. Usaré la espada del Espíritu con mi mano derecha, en la medida en que es la mucho más filosa de todas las espadas, y con ella penetraré y discerniré las pretenciones del corazón. Deseo que me cubras con tu sangre bella a fin de que mi corazón sea limpio y que en él no entre ninguna maldad. Me coloco el Zapato para llevar tu Palabra, para llevar tu paz y que quien me vea a mi te vea a Ti. Me coloco la Coraza sobre mi corazón a fin de que palpite solo para Ti.

En el mundo espiritual, tambien necesitamos una armadura que nos resguarde y nos ayude a encararnos frente todas y cada una de las adversidades que se nos logren enseñar en la vida. de la cabeza, del cuerpo, de los accidentes, de los depredadores y de los maleantes. Unge a cada uno de mis hijos con Tu favor y protección, dejándolos descansar seguros en tus manos. En el momento en que invocamos al casco de la salvación, le solicitamos que los proteja de toda tentación que venga por el intelecto (ideas, conceptos, pensamientos, recuerdos, etcétera.).

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Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la realidad, envueltos con la coraza de justicia, y con los pies calzados con la predisposición de predicar el evangelio de la paz. Aparte de todo lo mencionado, protéjanse con el escudo de la fe, para que logren apagar todas y cada una de las flechas incendiarias del maligno. Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Por ende, tomad toda la armadura de Dios, a fin de que podáis soportar en el día malo y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad pues firmes ceñidos nuestros lomos con la realidad y vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

Esos que no están acostumbrados a rezar, primero deben disciplinarse a sí mismos. El Espíritu obra en nosotros una oración en el interior, es decir, una oración honesta sin expresiones, pero apuntada por medio del Espíritu, transmitiendo las frases del corazón al campo de nuestra comprensión. Una oración incesante como esta incrementa nuestro contenido en la vida y multiplica nuestros recursos en el cielo; y por medio de la oración además la paciencia y la mansedumbre se manifiestan en nuestras vidas más naturalmente, ya que el Señor está cerca. Es así como suena lo que afirma Satanás en el instante en que un alma va a efectuar una obra de fe.

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Los pies tienen que tener una protección para continuar en un enfrentamiento, en la medida en que nuestros contrincantes tienen la posibilidad de colocar cosas puntiagudas y que corten, trampas para que caigamos en la tentación y no aceptar nuestro avance. Pero es a través de Cristo que nuestros pies se mantendrán con solidez y seguirán llevando el evangelio de la Paz. Por eso debemos continuar caminando firmes y ganar lote en nuestras vidas para que lleguemos al reino de Dios, puesto que él es quien nos capacita y no hace ser nosotros mismo por medio de la paz.

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• Dedica tiempo a Dios, al conocimiento de su palabra, al leer y absorber la palabra de Dios vas al mismo tiempo nutriendo la fe.
• Me coloco las sandalias del Evangelio de la Paz, y me calzo los pies de la Plenitud del Evangelio, para proceder a proclamar la Buena Novedosa de Nuestro Señor Jesucristo.

Por eso debemos estar vestidos con la justicia de Dios que solo se consigue por medio de Jesús. Usaré las sandalias del evangelio de la paz y pondré en mis pies las expresiones del evangelio, para realizar las proclamaciones de las buenas nuevas que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo. Mantengo el escudo de la fe con la mano izquierda, para desviar las flechas incendiarias del Enemigo. , pero esto solo lo tenemos la posibilidad de poder si emprendemos una oración a Dios todos y cada uno de los días, pidiendo perdón de nuestros errores, dando gracias por todas las maravillas que nos ofrece y realizando que su amor y justicia esté que está en los corazones de todas la gente. Pues no poseemos riña contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, mandatarios de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.

Dales la sabiduría para comprender cuándo deben huir de un posible daño, tanto físico como espiritual. Si seguimos menospreciando el poder de Dios, su incondicional amor y la fuerza de su gracia que vence todo mal, difícilmente observaremos su providencia reflejada en nuestra familia. Si amas a tus hijos (y entendemos que sí) y deseas resguardarlos enserio, no tengas dudas en entregarlos al poder celestia, encomiéndalos en las manos de María y cúbrelos con la armadura de Dios.

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El ataque del diablo puede venir de cualquier lugar, por eso es esencial estar alarma para lograr poner el escudo en el sitio exacto y protegernos. Este escudo se usa para dar de comer nuestra fe, y se hace por medio de la lectura y la memorización de la palabra de Dios, atestar nuestras psiques sobre la verdad que él encierra y entender de qué forma usar esas expresiones en los momentos de dudas. Esta coraza es la que se enganchaba al cinturón y daba la protección de los órganos vitales, más que nada del corazón. Una herida en el pecho podía ocasionar la desaparición y por eso los soldados debían protegerse bien esta zona.

Esta coraza sirve para rememorar quien fue Cristo, que por él hemos encontrado una justificación para ser una parte de Dios por siempre. De ahí que disponemos la justificación de Jesús y con ella debemos tener la justificación de nuestra fe por Cristo. Debemos evocar que las tentaciones y el pecado no es una ganancia de nuestra justicia, esta se logra cuando recordamos que somos una parte de Jesús y nos sostenemos con solidez en esa situación.

El versículo 15 charla de la preparación de los pies para el enfrentamiento espiritual. En la guerra, de vez en cuando el enemigo ponía peligrosos óbices en el camino de avanzada de los soldados. La idea de la preparación con el evangelio de la paz como zapato, sugiere que necesitamos seguir dentro del territorio de Satanás, siendo conscientes de que habrá trampas, con el mensaje de felicidad tan fundamental para ganar ánimas para Cristo.

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