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lucas 16 19-31
Todo el que se despreocupa de los pobres, sea rico o pobre, es Epulón. El mundo es hoy una proyección impecable de la parábola. Naciones enteras que viven en la abundancia frente a naciones enteras, muchas considerablemente más, que mueren de apetito y de enfermedad y de pobreza.
Yo opino como tú, las decisiones considerablemente más esenciales de nuestra vida las tomamos sin datos científicos. No por el hecho de que despreciemos la ciencia, que tan atrayente es para la raza humana, sino más bien porque la ciencia no comprende toda la vida del ser humano. En el instante en que nos casamos, en el momento en que escogemos una carrera, en el instante en que tenemos un hijo… no son las patentizas a nivel científico las que nos mueven, sino más bien otro tipo de conocimiento, no científico pero también fundamental.
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Ahora mismo, el pobre está en el seno de Abrahán. El seno de Abrahán es la fuente de vida, de donde nació el pueblo de Dios. Lázaro, el pobre, forma parte del pueblo de Abrahán, del cual era excluido cuando se encontraba ante la puerta del rico. El rico que piensa ser hijo de Abrahán no estará en el seno de Abrahán.
"Abraham dijo, 'si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni si bien resucite un muerto'". (Lucas 16, 19-31).
🗓️Beatos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
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Tienes razón en que el planeta podría ser realmente diferente, pero muchas veces nos empeñamos en proseguir como estamos, sin cambiar, quizá ya que nos es considerablemente más cómodo, o quizá pues tenemos miedo al cambio. Excusarme que utilice este blog para algo así. Pero creo que esta historia real, viene como anillo al dedo a la parabola, y queria hacerle mi pequeño homenaje a esta mujer, y a quienes estan en casos parecidos a los de ella. Pues los humanos seamos realmente humanos, y hagamos lo que cristo nos enseñó.
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Quien no tiene fe y no quiere tenerla, ni más allá de que resucite un fallecido como el Lázaro de la parábola logrará tener fe, por visto que siempre y en todo momento y en todo momento hallará una explicación que le deje seguir cerrando los ojos a Dios. Si me dejas, me agradaría contarte de qué forma interpreté yo esta parábola en su día, porque además hace poco salió en una conversación. Yo tengo amigos con críticas muy dispares. Hay católicos conservadores, hay bastante considerablemente más liberales , hay agnósticos y hay ateos. A veces sale el tema y discutimos sobre ello, como es natural siempre y en todo instante desde el respeto y la amistad que nos contamos.
lucas 16 19-31
Tiene hambre – desea hartarse de las migas que caen de la mesa del rico. En banquetes, gente se limpia la grasa de las manos con un pedazo de pan y lo tira al suelo. Querer este pan sucio es señal de suma pobreza – de humillación.
Pienso en tantas pequeñas, jóvenes o mayores que no se pueden librar del flagelo del paco, la sustancia, el alcohol, la bulimia y anorexia, flagelos en los que caen por su soledad, falta de opinión o cree. Se les arriman, sin que absolutamente nadie los espante, como engaños para aplacar sus llagas, y así sumarles infección, a sus primitivas lesiones cariñosas. Un poco después, el padre meditó sobre lo acontecido, se sentía culpable y no podía ver su programa de televisión relajado. (v. 21) -Añade Jesús que “Lázaro hubiese deseado las sobras de la mesa del rico”. Vale aclarar que en tiempo de Jesús, en los banquetes de los ricos, no usaban servilletas para limpiarse las sobras de comida, simplemente tomaban trozos de pan para hacerlo y después lo arrojaban.
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Quien sirve al dinero deja al pobre, que es como dejar a Dios. Sigue, ya que, la contraposición entre Dios y el dinero del domingo pasado. Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y banqueteaba todos y cada uno de los días magníficamente. Lo que Jesús desea exhibirnos con la parábola es la profunda indiferencia del rico hacia el pobre. No se dice del rico que actúe con maldad, simplemente y horrorosamente se destaca su completa indiferencia hacia el pobre.
Y todos las ven en la injusticia extremista de las relaciones entre los pueblos. Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa a la vera de Abrahán. Quisiese aclarar otro término de indiferencia para eludir malentendidos. Es el término muy utilizado en la tradición cristiana y singularmente en la espiritualidad ignaciana. En el momento en que se charla de “indiferencia” en este contexto no nos estamos refiriendo a la indiferencia que el evangelio condena como antihumana.
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Hoy en día, Lázaro es los 2 tercios de todo el planeta frente a una minoría de ricos y muy, muy ricos. Esta parábola es además un avance práctico de la malaventuranza contra los ricos (Lc 6.24s). La idolatría del dinero es incompatible con el seguimiento de Jesús y la opción por el Reino, puesto que es causa de dureza de corazón en oposición al pobre y de acciones injustas. El prójimo pobre hace aparición en el centro del evangelio, prácticamente a la altura de Dios. Quien sirve al dinero no puede servir a Dios.