La historia no contada sobre Sis Semper Calumniam Sustinens que debes leer

sis semper calumniam sustinens

hará que seas derrotado enfrente de tus contrincantes; saldrás contra ellos por un camino, pero huirás por siete caminos enfrente de ellos, y vas a ser ejemplo de terror para todos los reinos de la tierra. 23Y el cielo que está encima de tu cabeza va a ser de bronce, y la tierra que está bajo ti, de hierro. va a hacer que la peste se te pegue hasta el día de hoy en que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerla. sobre ti maldición, confusión y censura en todo cuanto emprendas, hasta el día de hoy en que seas destruido y hasta el momento en que perezcas de forma rápida, merced a la maldad de tus hechos, pues me has descuidado. 18Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño. 14no te desvíes de ninguna de las expresiones que te ordeno el día de hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses y servirles.

Y me afirmas que lo haces de esta manera por el hecho de que consideras que ahora habrán respondido a mi solicitud sobre este punto. ¡Aguardemos fuera de esta manera! Lejos de mí quererte privar de la comunicación de semejante beneficio, conociendo como conozco tu expectación anhelante. Pero, si puedes creerlo, hermano carí­ simo, en este momento pasaron prácticamente cinco años desde que envié a Oriente aquel escrito de petición, que no de presunción, y aún no he merecido una contestación donde se me explique ese punto sobre el que quieres que te dé una opinión segura. Tanto el escrito de mi consulta como la contestación a él, te los habría enviado ya si los tuviera. Sé que está ocupado en otros asuntos que no se pueden diferir ya que son de sobra importancia.

Deuteronomium 28

Para resumir, todos le apuntan con el dedo; todos le condenan, y la indignación sube de tono cuanto mucho más se dan cuenta el engaño del que hasta la actualidad eran víctimas. El superior debe mantenerse estable; y crea que, si le disculpa, ofendería a todos los otros. Se parecen a una vejiga llena de aire; si la clickeas con un alfiler y la aprietas, hace estruendos mientras que se desinfla. El aire, a su paso por ese invisible agujero, produce usuales y auténticos sonidos. Esto mismo sucede al monje que ha inflado su corazón de pensamientos vanos jactanciosos. La especialidad del silencio no les deja despedir libremente el aire de la vanidad.

Todo cuanto hay entre los Alpes y el Pirineo, lo que queda entre el Rin y el Océano, lo han devastado el cuado, el vándalo, los sármatas, los alanos, los gépidos, los hérulos, los sajones, los burgundios, los alamanes y también, incluso, ¡oh desdichada república! , los enemigos panonios. Asimismo los asirios se asociaron con ellos13. Maguncia, noble localidad en otro tiempo, fué tomada y des­ truida, y muchos una cantidad enorme de hombres fueron cruelmente asesina­ 2 en la iglesia. Worms ha cedido tras largo asedio. La poderosa localidad de Reims, la de Amiens, Arrás, «los morinos, los tur mortalibus lege naturae, sed cassa spe annorum nobis spatia pollicetur.

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• Antes de comenzar a charlar de los grados de humildad que proporciona San Benito, no para enumerarlos, sino para subirlos, deseo enseñarte, si puedo, adónde nos llevan.
• Recorreré ciertas catástrofes recientes.

Tú, en cambio, si quieres ser monje y no sólo parecerlo, preocúpate no de la hacienda, por cuya renuncia has empezado a serlo, sino más bien de tu alma. El abandono de los vestidos sea indicio de una mente limpia, la túnica pobre pruebe tu desprecio por el mundo; pero tal es así que no se engría el ánimo y el hábito esté en desacuerdo con las palabras. No busques el calor de los baños, tú que tratas de apagar el calor de tu cuerpo con el frío de los ayunos. Estos han de ser moderados, no vaya a ser que si son excesivos debiliten el estómago y, al reclamar mucho más abundante comida, terminen en hartura, que es fuente de pasiones. Una comida parca y moderada es ventajosa para el cuerpo y para el alma. Visita a tu madre de forma que no te mires forzado a conocer por su causa a otras cuyos semblantes se queden en tu corazón «y en tu pecho comience a vivir una herida segrega»8.

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Non necesse habet conuinci, quod sua statim professione blasphemum est. Mina­ mini nobis responsionem, quam uitare nullus potest, nisi qui omnino non scribit. Vnde nostis, quid dicturi simus, ut responsionem pare­ tis?

Marcela I ; II . Marcelina I 374. Marcelino y Anapsiquia II . Marcelo, general de roma II 657. Marcial II 680.

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Melania, madre I ; II . Melitón, obispo de Sardes I 734. Menelao II 633. Indice de nombres propios y de sitios geográficos Galacia I 15 83. Gálgala II 231.

Gregorio de Nisa I 23. Gregorio Nacianceno I . Gregorio, presbítero y padre de monjes I 447. Hedibia I 52; II .

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Quisiera que te dignases explicarme por qué, a tu juicio, disiente en tantas cosas el artículo de los códices hebreos y el de los helenos en su versión llamada de los Setenta. Por el hecho de que no es pequeña la autoridad de ésta, que logró difundirse tanto, y la han uti­ lizado los apóstoles, como la realidad misma lo revela, y se­ gún recuerdo tú mismo atestiguas. Por lo que se dijo, harías una labor de colosal beneficio si tradujeras al latín aquella Escritura griega que elaboraron los Setenta.

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