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la tentacion de jesus
La palabra utilizada lo mismo puede significar “tentación” en el sentido de pedir al pecado, que apuntar, sencillamente, ser sometido a prueba. Saquemos de aquí una primera idea provechosa para nuestra experiencia cuaresmal. Entendámosla como una experiencia de desierto a la que nos conduce el Espíritu para renovarnos en el cariño primero; para renovarnos en el cariño de Dios que en Jesucristo, por medio del bautismo, nos ha hecho hijos amados suyos. No debemos olvidar que el evangelista Mateo tiene enfrente de si una comunidad donde están discípulos procedentes del judaísmo. Esto nos asiste a entender la composición de rincón de la escena de las tentaciones que tiene resonancias del Éxodo, presentando a Jesús simultáneamente con Moisés.
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De Qué Forma Soportar Las Tentaciones
No es un pecado el ser tentado salvo que hagamos con esa tentación algo que sabemos que es erróneo. En el Evangelio de hoy leemos acerca de la tentación de Jesús. Y Cristo, el Hijo, elige la sabiduría del amor del Padre; repudia el sendero del triunfo humano lejos del camino de la humildad, tan cubierto de piedras, persecuciones, insultos y muerte.
Los medios de la guerra de Cristo, la Palabra de Dios. Como un hombre tentado, descansó en la promesa divina. Las expresiones que Jesús tomo para soportar los embates del demonio, eran exactamente exactamente las mismas que Moisés había dado al pueblo en el momento en que llegaran a la tierra prometida y Dios les diese alguna gloria y dominio. Ellos una vez dentro se olvidaron de todo cuanto Dios les había dado, han comenzado a meditar en sus propios triunfos. ¿Cuantos han caído en el engaño de Satanás de la obtención de la Gloria simple terminado entregándole su crónica completamente, por el único deseo de poder popularidad, fortuna y existo efímero en este planeta.
Días Con Jesús En El Desierto
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Tres ocasiones el demonio tentó a Jesús y trató de que Jesús pecara. Jesús logró lo correcto en todas de esas tentaciones. Él recordó lo que las Escrituras afirmaban y eso le ayudó a aguantar la tentación presentada por el diablo.
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Arrodillarse frente Satanás a cambio de todos y cada uno de los reinos de todo el mundo. Enseguida, el Espíritu Santurrón llevó a Jesús a un espacio altísimo del templo. Allí el diablo lo tentó una segunda vez, diciéndole que saltara desde el muro del templo. Le dijo a Jesús que si era el Hijo de Dios, los ángeles no dejarían que se hiriera.
¿Quizás no puede arrasar a todos y cada uno de los perseguidores y aplastarlos como vermes? Sí puede, pero el camino humilde deja hallar disculpas a los irredentos y tratarles con clemencia, más allá de que con la estricta justicia solo merecerían castigo y asimismo ira. No tentar a Dios es confiar en su misericordia y su decreto de salvación del hombre a través de un sacrificio especial, oculto a los ojos de todo el mundo. Las tentaciones se dan tras 40 días y 40 noches de oración y ayuno.
Sin embargo, el escenario de la tentación de Cristo es en este desierto desolado y en la mitad de un ayuno de 40 días donde no le se encontraba permitido comer nada. Y así, a favor de su pueblo, es como si Jesús fuera llevado nuevamente al lugar de la tentación y es sometido a esta estricta prueba. Es como una prueba de fuego a través de la que debe pasar con el objetivo de estar calificado para hacer público su ministerio. Conque su primera misión no es una misión pública, sino una misión privada llevada a cabo en la arena desolada del desierto de Judea. En este momento, la Biblia nos comunica que Él medró como hijo de José y María, y que presuntamente se crió en un ámbito de carpintero. Y eso nos puede puede llegar a confundir un tanto.
Pero, básicamente, charlamos de que los hombres conviertan su corazón, que el reino de Dios anida dentro de el y después se transmita a lo exterior. Dios respeta la libertad de los hombres, no desea imponerse desde arriba, sino desde el amor personal. Logramos encontrar un recuento sobre la tentación de Jesucristo en el desierto en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Podemos ver que después de haber sido bautizado por Juan el Bautista, Jesús, ayunó por 40 días y noches en el desierto de Judea.
Satanás es el enemigo de Dios, y asimismo es el nuestro. No podemos verlo por visto que es un espíritu, pero él sí puede vernos. En una ocasión, el Demonio tentó a Jesús, el Enorme Maestro. Observemos qué logró Jesús, y de esta manera entenderemos de qué forma accionar ante una tentación.
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y dan pie al engaño de Satanás a la tentación de dudar del poder de Dios. A esa clase de duda Satanás se encontraba apoyando a Jesús. , siembra la duda sobre el cuidado de Dios sobre nuestras vidas (de momento no tengo trabajo, mira Señor que el negocio no va bien, que la cosa se pone bien difícil pues no logra para comer. Es el Enemigo de Dios, y de todos los que son sus hijos. por eso Jesús fue obediente, no fue al desierto en un acto temerario, sino guiado por la dirección del ES. sobre la vida de Jesús, que emprendió uno de sus ataques más frontales para destruirlo.
