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la serpiente de bronce
El antídoto indicado por Dios fue la serpiente de bronce. Una de sus cabezas fue rota por Mehmed II en 1454, para simbolizar su conquista sobre la localidad. Este pueblo no se fatigaba de musitar contra Dios y contra su líder. Creo que hay bastante semejante entre ellos y nosotros, ¿no cree?.
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La muerte reinó desde aquel entonces, y nos alcanzará algún día, en algún momento todos vamos a fallecer físicamente. Dios castigó a este pueblo enviando serpientes ardientes y venenosas que los mordieron. Los israelitas al ver lo que sucedía, próximamente se percataron de su pecado y pidieron a Moisés que intercediera por ellos.
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Para nuestros días, los cristianos frecuentemente se sienten agotados por el bien bien difícil viaje que recorren por el desierto seco y estéril, y llegan a musitar como el pueblo de Israel. Y Moisés logró una serpiente de metal, y la puso sobre la bandera, y fue, que en el momento en que alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de metal, y vivía. Y Moisés logró una serpiente de metal, y púsola sobre la bandera, y fue, que en el instante en que alguna serpiente mordía á alguno, miraba á la serpiente de metal, y vivía. Hoy a muchos que les gusta nombrarse “cristianos”, son personas que no están prestas a admitir sus propios errores y que además de esto les agrada jugar con el pecado. Eso es tan insólito como estimar jugar con víboras ardientes, pero es lo que muchos habitúan a realizar.
Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre debe ser levantado en prominente, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
JUAN 3:14-15 BLP pic.twitter.com/0XfInv0PRH— Redil Divina Pastora (@RDivinaPastora) April 3, 2021
Nosotros vimos a Dios efectuar esto en otras ocasiones. Moisés, en una ocasión, se le mencionó que golpeara la roca para que diese agua. En otra ocasión se le mentó que le HABLARA a la roca a fin de que generara agua. Eso no quiere decir que Moisés iba asumir que toda vez que Israel necesitara agua él iba, bajo su intención, buscar alrededor una peña y por medio del charla o a través de un golpe con la vara de Aarón generar agua para el pueblo. Ni tampoco Israel estaba supuesto a estar en búsqueda de una roca casi idéntica a la que le dio agua, ni la gente debían reunirse todos juntos y implorarle a la roca que le diera agua, o quemarle incienso, o empezar un culto de adoración a la roca.
la serpiente de bronce
Por una parte, la palabra “Dios” no traduce el término “Yahvé/el Señor”, sino la palabra “Elohim”; por otra, la mención de la red social, muchas veces designada con la locución “los israelitas”, figura con el término “pueblo”. Cabe meditar, ya que, que el estilo literario de Num 21,5, “el pueblo […] murmuraba contra Dios y contra Moisés”, está planeado aun literariamente para enfatizar la particular manera con que el pueblo hostil se dirige contra Dios y contra Moisés. De esta forma, el producto resalta que “hablar contra Dios y contra Moisés” supone la resolución de invertir intensamente el buen sentido de las relaciones cariñosas que el Señor y Moisés establecen con la comunidad que peregrina hacia la tierra prometida.
4Después partieron del monte de Hor, sendero del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.
Jesús fue muerto por nuestros pecados y no tenía pecado. La fuerza de este pasaje no está en una sanidad espectacular sino en una serpiente de bronce como un símbolo de la salvación de Dios ofrecida para todo aquel que desee verle a Él y vivir. Quitó los sitios altos, derribó los pilares y cortó la Asera. De nuevo, Jesús hizo una declaración que sería levantada, pero no la relacionó con la serpiente. Predijo que en el instante en que fuera levantado, todos y cada uno de los hombres serían atraídos por él. Juan nota que Jesús logró estas afirmaciones para predecir el género de muerte que experimentaría.
Conclusiones.- cualquier cosa o persona que ocupa el primer lugar en tu vida, llámese trabajo, familia, recursos, pareja, proyectos, etc. Es como una serpiente de bronce, por el hecho de que consciente o inconscientemente “le estamos quemando incienso”; no esperemos el juicio divino, antes de esto, bajemos la y coloquemos los en el ubicación que les toca, solo el Señor debe ocupar el trono de nuestra vida. II. Tiene que haber consecuencias por nuestras torcidas acciones y en el momento en que las vivieron, es que pidieron perdón y con arrepentimiento asistieron a Moisés a fin de que intercediera y orara por ellos. Dios respondió con indicaciones particulares, llevar a cabo una serpiente de bronce y colocarla en una asta, para que al recibir una mordedura solo se tuviera que ver a ella y el veneno se neutralizara. La única conexión sólida que nosotros tenemos la posibilidad de preguntar de la Biblia sobre este extraño hecho es que el pecado iba a ser tratado con una clase de objeto ordenado por Dios siendo clavado a un asta y levantado en el aire.
Esto calificaría el idioma original de Jesús no solo como una “resurrección” figurativa, sino más bien como un alzamiento de esta manera mediante la crucifixión. Desde la visión espiritual, la Misná no relata la serpiente, sino su situación. La imagen cura pues ordena al herido a alzar la visión, metáfora de la conversión; ya que el gesto obliga a despegar la mirada de la tierra, campo de la idolatría, para dirigirla hacia lo prominente, la morada divina. El Nuevo Testamento siente bajo la figura del estandarte del que pende la serpiente la alegoría de Cristo crucificado, el Salvador de la Humanidad. Moisés logró una serpiente de bronce y la puso sobre un estandarte.
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La multitud entonces se arrepintió de su pecado y le solicitó a Moisés que intercediera en su nombre para parar a las serpientes. Entonces, en el instante en que Moisés oró a Dios y se le mandó que hiciese una serpiente de bronce, que sanaba el veneno de la serpiente en el momento en que se la mirase. Por lo tanto, Dios proveyó la salvación para Israel en el desierto de las víboras que había enviado. En el corazón de la imagen “La serpiente de Brazen” está la trama del Viejo Testamento, entre los capítulos del viaje de 40 años del pueblo de Israel. Una vez que los judíos dudaran de la aptitud de Moisés para sacarlos del desierto, Dios envió sobre ellos lluvia de víboras venenosas.
